En 1845 se produjo en Holguín un asesinato que espantó a los vecinos de esta población que veía correr los días sin grandes alteraciones del orden público. El Teniente Retirado Cirilo Alcalá Falexo y su esposa Rosalía Rodríguez de Ochoa vecinos de Holguín no podían imaginar la tragedia que se les avecinaba, que estremecería la ciudad y daría lugar a un proceso judicial que puso en evidencias que no todo era sosiego y buena vecindad en este centro urbano, orgulloso de tener el título de Ciudad y contar, ya en esa época, con un puerto, el de Gibara, que había traído la prosperidad económica a la región. En junio de 1845 Cirilo Alcalá fue asesinado.
Su entierro se produjo el 12 de ese mes. La partida de defunción que aparece en la parroquia de Holguín, libro 1845, partida 627, nos dice que: “…murió el teniente retirado don Cirilo, hijo legítimo de Antonio Alcalá y doña Amadora Falexo, naturales de Cartagena, casado con doña Rosalía Rodríguez de Ochoa. Se le hicieron los oficios de sepultura de cruz alta misa, cantada de la llamada del alma por el presbítero Manuel Calderín”.
La historiadora Ángela Peña Obregón, quien encontró esa información nos dice: “Esta información por el grado militar y los oficios religiosos que se le hicieron nos dan a entender que era una figura influyente en la sociedad holguinera de esa época”.
El historiador Jose García Castañeda (1902- 1982) en su obra inédita, La Municipalidad Holguinera: 1800-1850 hizo una amplia descripción de aquel suceso que ponemos a disposición del lector de Memoria Holguinera.
García Castañeda no le prestó mucho interés a la parte morbosa del tema que es lo más socorrido en quienes escriben sobre crímenes que hacen detalladas descripciones de cómo ocurrieron los hechos. En este caso el historiador fijó su atención en el impacto que tuvo en la sociedad holguinera y el trasfondo de corrupción que mostró aquel acontecimiento lo que se puede ver en la complicidad de los autores intelectuales y sus cómplices.
Este es el epígrafe 20 del referido libro sobre la historia de Holguín entre 1800 y 1850 de García Castañeda que con una introducción y notas a pie de página de la colega Ángela Peña Obregón y el autor de este artículo gestionamos su publicación para salvarlo del olvido, un texto indispensable para conocer el pasado del Norte del Oriente cubano pero que necesita de la sensibilidad de una editorial para que no quede en el olvido. En fin veamos que nos dice este acucioso colega sobre aquel acontecimiento.
La causa judicial por el asesinato de Cirilo Alcalá en 1845
Constituyó para el pueblo holguinero un grave acontecimiento el horroroso asesinato de Don Cirilo de Alcalá, ocurrido en la noche del 11 de junio de 1845, que dio lugar a una ruidosa causa criminal, dictándose en ella sentencia de 20 de Junio de 1846, por el Teniente a Gobernador de Holguín Don José Macías, en la que se consignaba que el crimen lo había realizado el preso Isidoro Hernández, puesto en libertad en la mencionada noche para cometer el crimen, al que denunciaron sus mismos compañeros de galera al verlo llegar con sus manos y ropas con manchas de sangre, el que fue condenado a la pena de muerte, en garrote vil, con un letrero en el pecho con la palabra Asesino. Fueron complicados en el asesinato de don Cirilo de Alcalá don Luis María Angulo, acusado antes por Don Cirilo de Alcalá como falsificador y picapleitos; el pardo Francisco Popa, don Quintín de Aguilera, María del Rosario Polanco, Juan Antonio Popa, Manuel Lorenzo Núñez, y otros más, lista interminable.
Don Luis María Angulo fue condenado a seis años de presidio, en el que destinó el Capitán General de la Isla; Francisco Popa a 10 años de trabajo en las Obras Públicas que también consignase el Capitán General de la Isla; absuelto Don Quintín de Aguilera y declararse “compugnados” los demás encausados.
La Real Audiencia de Puerto Príncipe en su sentencia de 30 de junio de 1847, aceptó la condena a garrote vil del asesino Isidoro Hernández, sentencia que no pudo cumplir por su fallecimiento en la cárcel de Holguín; y condenado a Don Luis Angulo y a Francisco Popa a dos años de presidio; al Ldo. Don Quintín de Aguilera a seis años de presidio y a seis meses a José Gregorio Mora, y a Diego Parra, al primero por su calumniosa denuncia y al segundo por sus deducciones; a seis meses de suspensión en el ejercicio de la abogacía al Ldo.
