José Abreu Cardet

LA RUINA DE GIBARA.

Durante el siglo XIX Gibara se convirtió en el puerto de una gran parte del territorio  del norte del oriente de Cuba. La ciudad alcanzó un gran auge. Se construyen muelles y almacenes.

Si en 1827 se habían importado y  exportado por sus muelles  mercancías por un valor de 72,340 pesos ,diez años después llegaban  a 260,290 pesos y en 1847 a 638,687 cifra que se  superó  en 1858 con la cantidad de 666,040 .Durante el cuatrienio de 1861  a 1864 se importaron mercancías por un valor de 593,564 pesos y  se exportaron 3,913,158 pesos.(1) Los enriquecidos comerciantes levantan bellas mansiones que hoy todavía podemos contemplar.   

El siglo XX será el desastre. No tanto por los efectos de las guerras de independencia  sino por la suma de toda una serie de factores que le fueron adversos a este puerto. Uno de ellos es geográfico y tecnológico. Los barcos han aumentado sus dimensiones y calado mientras  la profundidad de la bahía ha continuado disminuyendo. Dos ríos, el Gibara y el Cacoyuguin,  vierten en ella. Pero esa no es la causa  fundamental de la ruina. El eje económico de la región holguinera en el siglo XX  se ha desplazado para la gran industria azucarera, en especial las grandes compañías azucareras estadounidenses establecidas en el norte de oriente. Gibara ha quedado por entero fuera de esa expansión azucarera. Se construyen varios centrales azucareros de grandes dimensiones como el Boston y el Preston en las márgenes de la bahía de Nipe. El Chaparra y el Delicia en el territorio del municipio Puerto Padre. Otros centrales se construyen en el municipio Holguín como el San German, Baguanos, San José y Maceo. (2)

Los ingenios de los hinterland del puerto de Gibara en extremo afectados por la guerra de 1895  acaban cerrando definitivamente en los primeros años del siglo XX con la excepción de uno que logra dar el salto tecnológico y económico y se convierte en un central azucarero. Nos referimos al central Santa Lucia ya demolido.

El puerto pierde toda su importancia pues varios centrales azucareros construyen sus propios puertos y sub – puertos. Otros exportan su producción por el moderno puerto de Antillas recién construido por una empresa estadounidense. Este se encuentra en Nipe  la bahía más grande la isla. En la bahía de Puerto Padre también se construye un puerto azucarero.  Prácticamente todos los buques de la época podían llegar hasta sus muelles.

La construcción del ferrocarril central en los primeros años del siglo XX se agrega a las dificultades. Se puede traer directamente hasta los principales centros urbanos  la mercancía importada por los muelles de La Habana y Santiago de Cuba. Al mismo tiempo el ferrocarril de Holguín a Gibara es de vía estrecha lo que incomunica a la población con las demás vías férreas nacionales. Por ultimo la carretera central y el desarrollo del transporte automotor en el siglo XX se suman a estas “desgracias”. (3) El comercio de Gibara se ha arruinado o se ve profundamente afectado. Gibara se convierte en sinónimo de la miseria republicana.

La ciudad se detiene con el final del siglo XIX. Tal parece que el tiempo ha dejado de transcurrir. Gente pobre viviendo en mansiones decadente. Trepando por una verde colina con sus edificios de tejas rojas esta pequeña ciudad portuaria ofrece al visitante un mundo que parece estrechamente vinculado al pasado y que amenaza de forma muy real con desaparecer. Gibara es un testigo silencioso  del enfrentamiento durante el siglo XIX de la metrópoli y la colonia. Luego en el siglo XX seria victima de la acción de los grandes capitales  estadounidenses que desplazan la economía hacia los centrales que construyeron y los nuevos puertos y sub-puertos vinculados a sus intereses ferrocarrileros. Quizás su futuro y reanimación económica este en su esplendoroso pasado. Cada día hay más gente de  remotos confines interesados en visitar esta ciudad y su bella bahía.

