Por el Ms. C. José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

Movimiento 26 de Julio en Holguín: fundación y primeros integrantes

El movimiento 26 de Julio en Holguín: las armas

Huelga en Moa: Una historia olvidada por todos

 

Movimiento 26 de Julio en Holguín: fundación y primeros integrantes

La historia del Movimiento 26 de Julio en la ciudad de Holguín tiene tres etapas claramente definidas. La primera comprende desde su fundación, a finales de 1955 y desarrollo durante el año 1956, hasta su temporal desorganización, producto del a represión desatada por la dictadura de Fulgencio Batista a finales de año.

La segunda etapa se inicia con la reorganización del movimiento clandestino en junio de 1957 y termina en diciembre de ese año, cuando la mayoría de los miembros de la dirección y otros valiosos militantes son detenidos y varios de ellos asesinados, otros tienen que abandonar la población después del ajusticiamiento del jefe del regimiento de Holguín, Fermín Cowley Gallego.

La tercera y última etapa comprende el año 1958, donde las guerrillas que operan en los llanos orientales tienen un peso determinante en el movimiento clandestino. En esta investigación hemos pretendido realizar un análisis del desarrollo del Movimiento 26 de Julio, en la ciudad de Holguín, durante 1956.
Nos referimos, fundamentalmente, a la estructura y funcionamiento de la organización, el trabajo realizado por cada frente y otras actividades.

El 10 de marzo de 1952 Fulgencio Batista, por medio de un golpe de Estado, toma el poder. El 26 de Julio de 1953, Fidel Castro al frente de un grupo de jóvenes, atacan los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Céspedes de Bayamo.

La acción, desde el punto de vista militar, fue un fracaso. Los jóvenes asaltantes no pudieron tomar los cuarteles; casi inmediatamente se desató una ola de crímenes. Los revolucionarios detenidos eran inmediatamente asesinados. Solo un reducido grupo de combatientes lograría salvar la vida. La mayoría de los asaltantes que sobreviven fueron condenados a prisión en juicio efectuado en Santiago de Cuba.

En toda Cuba se llevó a cabo una amplia movilización del pueblo por la amnistía de los asaltantes al Moncada. Producto de la presión popular, la dictadura se vio obligada a decretar la amnistía. El día 15 de mayo de 1955 Fidel y sus compañeros salen del presidio. Ese día se comenzaba a gestar la formación del Movimiento 26 de Julio.

En el viaje de Isla de Pinos a Batabanó, en el barco que los transportaba, se efectúa lo que pudiéramos considerar como la primera reunión del Movimiento 26 de Julio. Una excepcional participante en aquellos hechos fue la combatiente Haydee Santamaría. Recuerda de ese momento.

“A la salida de Fidel de la cárcel. Recuerdo que todavía en el ferry, en el trayecto de Isla de Pinos a Batabanó – en ese viaje que duró casi toda la noche- Fidel le dijo a los compañeros que después de que estuvieran dos o tres horas con sus familiares nos íbamos a reunir para conversar.”

“Ahí empezamos a intercambiar ideas y Fidel planteó que ya había que darle un nombre a la organización. Escucho lo que cada uno opinábamos y casi estoy segura de que fue él mismo quien propuso que se llamara movimiento 26 de julio” (1)

Esta idea inicial se materializaría en una reunión realizada en Factoría 26, en la ciudad de la Habana. Se encuentran presentes: Fidel Castro Ruz, Antonio López Fernández, Pedro Miret Prieto, Armando Hart Dávalos, Haydee Santamaría Cuadrado, Melba Hernández Rodríguez del Rey, Jesús Montané Oropesa, Faustino Pérez Hernández, Pedro Aguilera González, José Suárez Blanco y Luis Bonito Milán.