José Joaquín de Quesada, “por sus ilegales consultas”, al ex alcalde de Holguín José Gordillo y a los escribanos Don Antonio de Fuentes y Don Pedro Rodríguez Batista a una fuerte multa por las irregularidades observadas en sus atestados; a los testigos Martín Aedo, Francisco José Pérez y Antonio Ronda a cien pesos de multa por los perjuicios causados al faltar a la verdad en sus declaraciones; al Alcalde de la Cárcel Don Rafael Cedeño a trescientos pesos de multa y seis meses de Cárcel por haber permitido la salida del preso; al Sargento Marcos Núñez que fungía de Comandante de Guardia en esa noche fue entregado a sus superiores del Regimiento “Galicia”, al que pertenecía, al objeto de ser juzgado; no librándose de la sentencia ni al Presbítero Don José Ángel de Fuentes. Con razón fue considerado el crimen del siglo.
El condenado Don Luis Angulo era un famoso picapleitos de la ciudad de Holguín; ya en 18 de Junio de 1837 aparece en acta que el Comandante de la División Pacificadora de la provincia de Oriente “le llamó prófugo de la justicia, vago y picapleitos”, así como falsificador de firmas, entre ellas las del Lcdo. José Rosalía Batista; en el Jiguaní y en el Bayamo se pregonaba en captura; en 1842 había sido expulsado del Partido de Mayarí y hasta obligado a salir de la provincia. Era nativo de Holguín y de ella en época del crimen se le había prohibido su salida de la ciudad de Holguín, estaba vigilado por las Autoridades, y hasta se le había prohibido salir a la calle sin un permiso especial, así como toda intervención en el foro. Ya en otra oportunidad había agredido a Don Cirilo Alcalá, llegando su fama hasta la Capital de la Isla, donde el Capitán General había ordenado se encausara por su mala conducta.
Él había falsificado la firma de don Cirilo de Alcalá y había planeado su asesinato para robarle comprometedores pagarés. Consta que eran Letrados en Holguín en este periodo histórico José Joaquín Almaguer, José Manuel Betancourt, José Joaquín de Quesada, José Ramón de Ochoa, Fernando José Montilla, Rafael Ignacio Curbelo, José Rubio, José Fermín Álvarez y Salvador Rodríguez.
El 28 de Noviembre de 1814 la Real Audiencia había recomendado a los letrados holguineros se presentasen escritos dilatados, ni citar Leyes ó Doctrinas en contra de los que prevenía la Ley 4, Título 16, Libro dos de la Recopilación de las Leyes de Indias. En 1908 encontramos el nombre de Gaspar de Arredondo como letrado de Holguín.
“Sigue en aumento la escasez del papel y la tinta. Qué situación la nuestra. Nos falta todo.” (1) Esta no es la queja de un funcionario de un ministerio de Madrid o Washington que necesita elaborar su cartapacio para el jefe de la oficina, sino de Carlos Manuel de Céspedes el líder de una guerrilla que en muchas ocasiones iba al combate con las cartucheras vacías.
La búsqueda de papel y tinta es una constante para estos bravos guerrilleros. Existe un deseo desmedido por el documento escrito durante toda la guerra.
Los mambises nacieron en un país donde el documento tenía un carácter sobredimensionado. El cubano de la colonia vivía inmerso en un mundo de documentos de todo tipo. Una parte de estos eran producidos sin necesidad real para justificar puestos y empleos, como diría un patricio de aquella contienda: “La plaga infinita de empleados hambrientos que de España nos inunda…” (2) Por lo que al ir a la guerra a constituir una república cargaron en parte con esa mentalidad que habían combatido. La vida cotidiana de los mambises estaba llena de formalidades burocráticas.
Céspedes el 11 de octubre en Palmas Altas, en marcha hacia Yara, nombró a Bartolomé Masó como teniente general segundo al mando y a Juan Hall y Manuel Calvar, brigadieres y ayudantes de campo; a Emilio Tamayo, comandante y jefe de la escolta. Tantos cargos y grados en un ejército que tan solo existía en la mente del abogado bayamés, que en aquellos momentos tan solo había reunido alrededor de 400 hombres. (3) Él mismo acabó por auto designarse capitán general. La vida demostraría que todas estas eran puras formalidades que la base fundamental de la resistencia mambisa serían las partidas o guerrillas que errantes por los bosques mantuvieron la guerra por diez años.
