El 22 de enero de 1896 la columna invasora, bajo el mando de Antonio Maceo, llegó a Mantua, en el extremo occidental de Cuba. Aquella campaña fue producto del movimiento independentista cubano. Entre los invasores se encontraban cientos de holguineros. La columna que bajo el mando de Antonio Maceo salió desde Baraguá se completó en tierras holguineras.
En Mala Noche en el territorio del actual municipio Calixto García de la provincia Holguín se le unió un poderoso destacamento de holguineros. Allí se realizó una emotiva despedida por los revolucionarios de este territorio a los invasores. Hasta ahora la invasión se ha estudiado con la visión del Oriente pero podríamos preguntarnos que fue para Occidente aquella campaña.
Por primera vez la guerra de independencia se extendía por todo el país. La invasión había sido una aspiración de los mambises desde que iniciaron la primera contienda por la independencia, el 10 de octubre de 1868. Todos los intentos de penetrar al Occidente del país o de sublevarlo habían fracasado. Sin embargo en 1896 esta región se convirtió en el escenario principal de la nueva contienda donde se concentró el grueso de las tropas colonialistas. ¿Por qué no sería, a los 28 años del inicio de la primera guerra independentista que este territorio devino también en tierra del mambí?
Los historiadores tienen variadas respuestas para tales preguntas; una de las más importantes: las divisiones internas de los revolucionarios, pero busquemos otras visiones. Durante la guerra de 1895 existía el regionalismo y las discrepancias entre los mambises que afectaron la contienda fueron frecuentes. Esto no impidió el éxito de la campaña invasora. Veamos la guerra desde los ingenios azucareros. En 1867 la mayor de Las Antillas tenía una población de un millón 426 mil 475 habitantes, de ellos 344 mil 618 eran esclavos, de los cuales una parte significativa trabajaba en la industria y la agricultura azucareras. Aunque a ojos simples la plantación esclavista era un gigante con pies de barros, realmente no era así.
Además de la represión, a los esclavos se les sometía a una destrucción de su identidad y autoestima en un intento de convertirlos en sumisos a los amos. La población considerada blanca estaba atenazada por el pánico a una posible sublevación. Apoyar el independentismo para estos vecinos de la isla los situaba ante la posibilidad de que Haití se repitiera. La esclavitud era tan monstruosa que acabó dominando a la masa de africanos y sus descendientes pero también a una parte significativa de los blancos. A esto se agrega el control que se ejercía sobre las 248 mil 703 personas llamadas de color libres. Eran considerados como individuos de segunda categoría. Ante cualquier intento de reclamar sus derechos se les reprimía cruelmente.
El ejemplo más elocuente de la capacidad de la esclavitud de sobrevivir en las más difíciles condiciones fue Guantánamo durante la guerra de 1868. Pese a que esa región fue invadida en 1871 y desde entonces operaban en ella fuerzas libertadoras, muchas de las plantaciones azucareras sobrevivieron y continuaron produciendo con sus dotaciones. También en gran parte de Las Villas, pese a la guerra, los ingenios siguieron produciendo. Los propietarios de estos tomaron medidas defensivas extremas. Un periodista irlandés que visitó la isla en 1873 afirmaba que: «[…] el ingenio se ha convertido en una especie de fortaleza, de la cual se enorgullecería un señor feudal de los tiempos antiguos.» (1)
La esclavitud fue abolida en 1886. Al producirse la invasión los antiguos esclavos eran hombres libres y muchos de ellos se integraron al ejército independentista. Esto fue un factor fundamental para el éxito de la invasión. Además, con el fin de esta maléfica institución se eliminó el pánico entre los blancos a un alzamiento de los esclavos. Esto trajo un cambio de mentalidad y actitud de una parte de la población cubana hacia la posibilidad de una guerra.