 

NOTAS

1-Herminio Leyva y Aguilera Gibara y su jurisdicción. Datos históricos y estadísticos .Taller tipográfico de Martín Bim Gibara l894  pp. 161/171

2- Los nombres actuales de esos centrales son los siguientes

 Boston, Nicaragua,

Preston, Guatemala (demolido)

Chaparra, Jesús Menéndez

 Delicia, Antonio Guiteras

San German, Urbano Noris

Baguanos, López Peña

San José, Cristino Naranjo

Maceo,  Antonio Maceo

3- Para mas información sobre la ruina de Gibara se puede consultar a José Vega Suñol Norteamericanos en Cuba Estudio Etnohistorico Publicado por la Fundación Fernando Ortiz La Habana 2004

 

LOS ATAQUES A POBLACIONES: ALGUNAS CONSIDERACIONES

Las fuerzas armadas de la dictadura tenían un verdadero entramado  de pequeños puestos de la guardia rural con una  dotación  de una o dos parejas en los pequeños caseríos así como cuarteles  de ese  cuerpo situados en centrales azucareros y otros poblados  de mayor  importancia con una docena o mayor cantidad de  militares.  Los combatientes del cuarto frente realizaron ataques a algunos de estos cuarteles. Estas acciones se desarrollaron fundamentalmente en el territorio de los antiguos municipios de Gibara, Puerto Padre, Bayamo, Holguín, Victoria de las Tunas y Camaguey.

Hemos considerado que la lucha guerrillera en esta región podíamos dividirla en dos periodos fundamentales. El primero comprende desde el inicio de la primera guerrilla (1) en el veranos de 1957  hasta agosto de 1958. En este periodo las fuerzas revolucionarias están integradas por grupos armados con escopetas, fusiles deportivos y revólveres fundamentalmente. En el segundo periodo septiembre a diciembre  de 1958 en la zona operan varias columnas enviadas de la Sierra Maestra que cuentan con armas de guerra. (2)    Fuera interesante realizar un breve análisis sobre estas  acciones rebeldes sobre las poblaciones controladas por el enemigo.  En el primer periodo estudiado de la lucha guerrillera en los llanos orientales, verano de 1957- agosto de 1958, estas guarniciones tuvieron una gran importancia pues dada la debilidad del movimiento guerrillero  los  militares podían hacer recorridos por el área  bajo  su jurisdicción  con  pocas posibilidades de ser atacados.  Eran  un medio de dominio sobre los campos colindantes y de amenaza  constante para los guerrilleros. Por las escasas armas de los  rebeldes cada uno de estos cuartelillos devenía en un bastión inexpugnable  para  las  aspiraciones de los  revolucionarios.  En  este periodo los escopeteros tan solo pudieron capturar un  insignificante  puesto de la guardia rural, en el poblado de  Mir,  término municipal  de Holguín, en un inesperado ataque – 31 de  marzo  de 1958- dirigido por Orlando Lara.

La  situación cambio por entero con la llegada de  las  columnas rebeldes. Una de las características de este nuevo periodo fueron los ataques a cuarteles. Lo que podemos considerar como la primera acción en este periodo fue el asalto que dirigió  Cristino Naranjo (3) contra la hacienda de Limoncito en el municipio Holguín (4). En ese lugar la dictadura había situado una pequeña guarnición. Cristino describió en estos términos el ataque.

Día 17 de septiembre: … a las 6 pm la tropa bajo el mando del Capitán Cristino Naranjo atacó la finca Limoncito del representante Martín Robaina Leiseca y que en la mencionada finca estuvo un cuartel de la Guardia Rural y por la noche armaba un grupo de civiles para la protección de la misma.  En el mencionado ataque nuestra tropa salió sin novedad, ocasionándole cinco bajas al enemigo.(5)

Los revolucionarios ocupan cuatro fusiles  así como 8 armas cortas,  y 5 escopetas de caza de diferentes  mil proyectiles para los fusiles de guerra y una cantidad mas modesta para las demás armas. No hay duda que estamos ante una esplendida victoria. En especial por la gran cantidad de parque capturado. Pero sobre todo marco el inicio de un cambio en las operaciones realizadas por los rebeldes.