La ofensiva española que se desató sobre los guerrilleros, la falta de armas, parque e incluso alimentos que los llevó a decisiones extremas como el de un grupo de insurrectos que luego de un combate siguieron a sus enemigos en retirada y al descubrir las tumbas donde habían depositados los caídos, uno de los mambises escribió: “… desenterramos los muertos para despojarlos de la ropa (…) Las galletas que encontramos en los bolsillos de los soldados muertos nos sirvieron de alimentos…” (4)
Es de imaginar, los hombres escarbando, apresados por los olores fétidos como preámbulo de la escena que les aguardaba, los cadáveres ensangrentados, en el inicio de la putrefacción, desnudarlos, discutiendo las inmundicias de aquellos cuerpos a insectos y gusanos y alimentándose de las galletas que quizás ya eran parte del proceso de descomposición. Sin embargo los hombres y mujeres que llegaron a tales extremos no dejaron los formalismos de un estado moderno.
Un caso bastante singular fue el del general independentista Julio Grave de Peralta. Este estableció un libro de borradores donde dejaba copia de todos los documentos que se generaban en su estado mayor. De esa forma ninguno de sus subordinados podía argumentar la justificación que no recibió el documento con la orden que no cumplió. El día en que se agotó su reserva de hojas y libretas recurrió a una medida bastante interesante que nos revela en parte la mentalidad de aquella gente respecto a las formalidades. El cinco de marzo de 1870 Julio Grave de Peralta dispuso: “… por falta de papel no se puede sino estampar en el libro toda orden que solo quede estampada será notificada por el secretario y firmada por el oficial á quien fuese cometida, con el objeto único de que no se alegue ignorancia. “(5)
Los diarios personales abundan y la correspondencia con la familia que ha tenido que emigrar de la elite culta que forma parte de la dirección revolucionaria. En ellos se recogen los más disimiles criterios y en ocasiones se dan detalladas explicaciones sobre la vida cotidiana insurrecta. Julio Grave de Peralta nos dejó tres diarios personales. Céspedes dos diarios y extensas cartas a su esposa. Jorge Milanés y Céspedes, miembro de la cámara, en el momento más triste de su vida cuando dejaba los campos de combate cubanos para marchar al extranjero escribió un detallado diario. En él hace una descripción de las muchas miserias de la vida cotidiana en Cuba Libre. Francisco Vicente Aguilera nos dejó uno de los diarios más extensos de la guerra. Serafín Sánchez también tuvo su diario personal. Este documento poco conocido nos ofrece una visión sobre la forma de pensar de esta gente heroica. Para estos escritos personales era necesario papel y tinta, lo que aumentaba el uso de estos valiosos materiales.
Ante tal escasez de papel se realizaban considerables esfuerzos para obtenerlo. Incluso se solicitaba a la emigración revolucionaria en el exterior para que se enviaran hojas y tinta en las expediciones junto a las muy preciadas armas y parque. Por solo citar algunos ejemplos, venían papel y otros efectos de escritorio en las expediciones que llegaron a Cuba en los buques Anna, (6) George B. Upton, (7), en la primera (8) y en la segunda (9) traídas en el Virginius, en la segunda del vapor Salvador (10). Prácticamente en todas las expediciones se enviaba alguna cantidad de papel. También los agentes cubanos que actuaban desde las ciudades y poblados enemigos en medios de grandes peligros, lo hacían llegar a los insurrectos.
Aunque estamos ante un formalismo, también era una manera de demostrar la existencia de la República de Cuba con todas las normas de los estados modernos.
NOTAS A PIE DE PÁGINA:
1–Eusebio Leal Spengler: Carlos Manuel de Céspedes, El Diario Perdido, Publicimex. S.A. Ciudad de La Habana, 1992, p. 93.
2– Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, Carlos Manuel de Céspedes Escritos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1982, T I, P 106.
3– Eladio Aguilera, Francisco Vicente Aguilera y la Revolución de Cuba de 1968, Imprenta la moderna poesía, La Habana, 1908, p. 27.
4– Oscar Ferrer Carbonell. Néstor Leonelo Carbonell, Como el grito del Águila, La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 2005. p. 169.