El otro gran enemigo del independentismo eran los integristas cuyo núcleo más virulento lo conformaban los inmigrados españoles. En 1862 residían en Cuba unos 115 mil 600 de estos. Un por ciento importante vivía en el Occidente. Incorporados al Cuerpo de Voluntarios llevaron a cabo una sistemática represión que fue un factor importante para evitar que estallara un movimiento revolucionario en esa región. En 1895 esto cambió, la economía cubana estaba en crisis. El historiador Jorge Ibarra Cuesta en un texto publicado hace unos años demostró con diversos ejemplos esa realidad económica. (2)
La metrópoli tomó toda una serie de medidas protectoras para su industria y comercio, entre ellas la ley de relaciones comerciales de 1882 que hacía prácticamente imposible el comercio directo de Cuba con otros países, incluso con los Estados Unidos, el socio comercial más importante de la isla. Las medidas proteccionistas disminuían la importación de algunos productos criollos por España.
Esta situación afectó a muchos inmigrantes españoles, en especial de la clase media, que estaban más ligados a los intereses económicos de la isla que a los de la metrópoli. Los otrora exaltados integristas que se sentían protegidos en el seno del Estado español durante la guerra de 1868 y además estaban comprometidos con el orgullo nacional sobredimensionado, de pronto se encontraron en una situación económica nada agradable.
La crisis económica y la política protectora de la metrópoli que no tenían, para nada, en consideración los intereses de los emigrados golpeó duramente ese espíritu imperial y prepotente. Agreguemos a esto los desastres de la guerra de 1868 en la cual el número de bajas fue aplastante. Alrededor de 135 mil militares murieron y unos 37 mil fueron dados de baja por enfermedades o heridas. De estos últimos muchos murieron o quedaron inútiles. Prácticamente cada familia española aportó un fallecido a la guerra.
En 1895 el espíritu de independencia se había extendido por todo el país. Muchos de los hijos de los otrora defensores del sistema colonial, militaban en el independentismo. Un ejemplo elocuente de esto era José Martí, hijo de un militar peninsular y una canaria. Otras figuras de menor relieve tomaron igual camino como, por ejemplo, el hijo del comerciante catalán y destacado oficial de voluntarios, en Holguín, Francisco Frexes que se incorporó al independentismo y murió en combate en la invasión con los grados de Coronel.
Todo esto influye para que los peninsulares y canarios radicados en Cuba actuaran con menos convencimiento ante la revolución. Antonio Maceo expresa en carta de agosto de 1895: «Lo que más me llama la atención es ver como el elemento español nos ayuda eficazmente con sus confidencias y recursos.» (3)
El Capitán General Arsenio Martínez Campos se refería el 25 de julio de 1895 a que «[…] ya son pocos en el interior los que quieren ser voluntarios.» (4) El líder autonomista Eliseo Giberga al referirse a la entrada de la columna invasora a Pinar del Río reflexionaba que: «[…] se les acogió como libertadores, asociándose peninsulares- no de buen grado, sin duda- a las demostraciones de que eran objeto […]»(5)
El fin de la esclavitud trajo cambios muy importantes en la región Occidental. Los antiguos esclavos, hoy peones, campesinos, artesanos, obreros… ya no son la masa castrada por el barracón. La crisis económica en que se encontraba el país, en 1895, debilitó el extremismo de muchos inmigrantes españoles.
Estos y otros factores permiten que la sociedad del Occidente del país asimile la guerra en 1895, en consecuencia, la invasión y su triunfo arrollador fue producto de la capacidad militar de los insurrectos, y en especial de Antonio Maceo y Máximo Gómez, pero es también favorecido por las grandes transformaciones ocurridas en la sociedad cubana en aquellos momentos. En 1896 el Occidente estaba preparado para recibir al ejército invasor.
CITAS.
1–James J. O Kelly, La Tierra del Mambí, Instituto del Libro, La Habana, 1968, p. 140.
2–Jorge Ibarra Cuesta, Guerra del 95: ¿guerra de la voluntad e ideal o de la necesidad y la pobreza? En: Patria etnia y nación, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, p. 83.
3–José Luciano Franco: Antonio Maceo apuntes para una historia de su vida, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1973, tomo 2, p 151.