En esta reunión presidida por Fidel se aprobó el nombre de la nueva organización que sería “Movimiento 26 de Julio” y se formó la dirección inicial de la organización clandestina. Esta quedó constituida por Fidel Castro Ruz, Ñico López, Armando Hart, Faustino Pérez, Pedro Miret, José Suarez y Luis Bonito (2) Con el desarrollo de la lucha se producen cambios en la dirección nacional. (3)

Inmediatamente comenzó el trabajo de proselitismo y extensión de la organización clandestina por todo el país. En Santiago de Cuba se crea lo que sería la dirección provincial de Movimiento 26 de Julio en Oriente. Quedó integrada por: Lester Rodríguez, coordinador; Frank País, jefe de acción y sabotaje; Gloria Cuadras, jefa de propaganda; Braudilio Castellanos, al frente de los aspectos legales; Ramón Álvarez, sección obrera y María Antonia Figueroa al frente de finanzas. Compañeros miembros de la dirección nacional y de la dirección provincial se encargarían de extender el Movimiento por el resto de la antigua provincia de Oriente.

FUNDACIÓN DEL MOVIMIENTO 26 DE JULIO EN HOLGUÍN

Un miembro de la dirección nacional realiza los primeros contactos en Holguín en 1955. Estos se harían con tres militantes de la Juventud Ortodoxa: Pedro Díaz Coello, Luis Peña Martínez, y Francisco Badía García, este último era miembro del comité ejecutivo municipal de esa organización. Los tres se incorporaron inmediatamente. Era la primera célula del Movimiento 26 de Julio en la ciudad de Holguín.

Rápidamente comienza el trabajo proselitista y la estructuración del movimiento en el municipio. La dirección quedó integrada por Pedro Díaz Coello como jefe del movimiento, Luis Peña, encargado del frente obrero, Francisco Badía, jefe de propaganda; Antonio Díaz Fernández como tesorero. El frente de acción y sabotaje fue ocupado sucesivamente por Víctor Paneque y Manuel Borjas Borjas. Las orientaciones de Frank País jugaron un papel importante en la creación del frente de acción y sabotaje y en la organización del movimiento en general en Holguín.

La primera labor fue un intenso trabajo proselitista. Para encubrir sus labores se utilizó a la Juventud Ortodoxa. Esto, al principio, no representó grandes problemas Francisco Badía primero y Pedro Díaz Coello después, fueron secretario de actas de la organización juvenil de la ortodoxia, lo que los hacia miembros del Comité Ejecutivo, y además numerosos miembros de esa organización se suman al Movimiento 26 de Julio.

Una de las primeras captaciones que se realiza es la de Idelgrade Zapatero que tenía un pequeño negocio de venta de calzado en la plaza del Mercado. Luego Francisco Badía y Zapatero incorporan a Francisco Riverón, propietario de un puesto de venta de frutas, ubicado en ese mismo lugar. Pedro Díaz Coello incorpora a Pedro Noa, obrero de una fábrica de galletas. Los compañeros incorporados debían de captar nuevos militantes que fueran nutriendo las filas del Movimiento.

En un inicio la labor de proselitismo se realiza, fundamentalmente en la ciudad de Holguín, luego se extendería a los barrios rurales donde se crearían células. La decisión de incorporar un nuevo militante dependía de la dirección en el municipio.

En la ciudad de Holguín forman parte del movimiento: Adrián Betancourt, Gaspar Carballido, Antonio Cimarro, Luis Coello Labrada, Fermín Chelala, Fernando de Dios, Emilio Diéguez, Luis Escalona Moles, Ernesto Font Mulet, José González del Río, Ofelio González, Sergio Góngora, Delio Gómez, Rafael Grimaldi, Antonio Masferrer Curbelo, Carlos Mir, Waldo Pérez Mulet, Arturo Pérez Cuenca, Raúl Sánchez Concepción, René Elías Borje (Baracoa), Arsenio Escalona, Hernán Pérez Concepción, Manuel Angulo Farran, Enrique Subirat, Edison Hidalgo y otros.