5–Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Libro copiador número 1199, 5 de marzo de 1870.
6—Milagros Gálvez González: Expediciones navales en la guerra de los diez años, Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2000, p. 253.
7–Ibídem, p. 254.
8–Ibídem, p. 255.
9–Ibídem, p. 257.
10–Ibídem, p. 262.
Entre 1952 y 1958 los revolucionarios cubanos se enfrentaron a la dictadura de Fulgencio Batista. Los crímenes y los atropellos de ese régimen sensibilizaron a no pocos estadounidenses, incluso algunos se unieron a los guerrilleros cubanos. Los motivos fueron muchos desde la aventura hasta el convencimiento de solidarizarse con los que sufrían, inclusive entre ellos se encontraban agentes de los servicios de inteligencia indagando qué acontecía en el cercano archipiélago.
El ejemplo más elocuente del espíritu solidario fue Richard Meredith Sanderlin, conocido por Rex. Natural del Estado de Virginia, donde nació el 21 de junio de 1932. En 1958 se trasladó a Cuba y se unió a las guerrillas del II Frente Oriental Frank País. Era veterano de la guerra de Corea por lo que se convirtió en instructor de una de las columnas de ese frente. Posteriormente integró la fuerza guerrillera que combatió en el territorio del municipio Banes. (1)
Tomó parte en los combates más importantes desarrollados por esta unidad guerrillera. En la acción de los Berros sus compañeros: “…elogiaron a Rex el que había entrado en combate, avanzando y disparando, casi siempre de pie, lanzando improperios y gritándoles a los soldados que pelearan y no huyeran.” (2). El segundo jefe de la columna Reynerio Jiménez Lage reconoció que en el encuentro de Retrete, realizado el 29 de noviembre, entre los guerrilleros más destacados se encontraba Rex. (3) Por su valor se convirtió en un verdadero mito. Una anécdota refleja su coraje: en el combate por la captura del poblado de Cueto, al producirse una retirada producto de una confusión, Rex quedó en terreno contrario con un reducido grupo de combatientes. Estaba gravemente herido. (4) El enemigo envalentonado avanzaba sobre ellos, Rex le gritaba a los soldados, mientras disparaba: “Casquita (5) ríndete que estás rodea”. Sus compañeros lograron conducirlo hacia un hospital rebelde.
Después de la derrota de la dictadura continúo viviendo en Cuba. Se casó con Sara E. Battle mujer de origen humilde. Se radicó en Cueto. Tuvo dos hijas; Nancy y Geraldine. Aun no se había curado de las heridas recibidas en el combate de Cueto y el 10 de noviembre de 1964 fue sometido a una operación quirúrgica en el hospital militar de Santiago de Cuba. En el transcurso de la operación falleció. (6)
Hubo una solidaridad con los que luchaban y sufrían en la mayor de las Antillas por parte de un grupo significativo de estadounidenses. La Editorial Oriente acaba de publicar el libro “Americanos” y soldados: documentos del Ejército de Cuba sobre Estados Unidos (1957- 1958) de la autoría de Marilú Uralde Couto y José Abreu Cardet. Hemos reproducido textualmente algunos documentos del ejército de la tiranía que están incluidos en el libro donde se refleja al apoyo de ciudadanos de ese país a los que combatían la dictadura. Respetamos la ortografía original de los documentos reproducidos.