Luego  de esto  los  ataques se sucedieron tanto a puestos aislados   como  a poblados.  En total fueron atacados por las columnas 12, 14 y 32 los puestos enemigos situados en  -Limoncito, Manatí en dos ocasiones,  presa  de Holguín,  Jobabo atacado en dos ocasiones, cantera de Palo  Seco, microonda   de   Buenaventura,   San   Germán,   Bartle,   Puerto Padre, Gibara, Buenaventura. En total se registraron 13 ataques  a guarniciones  enemigas que protegían un poblado u otro  lugar  de interés  económico. De ellas fueron realizadas por tropas  de  la Columna 12 un total de 6, por  la Columna 14 un total de 6 y  con fuerzas  combinadas  de las Columnas 32, 14 y 12  una.  En  cinco casos  fracasaron los ataques – primer ataque a Jobabo,  Manatí, cantera  de Palo Seco, San Germán y Gibara.

Consideramos como ataque a una guarnición enemiga el combate de la presa. Aunque la presa de Holguín lo que se recuerda fue el combate contra un patrulla que llego sorpresivamente pero esta acción fue inicialmente  el ataque a una pequeña guarnición enemiga que custodiaba las maquinas de bombeo de la presa de Holguín. Eddy Suñol en carta a Fidel de 23 de octubre de 1958 le describe el combate en estos términos:  

Preparé una acción para tomar el acueducto de Hol­guín, me enteré que tenían tres soldados y que dos de ellos iban por la mañana en una guagua para Aguas Claras a desayunar. Entonces mandé a RaúI Castro Mercadé (6)  a posesionarse al amanecer en el camino por donde iba la guagua con 24 hombres, y yo con otros 24 me posesioné cerca del acueducto dejando los demás acampados en otro sitio lejos de allí, pues pensé «con estos sobran» y no quería exhibir tanta gente.

A las 7 AM vi pasar la guagua y salir en ella dos soldados, esperé unos minutos y asalté el acueducto, tomándolo por sorpresa, recogimos un revólver y tres Springfields con sus cananas, en eso buscábamos al mecánico para que parara las máquinas eléctricas para romperlo, en ese momento estando nosotros en la casa bomba, la posta mía que había mandado a poner en el camino que viene de Velasco, cuando iba a coger posesión vio dos jeeps y un camión de soldados, no dándole tiempo a coger su posición que le asigné (gente de la escuela(7)  sin experiencia) y deja­ron pasar a los soldados sin tirar un tiro, cogiéndonos a dieciocho en la casa bomba, pero los que habían fuera los vieron y dieron el aviso inmediatamente, les abrimos fuego, nos tenían trancados, pues el frente lo tenían tomado, pero todo el mundo se portó como es, fue una cosa de película, enseguida le tomamos el puente y se nos fueron los que se fueron porque el puente es muy largo y a dos soldados nos costó eli­minarlos para pasar y los de atrás ya destrozados se fueron en un jeep y a pie huyendo. Ahí tomamos un San Cristobal y tres Springfield más. Aquí pelearon las mujeres y le digo pelearon todos como unas he­roínas.

También cogimos un prisionero y otro que habíamos cogido en el acueducto. Dejaron tres muertos, 6 pei­nes Cristóbal y 150 tiros M-1, y 293 balas 30-06, seis mochilas completas y tuvimos dos heridos graves de Ios muchachos aquellos que yo mandé a buscar a Holguín con Mulet (8), se llaman Alcides Aguilera, con un tiro en el pecho. y el otro Hugo Ochoa, con un tiro en la ingle. Pero creo no se muere ninguno, según me dice el médico

Por otra parte Raúl en la guagua cogió dos solda­dos con dos pistolas y dos revólveres, uno desarmado. Total tomado: seis Springfields. Una Cristóbal con 6 peines, dos pistolas 38-32, cuatro revólveres 45, 293 balas 30-06, 156 balas M-1; seis mochilas. (9)

Veamos como se realizaron algunos de estos ataques  El primer ataque a Manatí fue descrito por Eduardo Sardiñas (10) en carta a Fidel Castro de fecha 27 de octubre de 1958:

El martes 14 de octubre elementos de acción incorporados a esta columna atacaron el puesto naval del poblado de Manatí; después de  media hora de intenso tiroteo se ocupó el cuartel y las ar­mas que allí se encontraban, consistentes en tres rifles Springfield, un ametralladora Thompson, dos carabinas M-1, tres pistolas 45, una escopeta de repetición 12, un revólver 38, 1 310 tiros 30-06, 206 b. las 45, 500 tiros M-1, así como una granada de mano. La acción se produjo rápidamente, los cuatro marineros que ocupaban el cuartel al mando de un sargento fueron rendidos, produciéndosele una sola baja: un herido leve en el torax y una baja por parte nuestra: Bernardo González, herido leve en el tobillo el cual se encuentra el franco restablecimiento.