Se crean células en varios barrios del municipio como Las Cruces de Purnio dirigida por Gilberto Mulet Pollato y Eddy Suñol Ricardo, la de San Andrés dirigida por William Aguilera Ochoa y Juan de la Cruz, la de Cacocum, dirigida por Gilberto González Rojas, la de Mir dirigida por Antonio Mora, Rafael Mora y Hernán Pérez Concepción. En otros barrios del municipio había compañeros miembros también del movimiento 26 de Julio.

Se era sumamente estricto para la incorporación de nuevos miembros, no se permitía la entrada de politiqueros y elementos oportunistas. Por ejemplo un abogado y político que quería incorporarse al movimiento, pero con el pretexto de que tenía armas, en una verdadera actitud chantajista, pedía su integración a la dirección del mismo. La dirección del Movimiento 26 de Julio se negó a su incorporación, aunque en aquellos momentos la organización contaba tan solo con dos o tres pistolas y media docena de balas. Posteriormente los miembros del movimiento se encargaron de ocuparle un fusil que era el arma que utilizaba para sus chantajes.

Pedro Díaz Coello su máximo dirigente era un modesto empleado de una compañía de venta de refrescos y agua mineral; Luis Peña era contador, propietario de una pequeña tienda, Francisco Badía era contador, Manuel Borjas Borjas era obrero de una fábrica de galletas, Antonio Díaz Fernández, abogado.
Con la excepción de tres militantes que eran propietarios de pequeños comercios y un abogado, el resto eran choferes de alquiler, dependientes, albañiles, obreros, campesinos, jornales y desempleados. Continuaremos en otros artículos narrando la historia de esa organización.

NOTAS

1.-Haydee Santamaría (En revista Santiago de Cuba, Nª 18 y 19 de setiembre de 1975 p 17 y 18
2.-Telma Bornot Pubillones y otros, De Tuxpan a la Plata p 7, La Habana, 1979.
3.-Ernesto Guevara de la Serna, Un año de lucha armada (En Ernesto Che Guevara Escritos y Discursos La Habana, 1973, p 205.

Entrevistas realizadas por el autor a: Francisco Badía, Manuel Borjas Borjas, Hernán Pérez Concepción, Adrián Betancourt, Gaspar Carballido, Antonio Cimarro, José González del Río, Ofelio González, Sergio Góngora, Delio Gómez, Waldo Pérez Mulet, Arturo Pérez Cuenca, Raúl Sánchez Concepción, René Elías Borje (Baracoa), Hernán Pérez Concepción, Manuel Angulo Farran, Enrique Subirat, Edison Hidalgo y otros.

El movimiento 26 de Julio en Holguín: las armas

Bandera del M-26-7: confeccionada por las mujeres que participaron en la lucha clandestina, utilizada el 2/1/1959 cuando entra el ejército rebelde al pueblo de Banes

Luego de la liberación de los detenidos por el asalto al cuartel Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de Julio de 1953 estos crean el Movimiento 26 de Julio para combatir la dictadura. Este entre 1955 y 1956 se extiende por todo el país. En la ciudad de Holguín también se funda esa organización.
Una de las tareas más importantes que tenía el movimiento 26 de Julio en Holguín en el año 1956 era la adquisición de armas, parque y explosivos. En el momento de crearse la organización no se contaba con un arma corta. Sería la labor paciente y abnegada de los militantes lo que permitiría que se llegara a adquirir algunas.

La labor era en extremo difícil. En primer lugar los escasos recursos para poder comprar los equipos de guerra, la vigilancia de los cuerpos represivos, entre otros, fueron factores que afectaron profundamente esta actividad del movimiento. En 1956 el movimiento estaba integrado en Holguín por personas de recursos muy modestos. La posterior incorporación de miembros de la clase media y la burguesía haría cambiar esta situación. Pero esto ocurriría a partir de 1957.

Varios fueron las fuentes que sirvieron para nutrir el reducido arsenal del movimiento 26 de Julio. Se obtuvieron armas entre algunos aficionados a la caza. Esta eran escopetas de cartucho y carabinas de calibre reducido y de diversos modelos de fabricación.