4–Raúl Izquierdo Canosa: La Reconcentración 1896-1897. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 1997, p. 23.
5–Leopoldo Giberga: Apuntes sobre la cuestión de Cuba, por un autonomismo, La Habana, 1987, pp. 146-147. Citado por Jorge Ibarra Cuesta, Patria etnia y nación, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, p. 102.
La editorial Oriente acaba de publicar el libro: “Americanos” y soldados: documentos dle ejército de Cuba sobre Estados Unidos (1957- 1958) De los historiadores Marilú Uralde Cancio y José Abreu Cardet. Ejército de Cuba era el nombre oficial de las fuerzas armadas cubanas, hasta el 31 de diciembre de 1958.
En muchos textos se le llama Ejército de Batista o Ejército batistiano. Pese al papel tan importante de las relaciones entre los dos países durante la primera mitad del siglo XX es un tema relativamente poco tratado por los historiadores y hasta donde sabemos es la primera compilación de documentos que se le entrega al lector interesado. Como un adelanto ponemos a disposición de los interesados en el pasado de la mayor de Las Antillas la introducción del libro y el índice.
DOCUMENTOS, SOLDADOS Y “AMERICANOS” (NOTA INTRODUCTORIA)
Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba tienen profundas raíces. Mucho antes que se formaran los dos estados, sus habitantes mantuvieron un intercambio económico y cultural. Al convertirse las trece colonias en una república se despertó un interés permanente de dominar la mayor de Las Antillas. Las intenciones tuvieron éxito cuando, luego de la Guerra Hispanocubanoamericana, la Isla se convirtió en una neocolonia del poderoso vecino. Esta situación se mantuvo hasta el 1º de enero de 1959. El tema ha sido tratado por la historiografía a ambos lados del estrecho de la Florida. Ha llamado, en especial, la atención de los estudiosos las relaciones entre Estados Unidos y el último gobierno de Fulgencio Batista Zaldívar que se estableció por medio de un golpe de estado el 10 de marzo de 1952. Desde el inicio de su gobierno se desarrolló una poderosa oposición; materializada en la guerra de guerrilla en los campos y acciones clandestinas en la ciudad. El 31 de diciembre de 1958 Batista ante las derrotas infligidas a su ejército abandonó el país.
La dictadura recibió apoyo de los Estados Unidos, materializado en una misión militar que asesoraba a las instituciones armadas, la venta y la donación de armas con las que se reprimía la oposición. Por último el gobierno de Estados Unidos trató de separarse de su aliado cuando comprendió que la insurrección que se desarrollaba en la Isla tenía muchas posibilidades de triunfar. Investigaciones y libros testimoniales analizan acuciosamente esas relaciones.
Sin embargo, hay un asunto poco tratado; cómo se reflejó en las fuerzas armadas de la tiranía durante la lucha insurreccional el poderoso vecino. Ese es el objetivo de este libro. Hemos seleccionado un grupo de documentos del Ejército de Cuba, que se encuentran en el Archivo del Instituto de Historia de Cuba, en la ciudad de La Habana y lo ponemos a disposición del lector. Los documentos que reproducimos son fundamentalmente de los años 1957 y 1958. En esta etapa se desarrolla la guerra de guerrillas y el movimiento clandestino alcanza un gran auge. La papelería tiene diverso origen desde la misión militar estadounidense en La Habana, el agregado militar de la mayor de Las Antillas en Washington, informes de los distintos mandos de los regimientos y escuadrones de la guardia rural, etc.
Analizamos cada documento cuidadosamente en dos sentidos. Primeramente tratar de conocer toda la información que pudiéramos reunir sobre los datos que nos ofrecían. Como este es un tema poco conocido elaboramos una gran cantidad de notas a pie de página. En ella aparecen análisis sobre asuntos tan variados como los tipos de armas del ejército, las síntesis biográficas de altos oficiales de las fuerzas armadas, las estructuras militares… en fin una información que raramente se ofrece en los libros. La confección de un total de 582 notas a pie de página confirma que se fue en extremo riguroso en el análisis de los documentos. Enmarcamos cada documento en el contexto en que se produjeron los acontecimientos. De esa forma intentamos que la compilación no fuera una simple colección de pliegos. Desarrollamos tesis con ellos y sobre todo que fueran de utilidad a un lector potencial.
