Fue durante las navidades de 1956 cuando Cuba se tiñó con la sangre de 23 revolucionarios de la antigua provincia de Oriente, asesinados por el puño inicuo de las hordas batistianas. A 66 años del horrible crimen los holguineros se congregan ante el monumento erigido en su memoria, para rendir tributo y evocar uno de los hechos ocurridos antes del triunfo revolucionario que marcó pauta en ese período: las Pascuas Sangrientas.
 
En el Bosque de los Héroes, perteneciente al Complejo Monumentario Plaza de la Revolución Mayor General Calixto García Íñiguez, se realizó el habitual pase de lista a los caídos: 1- Rafael Fausto Orejón Forment, 2- Loynaz Esmerando Hechavarría, 3- Thelmo Esperance Leveille, 4- Luis Sera Moreno, 5- José Marcial Eustorgio Pérez Cruz, 6- José Mendosa García, 7- Alejo José Tomas López, 8- Silverio Núñez Hernández, 9- Manuel Aquiles Espinosa Salgado, 10- Ramón Téllez Peña, 11- Ángel Valerio Consuegra, 12- Héctor Infante Pérez, 13- Pedro Miguel Díaz Coello, 14- Luis Peña Martínez, 15- William Alcides Aguilera Ochoa, 16- Jesús Manuel Feliú Leyva, 17- Gilberto Teodoro de los A González Rojas, 18- Antonio Concepción Perodín, 19- Isaac Hernández Oliver, 20- Enrique Casals Villarreal, 21- Enrique Morgan Nicolaus, 22- Pelayo Cusido Torres, y 23- Armando Marcelino Guzmán Quide.
 
En el encuentro matutino de este fin de semana fueron recordadas las palabras del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, quien sentenciara que: «El estudio de la historia de nuestro país no solo ilustrará nuestras conciencias, no solo iluminará nuestro pensamiento, sino que el estudio de la historia de nuestro país ayudará a encontrar también una fuente inagotable de heroísmo, una fuente inagotable de espíritu de sacrificio, de espíritu de lucha y de combate.»
 
La tradicional colocación de la ofrenda floral, el poema Pascuas Sangrientas de 1956, bajo la firma de Nicolás Guillen, así como las interpretaciones de la solista Marien Tarragó y la instructora de arte Arianna Laffita, matizaron el homenaje al que asistieron dirigentes del Partido, el Gobierno, la UJC, las Organizaciones de Masas y Estudiantiles, la ACRC, las FAR, el MININT, así como representantes de Centros que llevan el nombre de los caídos.
 
La historia local fomenta la confianza en el esfuerzo propio, manifiesta los milagros de la voluntad perseverante y robustece la fe en los destinos de la comunidad y de la patria, señaló la Lic. Aimeé Cabrera González, Directora del Complejo Monumentario, quien evocara una vez más a Fidel Castro Ruz cuando destacó: «No podemos olvidar aquellos días aciagos que siguieron el desembarco del Granma en 1956, cuando se producen aquellas navidades sangrientas en que numerosísimos revolucionarios fueron asesinados en la provincia de Oriente, entre ellos un gran número de militantes comunistas.»