Otra de las fuentes fueron armas conservadas por los veteranos de la guerra de independencia o descendientes de estos. Estas armas eran más dignas de un museo que de una guerra moderna. Se obtuvieron algunas armas entre las traídas por la expedición que en agosto de 1931 desembarcó por Gibara para luchar contra la dictadura de Machado.

Aniquilada la expedición por las fuerzas de la dictadura, el grueso de los equipos bélicos fueron ocupados por el ejército. Pero algunas quedaron en poder de los revolucionarios de las inmediaciones de Gibara y otros lugares que acudieron a prestarle ayuda a la expedición. También engrosaron el arsenal revolucionario algunos de los fusiles traídos por los grupos de auténticos y ortodoxos que decían seguir una línea revolucionaria. La dirección de esos grupos, en su juego a la insurrección, quizás para darle más veracidad a sus supuestos propósitos insurreccionales, lograron introducir algunas armas. Varias de estas fueron a parar a manos de revolucionarios honestos que querían enfrentarse a la dictadura. Algunos de ellos desilusionados por los constantes engaños se separaron de aquellos grupos y se incorporaron al movimiento, fue de esa forma que se consiguió el fusil M-1 el único de ese tipo que llego a tener el movimiento en ese año.

En un medio inseguro como el que se vivía no era raro que algunos ciudadanos tuvieran armas cortas para su protección personal. Esa fue también una fuente de adquisición de armas.

Todo lo que sirviera para disparar, independientemente de su estado de conservación, era considerado por el movimiento como un equipo útil para la guerra.

Un problema en extremo difícil fue el parque, si bien se logró conseguir alguno para las armas de caza. Para los que procedían de las guerras de independencia y las traídas por los expedicionarios de 1931, virtualmente nunca se logró conseguir parque. En similar situación estaba el M-1 para el que solo se contaban con seis balas.

Algunas armas se compraron a sus dueños, otras fueron entregadas voluntariamente. Para obtenerlas se hicieron recorridos con miembros de la organización por la zona donde pudieran existir armas. Participaron activamente en la búsqueda Pedro Díaz Coello, Eddy Suñol Ricardo, Luis Peña. Francisco Badía. Francisco Riverón, Manuel Borjas, Gaspar Carballido, Delio Gómez Ochoa y otros compañeros. Los equipos que se lograron obtener se guardaron en varias casas. Un grupo fue situado en las Cruces de Purnio.

En las Cruces de Purnio se había fundado una célula del movimiento 26 de Julio, los militantes más activos eran Gilberto Mulet y Eddy Suñol Ricardo.

La función principal de esta célula sería el custodiar las armas y parque que el Movimiento 26 de Julio había logrado reunir. Muy pronto quedó demostrada la capacidad organizativa de Suñol para realizar con éxito aquella misión que la Revolución le había encomendado.

Las armas que el movimiento lograba reunir las trasladaban a las Cruces de Purnio por militantes de esa organización. Allí las dejaban en casa de Gilberto Mulet o de otros compañeros. Generalmente estas tenían que ser reparadas. Eddy Suñol había hecho contacto con el militante del Partido Socialista Popular José Reyes Ricardo, que se encargaba de ponerlas de nuevo en funcionamiento. Reyes Ricardo era propietario de un taller de herrería y reparaba las armas de fuego de los vecinos del lugar, fundamentalmente, escopetas de caza y revólveres. El herrero las guardaba en un campo de caña, las desarmaba y llevaba a la herrería la parte que se debía reparar. Esta consistía generalmente según el propio Ángel Reyes “…en ponerle aguja, arreglarle muelles, a veces por cualquier bobería no servían y yo las echaba a andar…” (1) Una vez concluida la reparación eran trasladadas hasta la casa de Antonio García Infante en la Josicú en las márgenes del río Cacoyugüín.