Estructuramos la documentación en varios acápites. A cada uno de estos le hicimos una breve introducción. Esto junto con las abundantes notas a pie de página nos evita enfrascarnos en elaborar una extensa introducción que, en ocasiones, queda separada de la documentación para un lector que casi siempre está más interesado en el manuscrito original que en los análisis del compilador. La documentación tiene diversas lecturas. En cada capítulo hemos tratado de buscar esas visiones. No podemos dejar de mencionar una muy significativa: el apoyo del gobierno de Estados Unidos a la dictadura de Batista.
También nos encontramos la solidaridad de no pocos estadounidenses con la lucha de los cubanos contra el dictador. Ese es un sendero prácticamente inédito en la historia. Algunos documentos tienen cierto sentido de futuro. Nos referimos a la autorización para utilizar el espacio aéreo de la Isla por aviones en funciones meteorológicas. Es como un antiguo llamado: frente a graves problemas comunes es necesario la cooperación. Una característica de este texto es que señalamos los libros donde se pueden ampliar temas que tratamos y por el espacio es imposible profundizar en ellos.
Los documentos que ponemos a disposición del público no reflejan un mundo en blanco y negro. El lector tendrá detalles de cómo militares estadounidenses participaban en el entrenamiento de los cadetes cubanos, los futuros represores, las instrucciones para asesinar a los revolucionarios, pero también se encontrará una desgarradora narración de la madre de una enfermera de la base de Guantánamo, sobre los últimos momentos de una adolescente cubana que integraba las guerrillas y resultó mortalmente herida. Sus compañeros la llevaron a la base donde fue atendida.
El 17 de Noviembre de 1957 la tranquilidad reinaba en la ciudad de Holguín. Luego del asesinato de 23 revolucionarios en diciembre de 1956, la masacre de los expedicionarios del Corynthia en mayo de 1957 y el asesinado de otros revolucionarios como Dagoberto Sanfield, Eradio Domínguez, Alcides Pino… las fuerzas de la dictadura se sentían seguras.
El oficial de guardia del regimiento número 7 de la Guardia Rural desde lo alto de su oficina observa el tránsito por la carretera central que se extendía frente a la unidad militar, debió de pensar que sería aquel día aburrido. No podía imaginar que el Movimiento 26 de Julio se había organizado con gran vitalidad en la ciudad de Holguín y silenciosamente se preparaba para dar uno de los golpes más fuertes que recibiría la dictadura de Batista; el ajusticiamiento del coronel jefe del regimiento Fermín Cowley Gallegos el 23 de noviembre de 1957. Pero el oficial de guardia no tenía el don de adivinar el futuro.
El timbre del teléfono lo sacó de su letargo de hombre que se sabe parte del poder. Oyó la voz nerviosa en el otro extremo de la línea que intentaba explicar lo que habían visto sus ojos. La llamada procedía del cuartel de Buenaventura, un poblado que se levantaba a la vera de la carretera central entre Holguín y Tunas. La noticia era para poner nerviosos a muchos en el regimiento y el ejército en general. En el cuartelito se encontraba detenido un miembro de las fuerzas armadas de los Estados Unidos con cuatro ametralladoras portátiles, una pesada y cuatro fusiles de combate, parque para estos así como otros medios bélicos.
Robert Franklin Rigss, miembro de la marina de los Estados Unidos destacado en la base naval Guantánamo, se dirigía conduciendo un automóvil a su unidad. Para el traslado a la Isla utilizó el ferry que unía a Florida con La Habana. Tuvo un accidente entre la ciudad de Holguín y el poblado de Buenaventura en la carretera central. Las autoridades descubrieron que transportaba10 fusiles así como gran cantidad de parque. Fue detenido y sometido a interrogatorio.