Rgto No 875-967 CE14GR, Ctral Palma, 4 Ago 957
ASUNTO: Conducción dos ciudadanos Americanos
Al/ Ayudante Rgto 1 GR,(7) C de H (8)
Ctel “Moncada”
Stgo de Cuba
1.- Tengo el honor de poner a su disposición a los ciudadanos Norte Americanos Russell Freeman Masker y Thomas M. Miller, vecinos de Miami, Agustín Viltres y Llopiz, vec. De San Luis, Orte, el chofer José Arístides Santos y ayudante Emiliano Robert Guiber, vecs (9) de esa Ciudad, que en la noche de ayer los referidos americanos llegaron a la Villa de San Luis,(10) procedentes de esa Ciudad en la Máquina manejada por el José Arístides Santos donde se interesaron ir a la residencia de un tal Viltres, y al hacérsele sospechosos al (R- 24273) Cabo Sup Leocadio Ruíz y Hernández, MM (11), (R-52617) Sold. PC José A Milht y Alayo, de ésta Unidad y Cabo PN (12) Nieves Torres, de la Sec. de San Luis, que prestaban servicio vestido de paisano, (13) procedieron a chequearlos y vieron cuando los mismos se desmontaron en la casa del referido Agustín Viltres Llopiz, donde permanecieron como de 10 a 15 minutos con la puerta cerrada y al salir los mismos los interceptaron para interrogarlos y al efectuarle un registro en dos Maletines le ocuparon, cuatro pantalones y cuatro chaquetas color olivo similares a los pantalones de faena que usa el Egto,(14) dos pares de zapatos tennis, tres camisetas Pull-Over todo nuevo, dos pistolas marca Llama (15) Nros. 102083 y 17 6490, calibre 9 M/M (380) cuatro magazines para la misma y 126 cápsulas para dichas pistolas, dos tubos de grasa para limpiar armas, un cepillo para limpiar armas dos pares de guantes, dos cintos de cuero, 19 pares de medias 5 shorts, 1 cepillo para la cabeza, 2 tubitos de material plástico, 2 máquinas de afeitar, 2 pañuelos, 1 frasco de loción, 1 caja de cigarro usada, 1 pomo de desodorante, 1 pomo de crema de afeitar, una latica de gasolina para fosforera,(16) 1 gamuza, y cuando los referidos alists lo conducían al Ctel el Thomas M Miller, extrajo la pistola que parece llevaba en las medias y se la puso en el pecho al Sold Milfer lograron quitársela y una vez que llegaron al Pto el Sub – Tte Ramon Heredia, MM, le dio cuenta al Of que suscribe ordenándole que fueran conducidos a esta Capt (17), que también le fueron ocupado documentaciones correspondientes a Russell Freeman Masker, cuyos individuos norteamericanos tenían el propósito de dirigirse a la Sierra Maestra para unirse a FCR,(18) rogándole que los mismos sean interrogados por el SIR (19)
De Ud respetuosamente
“POR LA LIBERTAD DE CUBA”
(FDo) S N Rodriguez D MMNP (20)
Cmdte Jefe Esc 14 GR (21)
ACTA
Rgto Nro 263-957 Nro 2-8-957
En las oficinas del Servicio de Inteligencia Regimental del Regimiento Número Uno “Maceo”, Cruz de Honor, enclavadas en el Cuartel “Moncada”, Barrio Bacardí, Término Municipal y Partido Judicial de Santiago de Cuba, a los cuatro días del mes de agosto del año mil novecientos cincuenta y siete, el que actúa MANUEL DE JESUS CASALLAS Y MANSO, Mérito Militar, Primer Teniente del Ejército, Jefe, por sustitución reglamentaria, del expresado Servicio de inteligencia, por medio de la presente hago constar lo siguiente:
Que en este día y siendo las doce meridiano, fueron conducidos a estas Oficinas los ciudadanos norteamericanos THOMAS Mc CLELLAN LILLER, natural de Florida, Estados Unidos de América, de 23 años de edad, divorciado, hijo de María, de ocupación comercio y vecino que dice ser de Miami, y RUSELL FREEMAN MASKER, natural de New Jersey, de 27 años de edad, hijo de Elizabelt, ocupación comercio y vecino que dice ser de Sebastián, Florida, Estados Unidos de América, así como AGUSTIN VILTRES LLOPIZ, blanco, natural de San Luis, Oriente, de 39 años de edad, casado, con instrucción, empleado de los ferrocarriles, hijo de Agustín y Carmela y vecino de Coronel Chávez número 164, San Luís, Oriente, haciendo constar que ambos americanos hubieron de alquilar en la Plaza de Dolores, en esta Ciudad, el automóvil marca Chevrolet Chapa de alquiler número 85949 tripulada por el ciudadano JOSE ARISTIDES SANTOS GUILARTE, mayor de edad y vecino de calle 10 número 13, Reparto Desi, en esta Ciudad, como chofer y EMILIANO ROBERT GUIBERT, mayor de edad y vecino de casa de Huéspedes Arambary, situada en la calle Aguilera, entre Calvario y Pío Rosado, como ayudante, dirigiéndose