Vilí Infante como era conocido este colaborador, residía en un bohío de techo de yarey y paredes de tabla de palma con su familia. Sobre su cuarto construyó este una barbacoa y situaba las armas, engrasadas, allí envueltas en sacos de yute, encima se les colocaba yaguas.

En ocasiones algunos miembros de la célula de Holguín las revisaban, limpiaban y engrasaban. En total llegaron a reunir alrededor de 10 armas largas la mayoría escopetas, armas de reducido calibre y de las guerras de independencias o las traídas por la expedición de 1931.

Este fue el mayor número de armas que llegó a reunir el movimiento en Holguín en este año. Casi todas estas armas se perdieron. Producto de una delación el ejército llegó a conocer la existencia de aquel pequeño arsenal en las Cruces de Purnio. Registran la casa de Gilberto Mulet y le ocupan “…en el espacio existente entre la pared y el costado de un armario fueron halladas dos fusiles col 30 modelo 1903, Springfield número 512092 y 100534, un Winchester modelo 1904, numero 806342…así como una canana de lana perteneciente al ejército conteniendo ciento cuatro capsulas calibre 30…” (2)

Gilberto Mulet Poyato es detenido y condenado posteriormente a un año de prisión. El delator puso en conocimiento del Servicio de Inteligencia Militar la participación en el movimiento clandestino de Eddy Suñol. La justa precaución de Suñol, de impedir que otros militantes tuvieran conocimiento de quienes formaban sus células y los lugares donde se guardaban las armas impidió que en aquel momento se perdieran el resto del pequeño arsenal.

Eddy Suñol, entre finales de setiembre y principios de octubre es detenido, el enemigo conocía que el hombre que podía conducirlo a donde se encontraban las armas estaba en sus manos. Fue sometido a terribles torturas. Suñol se comprometió a entregar las armas si lo dejaban ponerse en comunicación con varios militantes del movimiento. Además, le propuso a los esbirros que debían dejarlo ir delante en su camioneta hacia las Cruces de Purnio para no levantar sospechas entre los compañeros.

Suñol se traslada hasta el Vivac y se entrevista por unos minutos con Gilberto Mulet que está detenido allí. Luego se dirige a su casa. Donde pasa la noche. Suñol en esos momentos vivía en una casa alquilada en Holguín junto con su esposa Dolores Feria Rojas. Los agentes del SIM lo vigilan. Al amanecer en su camioneta se dirige rumbo a las Cruces de Purnio. De cerca lo siguen los autos del SIM. Seguramente pensaban que tenían frente a un delator.

Golpeado en la planta de los pies y todo el cuerpo cuando fue torturado apenas podía el combatiente clandestino caminar. Esto aumentaba la confianza del enemigo en que no podría escapar.

Cuando la pequeña caravana toma el terraplén que conduce hasta las Cruces de Purnio, Suñol comienza a acelerar. Por su experiencia como chofer y haber trabajado durante varios años en aquella zona, deja atrás a los verdugos hasta que logra alejarse lo suficiente de ellos, abandona la camioneta en el camino y se interna en los campos. Apenas puede caminar, pero la fuerza de voluntad que lo caracterizar se impone sobre su dolor. Burla a sus perseguidores. Aquel día comenzaba a forjarse la leyenda en torno a su figura.

El ejército solo ocupa las tres armas que tenía Gilberto Mulet en su casa. El resto de estas, las que se encontraban en casa de Vilí Infante, no fueron descubiertas por el ejército pues el delator desconocía de su existencia.

Sin embargo, tampoco pudieron ser utilizadas por el movimiento. Trasladadas de lugar fueron descubiertas por unos delincuentes que las vendieron. De estos solo se salvaron uno o dos fusiles con los que se quedó Eddy Suñol.

En la ciudad el movimiento también llegó a contar con algunas armas, alrededor de tres fusiles, se guardaron en diferentes lugares como la casa de Subirat. Posteriormente se enviaron para Santiago de Cuba, por orden de la dirección provincial del movimiento.