El marino por orden del jefe del ejército fue entregado a un oficial de la base naval de Guantánamo y al cónsul de los Estados Unidos en Santiago de Cuba. Para trasladarse a Holguín lo hicieron en un avión de las fuerzas armadas del poderoso vecino. Este aterrizó en la pista militar construida frente a las instalaciones del regimiento. Por mucho menos que la acción que realizó este marino de trasladar de Estados Unidos armas para los revolucionarios un cubano era asesinado. En este caso quedaba en evidencia la influencia de Estados Unidos sobre las fuerzas armadas cubanas.
El Servicio de Inteligencia del Regimiento tomó una gran cantidad de fotos de las armas ocupadas y del acto de entrega del marino a las autoridades estadounidense que ponemos a disposición de los lectores. También reproducimos textualmente parte de la documentación que generó aquel acontecimiento. Damos paso a una interrogante. No pudimos consultar el interrogatorio que se le realizó a este militar estadounidense por el Servicio de Inteligencia de la dictadura. Es posible que en el encontremos muchas preguntas que nos hicimos cuando consultamos estos documentos como si estamos ante un gesto de solidaridad o estos equipos le serian vendidos a los revolucionarios.
“REPUBLICA DE CUBA
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
EJERCITO
ACTA
En la Jefatura del Regimiento No 7 de Guardia Rural, “General Calixto García”, Puesto “General Remigio Marrero Álvarez”, (1) Holguín, a los veintiún días del mes de Noviembre de mil novecientos cincuenta y siete, el que actúa, ROSENDO BENJAMIN ABREU Y JIMENEZ, MM, Comandante, Ayudante del expresado mando, por medio de la presente, hago constar lo siguiente:
Que siendo las diez horas de la fecha antes mencionada y presente ante mí el Teniente de Navío PHINEHAF S. NEWTON, de la Marina de Guerra de los Estados Unidos de América, cumpliendo lo ordenado por el Mayor General FRANCISCO TABERNILLA Y DOLZ, (2) MMN y P, Jefe de Estado Mayor del Ejército de Cuba, en Radiograma Oficial de fecha 201700 del actual, dirigido al Coronel FERMIN C DE LA C COWLEY Y GALLEGO,(3) MM y N, Jefe del expresado Regimiento, el Oficial Actuante, por orden del Jefe de dicho Mando, procede a hacerle entrega del Marinero ROBERT FRANKLIN RIGSS, de la Marina de Guerra de los Estados Unidos de América, quien se encontraba retenido en este Puesto, por estar complicado en actividades subversivas en contra del Gobierno de la República de Cuba.
Así mismo se le hace entrega al propio Oficial de la Marina de Guerra de los Estados Unidos de América, de las actuaciones verificadas en este caso, contenidas en el Expediente número 534- C- 957, de la propia Jefatura, cuyo Expediente está compuesto de las hojas números 1, 2 y 3 del Informe inicial emitido por el Jefe del Séptimo Pelotón del SIR (4); del Extracto y Primer Endoso de este Jefatura, elevándolo al Estado Mayor del Ejército; y del citado Legajo; así como también se le hace entrega de los documentos Oficiales ocupados al Marinero en cuestión, de los cuales se obtuvieron las Copias Fotostáticas que se mencionan; y otras notas particulares que también le fueran ocupadas al propio Marinero.
Y no teniendo nada más que hacer constar, se dá por terminada la presente, que firman para constancia los que en la misma han intervenido.
Rosendo Abreu, MM Phinchas S. Newton
Comdt, Aydte Rgto 7 GR Tte de Navío Marina Guerra EUA
ACTUANTE RECEPTOR” (5)
Este acontecimiento trajo una rápida reacción de las autoridades. Se trató de localizar a otros militares de la base de Guantánamo que pudieran introducir armas para los revolucionarios. Se dio órdenes de confeccionar un listado de todos los que procedentes de los Estados Unidos y utilizando el Ferry habían llegado a Cuba en sus automóviles.