a la Ciudad de San Luis, Oriente, en la búsqueda o localización del AGUSTIN VILTRES LLOPIZ, para que los dirigiese a la Sierra Maestra a incorporarse al grupo de foragidos que comanda Fidel Castro, compuesto por mercenarios y comunistas,(22) resultando que cuando abandonaban el domicilio del VILTRES LLOPIZ, fueron interceptados por el Cabo Suplente Leocadio Ruiz y Hernández, Soldado de Primera Clase José A Milhet y Alayo y el Cabo de la Policía Nacional Nieves Torres, para conducirlos al Cuartel de la Guardia Rural a fin de identificarlos y proceder a lo que hubiere lugar, los cuales eran traídos en el propio automóvil y dando por resultado que uno de los norteamericanos el nombrado THOMAS Mc CLELLAN MILLER, hubo de empuñar una pistola calibre 38 que parece ocultaba dentro de una de las medias que usaba en la forma usada por los pistoleros y empuñándola se la colocó en el pecho al Soldado Milhet Alayo, entablándose una lucha entre ambos para no dejarlo disparar, siendo auxiliado, en esta operación, rápidamente, por el testigo EMILIANO ROBERT GUIBERT, teniendo necesidad los Agentes de la Autoridad, de emplear la fuerza física para desarmar a ambos americanos, ya que se comprobó que usaban sendas pistolas, una cada uno, logrando conducirlos al Cuartel de la Guardia Rural, en cuyo lugar se les ocupó las pistolas números 192083 y 176490, marca Llama, completamente nuevas, calibre 38 (nueve milímetros), cuatro magazines y ciento veintiséis cápsulas para las mismas, cuatro uniformes de campaña, dos gorras, todo color olivo y similares a los usados por el Ejército, dos pares de zapatos de los conocidos por tennis, dos cintos de cuero, un par de guantes, dieciocho pares de medias, cinco short, un cepillo para la cabeza, dos máquinas de afeitar.
Hoja Nro 2, Acta Nro 2-8-957
Dos pañuelos, un frasco de loción, un tubo de desodorante, un tubo de crema de afeitar y una lata de gasolina para fosforeras.
Habiendo podido conocer que estos individuos, extranjeros llegaron a Cuba por avión, el día primero de los corrientes, por Rancho Boyeros, en uno de los vuelos de la Compañía Cubana de Aviación, y se dirigieron a Oriente, por ferrocarril, según los boletines números 657 y 658, ocupados, y la tarjeta de turista número 924431, también ocupada, así como un vaso de papel donde anotaron Sr Viltre, San Luis, Santiago, y, además, realizaron otros viajes de Santiago a San Luis, por la Línea Cubana de ómnibus, según los boletines números 198165 y 198166 y 198167, en cuyo lugar hacían gestiones para localizar al repetido VILTRES y los encaminara a la Sierra Maestra.
El actuante al considerar a los acusados, cuyos nombres y demás generales se han consignado, autores de los delitos relatados, procede, en este acto, a dejar en firme sus detenciones, disponiendo sean conducidos al Vivac Municipal, donde permanecerán a la inmediata disposición del Tribunal de Urgencia de esta Ciudad.
Y no teniendo nada más que hacer constar se dá por terminada la presente, que firman con el actuante, los testigos, para con ella dar cuenta al Señor Presidente del Tribunal de Urgencia de esta Ciudad, a los fines de Ley que estime procedentes.
(f) M de J Casallas, MM
1er Tte del Ejto Jefe (PSR)(23) SIR
(f) Emiliano Robert Guiber
Testigo
(f) José A Santos Guilarte (24)
Testigo
Respetuosamente se eleva al Señor Presidente del Tribunal de Urgencia, Ciudad, la presente diligencia, rogándole sea aceptada como atento escrito de remisión, así como se le remite todo lo ocupado y relacionado en la misma, y teniendo el honor de informarle, que los acusados se encuentran ingresados en el Vivac Municipal a su disposición.
(f) M de J Casallas,MM
1er Tte del Ejto Jefe (PSR) SIR (25)
A manera de epilogo
Una nota manuscrita en uno de estos documentos dice; “Al publicar en la prensa solamente se dirá 3 individuos, sin decir nombre ni nacionalidad.”
Es interesante y comprensible el interés de la dictadura en ocultar la presencia de estadounidenses en las filas opositoras. Si bien el gobierno trató de demostrar la presencia de extranjeros en las guerrilleras para acusarlos de mercenarios pero no le era conveniente que ciudadanos de un gobierno que lo apoyaba integraran las guerrillas. Esto podía repercutir en la opinión pública del poderoso vecino provocando simpatías por la causa revolucionaria.