En cuanto a armas cortas el movimiento llegó a contar con algunas Pedro Díaz Coello, William Aguilera y Delio Gómez, respectivamente, poseían pistolas. Delio Gómez tiene que deshacerse la de él al ser detenido el 30 de noviembre de 1956. Las de Pedro Díaz Coello y William Aguilera le fueron ocupadas al ser detenidos antes de ser asesinados el 25 de diciembre de 1956. El movimiento logró reunir dos o tres libras de dinamita que se encontraban en las Cruces de Purnio, Jesús Cuenca, que trabajaba en las minas de Aguas Claras le entregó al movimiento algunos fulminantes.

El apropiarse de las armas del enemigo no fue un medio utilizado en aquellos momentos por el movimiento en Holguín. Los intentos de comprar las armas a los sicarios de la dictadura en general se vieron frustrados. En ocasiones los soldados y policías le vendían a un militante un arma o parque y luego mandaban a otros esbirros para que se las quitaran. El movimiento en ese año no logró reunir suficientes armas para llevar a cabo una acción de importancia contra las fuerzas de la dictadura. De hecho en noviembre de 1956 contaba para realizar una acción con tres pistolas y una docena de balas. Fue imposible apoyar la llegada de la expedición del Granma.

NOTAS

1.-Ángel Reyes Ricardo, Entrevista, Archivo de la Sección de Historia del DOR del PCC provincial, Holguín.

2.-Tribunal de Urgencia de Holguín, juicio 122, año 1956.

Huelga en Moa: Una historia olvidada por todos

Baracoa, la primera ciudad fundada en Cuba, ha tenido una estrecha relación con Holguín. Numerosos vecinos de esa comarca se establecieron en su territorio. Algunos de ellos fueron relevantes personalidades como el arquitecto Luis Felipe Columbié uno de los más destacados en esa especialidad en la segunda mitad del siglo XX. Existe otra singular relación con la ciudad primada de la Mayor de Las Antillas. En la estructura militar del Ejército de Cuba, como se llamaban oficialmente las fuerzas armadas de la República hasta 1958, Baracoa pertenecía al Regimiento número 1 de la Guardia Rural que tenía su jefatura en el cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Cada regimiento estaba estructurado en escuadrones.

El territorio del antiguo municipio Baracoa se encontraba en la jurisdicción del Escuadrón 17. En esa época el actual municipio holguinero de Moa pertenecía a Baracoa. Por lo que, militarmente, este territorio estaba en la jurisdicción del Regimiento número 1. Mientras el resto de la actual provincia Holguín pertenecía al Regimiento 7 que tenía su jefatura en Holguín a unos pocos kilómetros de la ciudad en un lugar llamado hoy Oscar Lucero. Como toda institución la referida unidad militar dejó una memoria escrita de sus acciones represivas y en general de la vida militar. Unos de esos documentos reflejan un acontecimiento, hasta ahora, desconocido por la historia. Una huelga que se organizó en los primeros días de agosto de 1957 en la planta procesadora de Níquel que se construía en Moa propiedad de una empresa de los Estados Unidos.

Relativamente cercano de Moa se encontraba otra planta de Níquel llamada Nicaro también de propiedad estadounidense. Un grupo de técnicos y obreros de Nicaro trabajaron en el montaje de la nueva industria que se construía en Moa. En el verano de 1957 la vida transcurría monótonamente en el poblado minero, fuera de la actividad en torno a la fábrica. En el cuartelito de la Guardia Rural apenas había una docena de militares.

En aquel caluroso verano parecía que los días se repetirían tranquilamente por siempre. Un trágico acontecimiento ocurrido en una lejana ciudad repercutiría en el batey de la planta de níquel.