Una vez ocupado el cuartel, el pueblo se lanzó a la calle dando vivas al 26 de Julio, siendo éste ocupado por elementos rebeldes durante cuatro horas. Los marinos, después de confraternizar con los revolucionarios y donde algunos a su persona (sic) fueron reciprocados dando vivas a la marina.

Todos fueron puestos en libertad, realizándose la retirada a solo 500 metros del cuartel de la Guardia Rural, la cual no hizo ningún intento de reforzar a los marinos. (11)

El Segundo ataque  a Manatí fue realizado entre fueras de la columna 12 y las guerrillas que operaban en Camaguey. Se realizo el 29 de noviembre y sitiaron el cuartel enemigo. El día primero de diciembre   la llegada de un refuerzo enemigo apoyado por la aviación obligo a la retirada de los revolucionarios. (12)

El ataque a San German (13) se realizo el 2 de diciembre en la noche. El grupo son unos 100 combatientes que se trasladan en  5 camiones, una camioneta y un Jeep

Los combatientes llegan a un lugar llamado  Sabanilla 6 a unos 3 kilómetros de San Germán, donde descansó la tropa y comió algo. Desde allí continúa. En la noche del 2 llegan al Batey nombrado La Felicia, cerca de San Germán. Allí se dan las últimas instrucciones para el ataque. Las escuadras rebeldes se reparten de forman que los cuatro flancos del cuartel queden bajo el fuego rebelde. Este era una construcción de madera. Alrededor de el se habían construido trincheras.

Alrededor de las 10 pm Cristino inicia el ataque lazando un Cóctel Molotov.  Los rebeldes inician el fuego que de inmediato es respondido con la superioridad del enemigo en armas y parque. Según el testimonio de un rebelde poseían una ametralladora 30. Se  ordeno el avance sobre  el  cuartel. Ante la imposibilidad de tomarlo se ordena la retirada. Los rebeldes tiene 5 heridos de gravedad Uno de ellos muere.      

Un ataque muy peculiar fue el realizado el  día 14 de Diciembre a Cacocum. Este tenía como objetivo requisar una cantidad de mercancía que había llegado por el ferrocarril. Este fue realizadlo por las guerrillas de Oscar Fernández (14). Para esto se reúnen diferentes guerrillas pertenecientes al pelotón dos de la columna 14.

Mientras el grupo de Oscar se apropia de las mercancías varias escuadras de  escopeteros se sitúan en los alrededores del cuartel para evitar una incursión enemiga

Otros compañeros son situados en la carretera central para enfrentar la posible llegadas de   fuerzas enemigas procedente de Holguín. 

Lograron llenar unas carretas de mercancías de una de las casillas de ferrocarril que abren. Los soldados descubren a los guerrilleros y se inicia un intercambio de fuego. Estos responden pero  se retiran pues no cuentan con medios para sitiar el cuartel. Tampoco ese era su objetivo.

A  partir de la llegada de las columnas rebeldes a los  llanos orientales  los poblados comenzaron a perder importancia para  el mando  batistiano  y  se convirtieron en un  verdadero  dolor  de cabeza.  Por un lado políticamente no era  conveniente  abandonar aquellos caseríos y poblaciones al enemigo. Pero al mismo  tiempo día  a día los rebeldes se iban apoderando de los campos  y  cada vez  contaban con mejores armas y mayor número de hombres lo  que hacían   en   extremo  complejo   abastecer   aquellas   aisladas guarniciones.   Para  esto  último  era  necesario  escoltar   los  vehículos  que  transportaban las  vituallas  necesarias.  Muchas veces estos se veían sometidos al hostigamiento rebelde.

 Para el traslado de personal militar se recurrió por último a los costosos  viajes en pequeños aviones de transporte que aterrizaban  en pistas aéreas que había en varios de estos poblados.

También hay un aspecto interesante y es la organización de la defensa de los poblados; en esencia la defensa de estos  poblados y  sus guarniciones dependían de dos factores. Uno  lo  podríamos llamar  interno y era la capacidad que tenía cada  guarnición  de organizar y sostener una defensa ante un ataque rebelde. El  otro era  las  posibilidades  e interés que tuviera  la  jefatura  del regimiento de apoyar con sus medios a la guarnición sitiada.