Citas
1.-Comisión de Historia de la Columna 16, Rumbo al triunfo de enero Columna número 16, Enrique Hart, , Ediciones Verde Olivo, 2007, P 48
2.-Ibídem pp. 133 y 134
3.-Ibídem p. 148
4.-Ibídem p. 251
5.-El pueblo llamaba en forma despectiva a los individuos incorporados al ejército por el Servicio Militar de Emergencia; casquitos. Generalmente eran muy jóvenes. Rex se refiere a ellos en femenino pues en español el adjetivo tiene género en inglés es invariable. Por eso la dificultad de los angloparlantes para el uso adecuado del adjetivo en español.
6.-Comisión de Historia de la Columna 16, ob. cit. p. 251
7.-Regimiento 1 de la guardia rural tenía su jefatura en el cuartel Moncada y en jurisdicción se encontraba el territorio de la actuales provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo, Granma y el municipio Moa de Holguín.
8.-C de H Cruz de Honor entregada al regimiento por rechazar el ataque del 26 de julio de 1953. Según el artículo 341-A del Reglamento para el ejército de 1928 se establece la Cruz de Honor como condecoración para premiar hechos excepcionales que superen extraordinariamente los requisitos exigidos para la concesión de la orden mérito militar. Esta era la más alta condecoración militar del país, de acuerdo con lo previsto en el decreto nro. 2168. Por primera vez en la historia de la república una unidad de las fuerzas armadas era honrada colectivamente con la elevada distinción. El 2 de agosto de 1953, Batista viajó a Santiago de Cuba para imponer la condecoración a la bandera del regimiento, en ceremonia efectuada en el polígono del cuartel Moncada. Posteriormente fue otorgada al Regimiento nro. 4 de la Guardia Rural por frustrar el ataque al cuartel Goicuria en abril de 1956 y a la Casa Militar del Palacio Presidencial por la defensa de esa institución el 13 de marzo de 1957 . Durante la guerra fue entregada a varios cuarteles como el de Veguitas, en enero de 1958 por enfrentar con éxito un ataque rebelde. En todas esas acciones la mayoría de los prisioneros capturados fueron asesinados lo que no era nada honorable.
9.-Vecino
10.-San Luis, cabecera del municipio del mismo nombre, situado en la provincia de Oriente.
11.-Mérito Militar una condecoración que entregaba las fuerzas armadas a su miembros
12.-Policía Nacional.
13.-En ocasiones miembros de las fuerzas armadas hacían este tipo de labor de inteligencia militar vestidos de civil. Esto lo realizaban tanto en las poblaciones como en los campos. En estos últimos eran frecuentes que enviaran a soldados que se hacían pasar por campesinos para detectar posibles emboscadas rebeldes.
14.-Usualmente se relaciona a los militares de la dictadura de Batista con el uniforme amarillo. Usaban esa vestimenta pero en los cuarteles y en los desfiles y ceremonias. En campaña utilizaban un uniforme color verde olivo.
15.-Pistola de fabricación española.
16.-En esa época las fosforeras utilizaban gasolina como combustible.
17.-Capitanía del escuadrón 14 cuya jefatura estaba en Palma Soriano.
18.-Fidel Castro Ruz.
19.-Servicio de inteligencia regimental.
20.-Mérito militar naval y policiaco condecoraciones otorgadas por las fuerzas armadas.
21.-El original de este documento se encuentra en el Instituto de Historia de Cuba Fondo Ejército 24/ 5.2/3:1.1/1-36
22.-Nada más lejos de la verdad la afirmación que los rebeldes eran mercenarios pues no recibían paga alguna por su militancia en la guerrilla. Aunque entre ellos se encontraban algunos comunistas pero el partido comunista en los momentos en que ocurrieron estos acontecimientos se había negado a tomar parte en la guerra de guerrillas contra el régimen. Respetó hasta los últimos momentos su táctica y estrategia. Tardaría en comprender su error.
23.-Por sustitución reglamentaria.
24.-Estos eran el chofer y el ayudante del chofer del auto alquilado. Es sorprendente que este auto llevara un chofer y un ayudante para un recorrido hasta un lugar cercano y que este último en el momento de producirse la detención participara ayudando a los militares.
25.-El original de este documento se encuentra en el Instituto de Historia de Cuba Fondo Ejército 24/ 5.2/3:1.1/1-36
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