El 30 de julio de 1957 fue asesinado en las calles de Santiago de Cuba, Frank País joven dirigente del Movimiento 26 de Julio. La indignación se extendió por todo el país. La dirección de esa organización clandestina proclamó una huelga general en protesta por el asesinato. Un estudioso de aquellos acontecimientos nos dice que la huelga: “…involucró a miles de hombres y mujeres en todo el país.” (1)

La huelga que se desarrolló en los primeros días de agosto ha sido poco recordada y menos estudiada. Dos documentos del Escuadrón 17 nos reflejan el impacto de aquel movimiento en Moa. A continuación reproducimos ambos informes, El primero es de fecha 6 de agosto de 1957.
DIR OPNES G-3 (2) EME. (3)
C MTAR.-(4)

Cumplimiento art(5) 213 inf(6) a las 1500 hrs hoy esta Capitanía tuvo conocimiento que tarde AYER se fueron a la HUELGA OBREROS CIA(7) NICARO en MOA, dirigido por INGENIEROS Evelio Colina, Mario Lamela y Felix Rodriguez de dicha CIA punto He ordenado Sub Tte ISIDRO O. BLANCO con personal su Mando se constituya lugar hechos fin proceder en consecuencia punto Con su resultado se informará ese Centro.
García Santana
Capt JEsc 17 GR (8)

Otro documento fechado el 7 de agosto detalla sobre que ocurrió con aquel llamado a la huelga:
Dir Opns G-3 EME (9)
C Mtar
Ref mi Radio Ayer Trata sobre Huelga Compañía Nicaro de Moa Punto Practicada Inv(10) No se comprobó existencia huelga Nicaro Niquel punto Hecho se debió a rumores y falsas noticias sin poderse determinar quien o quienes las propalaron punto Faltaron al Trabajo algunos Obreros confundidos restableciéndose normalidad martes por la mañana.
Garcia Santana
Cap J Esc 17 GR (11)

No hay duda que hubo un inicio de huelga al que se sumaron un grupo de obreros, principalmente los procedentes de la planta de Nicaro. En esa industria existía desde 1956 una bien estructurada organización clandestina. Es posible que entre los obreros de la referida empresa que trabajaban en Moa se encontraban algunos de los miembros de ella. Pero la acción revolucionaria no estuvo bien organizada y además rápidamente acudieron fuerzas de la jefatura del escuadrón situado en Baracoa. Unos estudioso de aquel movimiento nos dice refiriéndose a la huelga en general que: “La dictadura liquido este movimiento surgido sin preparación y sin control revolucionario” (12)

De todas formas un grupo de obreros que construían la planta se sumaron a aquella acción de protesta por el asesinato del joven combatiente. Un acontecimiento por completo ignorado por la memoria histórica.

NOTAS
1–https://www.cubahora.cu/especiales/el-camino-de-cuba/noticias/frank-pais-el-mas-valioso-de-los-combatientes
2–Siguiendo la estructura del ejército de Estados Unidos se crearon en el de Cuba las direcciones G-1 personal, G-2 inteligencia, G-3 operaciones, G-4 logística y G-5 Inspección General. Fuente: José Quevedo Pérez: Cuba y sus fuerzas militares (1898 1958), Ediciones Verde Olivo, La Habana: 2003, p: 220
3–Dirección de Operaciones Estado Mayor del Ejercito
4—Ciudad Militar así se le llamaba al cuartel de Columbia situado en Marianao, La Habana donde se encontraba la jefatura del Ejército.
5—artículo
6– informa
7– Compañía
8—Capitan Jefe Escuadrón 17 Guardia rural.
9–Dirección de operaciones estado mayor del ejercito
10—Investigacion
11—Ambos documentos se encuentra en el Instituto de Historia de Cuba y su clasificación es 24/4.10/1:2.1/1-24
12–Jose Bell, Delia Luisa Lopez y Tania Caram, Documentos de la revolución cubana 1959, editorial Ciencias Sociales La Habana 2016 p. 245 Para consultarlo en internet pinchar en https://books.google.com/books?id=pnlVDwAAQBAJ&pg=PT221&lpg=PT221&dq=huelga+por+la+muerte+de+Frank+Pais&source=bl&ots=OdUfcZKyAd&sig=ACfU3U209u9_wtosrU