 Al  analizar  la defensa de estos poblados debemos de  ver  este asunto en un sentido digamos histórico. En la Cuba republicana no existía  una tradición de ataques a poblados y cuarteles. Ni  por delincuentes ni por fuerzas políticas sublevadas. Mucho menos por una agresión extranjera. Por lo que fueron construidos sin fines defensivos.  Estos cuarteles de  poblados no reunían los requisitos mínimos para enfrentar un ataque. Estaban ubicados casi siempre dentro del poblado, rodeados  de  casas y establecimientos y otros obstáculos  que  podían afectar el campo de fuego de los defensores en caso de ataque.

 La construcción era bastante inadecuada para una defensa.  Casi siempre  era un edificio de una planta, techo en forma de  azotea, las paredes generalmente eran de mampostería, tenían una caballeriza  y  un amplio patio. En la  construcción  había  materiales combustibles.  No tenían un sistema de trincheras ni  blocaos  ni otro tipo de defensa capaz de resistir la acción de las armas  de fuego  modernas. Las guarniciones eran  relativamente  reducidas. Con  la  presencia de las columnas rebeldes  los  puestos  de  la guardia  rural  existentes en los barrios de la  demarcación  de cada uno de estos cuarteles fueron retirados. Se les concentro en la guarnición local mas importante que de esta forma incrementó  el  número de defensores Pero este aporte no fue muy  importante pues  generalmente estos puestos de la guardia civil estaban a cargo de  dos  individuos.

 Lo mas corriente era que los cuarteles estuvieran defendidos  por alrededor  de 30 o 40 hombres bajo el mando de un sargento  o  un teniente. Al  sentirse amenazados los  militares  recurrieron  a organizar  una defensa muy simple. Esta tenía como  eje  central, casi  siempre único, el cuartel.

Construyeron algunas  trincheras en  los  alrededores de este y situaron sacos llenos  de  tierra. Muchas  veces estas trincheras se encontraban muy cerca  de  las paredes externas del cuartel lo que en caso de incendio o derrumbe  ponía en muy duro aprieto a quienes la ocupaban. Tan solo  en Jobabo en el segundo ataque la guarnición ocupó el central creando así  dos puntos de defensa. En Puerto Padre que contaba  con  una guarnición  mayor se organizó la defensa de varios puntos  de  la población.

 Por regla al iniciarse el asalto  los  defensores abandonaban el  pueblo  a  su suerte. Aunque es justo reconocer que generalmente no contaban con suficientes fuerzas para organizar la defensa de toda la población. Pero el concentrar la pequeña guarnición en un solo punto facilitaba que los rebeldes ocuparan la población en su conjunto y pudieran actuar sobre el cuartel sin ser hostilizados de otros lugares. Por ejemplo en Puerto Padre las fuerzas represivas se habían atrincherados en cuatro puntos. Los revolucionarios penetraron de noche en la población aislaron los diferentes centros enemigos y los atacaron.  Se combatió durante toda una noche. Las fuerzas de la marina se lograron replegar a una instalación portuaria cercana y  allí abordaron un buque de guerra. Pero abandonaron prácticamente todo el armamento. Los lanzaron al agua junto al muelle del puesto naval Parte de el fue rescatado por los rebeldes 

Las armas de los defensores de estos cuarteles  eran fusiles ligeros de infantería, ametralladoras portátiles  y granadas, Casi nunca llegaron a contar con ametralladoras  pesadas. En ocasiones se valían de la imaginación para sustituir esta arma  tan importante en la defensa. En Buenaventura y  en  Bartle situaron  sobre la azotea un madero cubierto con una manta  y  le informaron  a los vecinos que esto era una ametralladora  pesada. En general esta iniciativa fue bastante eficaz, pues los  rebeldes se  lo  creyeron. En Bartle un desertor de  la  guarnición  local  puso sobre aviso a los revolucionarios del engaño.

 La guarnición pasaba por entero en un estado de absoluta  pasividad  en momentos en que se iniciaba el ataque.  Respondían  desde sus  trincheras y refugios sin tomar ninguna medida ofensiva.