REPUBLICA DE CUBA
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
EJERCITO
EXTRACTO
Holg, 29 Nov 957.- M. Alvárez Noval, MM, Cmdt (6) J7mo Ptón SIR,(7) relaciona las personas que entraron con automóviles por el Puerto de la Hab, con destino a la Base Naval Caimanera, entre el 3 de Oct y 14 Nov, en alguno de los cuales se presume hayan transportado armas, etc
1er End
Arch No 534- C- 957 Jef Rgto 7 GR
Holg, 4 Dic 957
Respetuosamente se eleva al Dir Opns G-• EME, Ctel “C Parrado”, Cdad Mtar, con inclusión de la relación de las personas que entraron con automóviles por el Puerto de esa Capital, con destino a la Base Naval de Caimanera, entre el 3 Oct y 14 Nov últimos a que alude el J7mo Ptón SIR (8)en el escrito inicial, en alguno de los cuales se presume hayan transportado armas, en forma análoga a como lo realizó ROBERT RIGSS, miembro de dicho Cpo;(9) para su conocimiento y efectos que estime procedentes, en relación con la sugerencia hecha en el Pfo (10) 4 del citado escr. (11)
“POR LA LIBERTAD DE CUBA”
l. Pérez y Coujil (12), MMNyP
Cor Rgto 7 GR
REPUBLICA DE CUBA
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
EJERCITO
ARCH No 302- 957 Pto “Gen R Marrero Alvarez”
Holg 291100 Nov 957
ASUNTO Trasiego de armas con fines revolucionarios por Mbros de la Base Naval Americana en Caimanera
Al Aydte Rgto 7 GR
Pto
1.- En relación con el automóvil tripulado por el mbro de la Base Naval Americana en Caimanera ROBERT FRANKLIN RIGSS, a quien se le ocuparon armas el día 17 del actual y fue puesto a disposición de las Autoridades de los Estados Unidos en esa Base, le info:
2.- Que además del mencionado RIGSS, entraron por el Puerto de la Habana con autos destinados a la Base, VIRGINIA E. ALTIZER, MICHAEL A DINARDO y 17 personas más, en las fechas comprendidas entre el 3 Oct a Nov 14; todas ellas con autos de uso, en alguno de los cuales se presume transportaron armas en forma dolosa desde Miami a puntos de Cuba.-
3.- Además de los mencionados entraron para la Base Naval Americana
CHRISTINE PHILLIS NASH de 1950 Oct 3
DUDLEY WILLIAMS FORD de 1955 Oct 5
VERLEIN STEWART FORD Oct 8
ROBERT HALL OSDMOBILE 1955 Oct 8
FRANK l Smith DE SOTO 1952 Oct 10
CHARLES C MILLION PONTIAC 1956 Oct 10
ROBERT ROBINSON WILLYS 1955 Oct 10
ARTHUR PELLEGRINO OSLDSMOBILE 1947 Oct 19
WILLIAN L DROTT OSLDSMOBILE 1954 OCT 26
EUGENE C GROVES CHEVROLET 1955 OCT 26
KACT T TAYLOR DODGE 1955 OCT 29
FREDIE BAKER FORD 1954 NOV 2
CAROLIN BONDI FORD 1954 NOV 9
GEORGE RAPLIS PLYMOUTH 1951 NOV 12
RUTH WILLIAMS NASH 1951 NOV 12
DOUGLAS ROY HUDSON 1953 NOV 12
HARLAN KRUEGER CHEVROLET 1950 NOV 14
4.- Lo que le inform por si estima darle traslado reglamentario a las autoridades Navales Americanas en Cuba, para su investigación, al igual que se ha hecho con el caso de ROBERT FRANCKLIN RIGGSS
De Ud. respetuosamente,
“POR LA LIBERTAD DE CUBA”
M Álvarez Noval MM
Cmdte Insp Aux Rgto 7 GR (13)
J 7mo Pton SIR (14)
NOTAS
1–El regimiento se llamaba Calixto García pero el puesto donde estaba la jefatura se llamaba General Remigio Marrero Álvarez.
