Autora: Ileana Donatien Vega
Las expediciones fueron el sustento para el campo mambí. Durante la guerra de 1868 y la de 1895, varios llegaron a las costas cubanas, cuyo objetivo fundamental era apoyar la causa revolucionaria, siendo estas el principal sostenimiento de la contienda.
Sin pretender hacer un análisis de este fenómeno, sí pensamos relacionar algunas desde la Colección Guerras de Independencia del Museo Provincial “La Periquera”, entendiéndose por expediciones aquellos que llegaron a zarpar, aunque hayan sido frustrados por la intervención de las autoridades de algún país, por el mal tiempo, por defectos del medio naval u otra causa.
El presente trabajo lo apoyamos en la construcción del conocimiento desde los objetos museables ya sean, documentos, entre los que se encuentran diarios de participantes o armas traídas por estas expediciones. Además tratamos el diario de campaña de un miembro del cuerpo de voluntario. Pero en este caso nos concentraremos en un Diario de un miembro de la expedición del Lilian.
Este diario lo confecciona Miguel con el objetivo de que se perece algún día su esposa pueda leerlo, recogen los momentos vividos desde que sale la expedición del Lilian que está considerada como la segunda expedición que tenía como jefe de mar y tierra a Domingo Goicuria la misma fue dirigida por la Junta Central de la República de Cuba y Puerto Rico y fue organizada por su cuñado José María Mora y por Plutarco González.
Sobre el dueño de este diario no hemos podido precisar sus apellidos pero si es interesante la maestría con que se refiere a diferentes momentos de la expedición cuando dice:
“Septiembre 27, En este día Salí de Nueva York en la expedición del General Goicuria, estuvimos seis días en el mar y al fin llegamos á Fernandina población del sur de la Florida y caminamos toda una noche por el Ferrocarril en Trenes de carga era mas de 300 á 400 expedicionarios………. Anoche 2 llegamos á Cedar Kay otra, población de Florida.”
Después comenta sobre la alimentación que era carne, papas en abundancia y dice que sufrió muchos mareos y sobre todo sus pensamientos en cada momento fue a su esposa.
“Hoy día 3 en que estoy libre del mareo ¡Cuánto pienso en mí pobre Reglita y en mí hijito! Cuanto sufrirá ese Ángel Adorado por mí. ¡Dios mío, sálvala de los peligros! Es tan buena, es tan inocente……..voy a pelear por mi patria, tengo la fe de defender un derecho sagrado ten en cuanta eso Dios mío y si esta acción merece recompensa, que Reglita goce de tranquilidad….”
En estas palabras expresa lo que siente en esta lejanía, pero nada lo puede separar de esos dos amores, que son como una fuerza interior que lo hace sufrir y desesperarse todo el viaje, pero siempre con la esperanza de esa tan añorada llegada a su Cuba querida y el encuentro añorado con su esposa ya que cuando se ama hay que sufrirlo todo, creerlo todo, soportarlo y esperarlo todo.
“Hoy día 5 de Octubre, después de Almuerzo estuve en un templo protestante y a pesar de eso, rece mucho en ese lugar por la paz y la felicidad de mi esposa y mi hijito ¡Parece mentiras! Reglita y mí hijito son mi continuo sueño. ¿Cuándo podré ver á esos seres tan queridos, Dios mío? Anoche, lo mismo que todos los demás he dormido muy mal, siempre en sima de tablas ó en los carros de carga del ferrocarril.” ¡Cuánto tarda la expedición para salir para Cuba!
Lo dicho en este diario entra en contradicción con los dos criterios defendido hasta el momento en la historiografía cubana que fijan como fecha de salida el día 4 y otros el 5 rumbo a Cuba. En el documento que analizamos refiere:
“Día 5, hoy por la tarde entró al fin a nuestro vapor “El Lilian”; Ya pronto verá á Cuba y estaré más cerca de mi casa Reglita. Discurso de CM Cristo. Entusiasmo. Día 6 hasta ahora no se empieza á cargar. ¡Cuánta morosidad! Hoy por la noche hemos empezado a cargar con mucho apuro por que según noticia, pueden venir a prendernos de Cayo Hueso.” (…)
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