2–Francisco Julián Tabernilla Dolz (Pancho). Nació en La Habana, el 29 de enero de 1888. El 16 de octubre de 1917 ingresó como cadete en el ejército. En 1944 fue retirado con el grado de general de brigada por el gobierno de Ramón Grau San Martín. Por su participación en el golpe de Estado el 10 de marzo de 1952, ese día fue ascendido a Mayor General. Ocupó el cargo de jefe del Estado Mayor del Ejército y a partir de noviembre de 1957 de jefe del Estado Mayor Conjunto. Propulsó la carrera militar de sus tres hijos Carlos, Francisco y Marcelo. El primero de enero de 1959 abandonó el país. Falleció en los Estados Unidos.
3–Fermín Cowley Gallegos: Nació en La Habana, 8 de diciembre de 1907. El 11 de diciembre de 1940 se alistó en el ejército. Antes del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 alcanzó el grado de primer teniente. Ese mismo día fue ascendido a teniente coronel y a partir del 17 de junio de 1957 ostentó el grado de coronel. Ocupó los cargos de Oficial Ejecutivo del Consejo de administración de la Caja de Anticipo de Seguro de las Fuerzas Armadas (CASFA) y jefe del Regimiento 7 de la Guardia Rural. El 23 de noviembre de 1957 fue ajusticiado por un comando revolucionario en Holguín. Para más información ver William Gálvez Rodríguez, Salida 19, Acción comando. Hay dos ediciones la primera de la editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1982, y la segunda edición, Holguín 2007.
4–Servicio de Inteligencia regimental
5–Instituto de Historia de Cuba, Fondo Ejército, Ciudad de La Habana 24/4.3/1:2/1-30
6–El que un comandante se encontrara al frente del servicio de inteligencia del regimiento nos dice de la importancia que tenía este para las fuerzas armadas. En el regimiento de Holguín había muy pocos oficiales con ese grado.
7–El Servicio de Inteligencia regimental nacionalmente está dividido en pelotones a cada regimiento de la guardia rural le correspondía un pelotón que tomaba el número del regimiento.
8–Jefe séptimo pelotón del Servicio de Inteligencia Regimental.
9–Cuerpo
10–párrafo
11–Varios combatientes clandestinos utilizaron esa vía para transportar armas y explosivos.
12–Leopoldo Pérez Coujil. Nació en La Habana, el 24 de abril de 1910. Ingresó en la Marina de Guerra el 14 de noviembre de 1928 y el 16 de octubre de 1933 se licenció para alistarse en el ejército. Antes del 10 de marzo de 1952 alcanzó el grado de capitán. Por su participación en el golpe de estado fue ascendido ese día a coronel. Jefe del regimiento 4 de la guardia Rural(18 de mayo de 1953), jefe del regimiento 6 de la guardia rural( 17 de abril de 1954), jefe del regimiento 4 de la Guardia Rural 20 de agosto de 1954, jefe del regimiento 2 de la Guardia Rural 7 de febrero de 1955, vicepresidente ejecutivo del BRAC 20 de septiembre de 1956, jefe del regimiento 7 de la GR,8 de noviembre de 1957 y jefe del SIM 24 de marzo de 1958. Al triunfo de la revolución marchó al extranjero.
13–Comandante inspector auxiliar del Regimiento número 7 de la Guardia Rural.
14—Información tomada del libro “AMERICANOS” Y SOLDADOS: DOCUMENTOS DEL EJERCITO DE CUBA SOBRE ESTADOS UNIDOS. (1957 1958) José Abreu Cardet y Marilú Uralde Cancio, Editorial Oriente, 2017
Protección del Patrimonio Cultural
Copyright Centro Provincial de Patrimonio Cultural Holguín / Desarrollado por ACCS Holguín