 En general  ofrecían una resistencia aceptable  combatiendo  durante varias horas antes de rendirse. En el ataque a Manatí la guarnición se defiende desde la madrugada del 29 de noviembre hasta la mañana del primero de diciembre. En este caso la guarnición batistiana contó con el apoyo de la aviación que bombardeo el batey para tratar de desalojar a los rebeldes. Producto de esta indiscriminada  acción murieron 9 civiles. La aviación también le lanzo alimentos y parque al cuartel. El día primero enviaron un refuerzo que obligo a los rebeldes a levantar el sitio. (15)

Un caso interesante  fue el primer ataque a la guarnición de Jobabo realizada el 8 de noviembre por fuerzas de la columna 12.

Los rebeldes decidieron utilizar el factor sorpresa Para esto trasladaron 5 pelotones en tres camiones y un jeep en la tarde del 8 hasta unos 3 kilómetros de la población. Ya bien entrada la tarde comienzan a avanzar por los cañaverales que rodean el pueblo.  El factor sorpresa se pierde cuando descubren en un bar a dos soldados y sostienen un rápido intercambio de fuego. Aunque logran liquidarlo  pero ponen en alerta a la guarnición. Según el informe del comandante  Eduardo Sardiña: 

“Existían en el poblado unos 60 soldados atrincherados, una par­te en el cuartel y otra en el Ingenio” (16)

La acción se desarrolla de noche  Sardiñas  nos dice que: “Atacamos ambas posiciones du­rante 5 horas, instándoles en varias ocasiones a que se rindieran.” (17)

Blusa: fue donada por la compañera luz María, quien a pesar de haber luchado en la columna 16, no se inscribió en la asociación de combatientes de la revolución cubana. Bordada con los nombres de los miembros de la columna 16, tiene cuello, ojal y las mangas intercisas, parte de la blusa terminada en puntas. En el lodo izquierdo tiene bordado el busto de Camilo. fue utilizada en actividades y reuniones en apoyo a los rebeldes de la columna 16 enrique Hart Dávalos, fue confeccionada con tela sobrante de la confección de la bandera que izada cuando los rebeldes hicieron su entrada a Banes

Ante la imposibilidad de rendir el cuartel los rebeldes deciden actuar contra el central. Para estos se envían dos pelotones a cumplir esa misión. Pero ocurre un acontecimiento inesperado:  

Una cerca de alambres los separaban de los guardias, para sorpresa nuestra, dicha cerca se hallaba electrizada, quedando algunos compañeros prendidos a ella, los cuales fueron milagrosamente rescatados, logrando penetrar solo algunos dentro del central. Los guardias estaban bien atrincherados y nuestro parque era poco, por lo que decidimos abandonar las posiciones a las 12:30 de la noche. (18)

Así termina el ataque al central. Los rebeldes tienen tres bajas, un fallecido y dos heridos pero han gastado parque en exceso sin tener recompensa. 

Incluso en sorpresas tan  absolutas  como  el  ataque de la Microonda  donde  la  guarnición  fue sorprendida   completamente  dormida  y  sin  armas,  uno  de   los  militares pudo alcanzar su rifle y herir a dos de los  asaltantes. Esta acción fue la única donde se llego a utilizar el apoyo de los dos jefes enemigos que se unieron a los rebeldes

 El apoyo del regimiento a la guarnición sitiada era otro asunto. En varias ocasiones este se realizo como en los ataque a las guarniciones enemigas de Bartle,  en Manatí en el segundo ataque  y de la cantera de Palo Seco fueron apoyados por un refuerzo. En Bartle el ataque rebelde coincidió prácticamente  con la llegada del refuerzo. Pero en otras ocasiones los sitiados tuvieron que combatir sin recibir apoyo como el primer ataque a Manatí  que el cuartel de la marina atacada  por los revolucionarios y no recibió ningún tipo de  apoyo  del cuartel  del  ejército situado en la cercanía.  En  Puerto  Padre tampoco  hubo un intento del Escuadrón de Delicias de  apoyar  la cercana guarnición de Puerto Padre durante el ataque. Pero en general el ejercito de Batista no dejo a los hombres a su suerte siempre que pudo realizo considerables esfuerzos para rescatarlos como ocurrió con las sitiadas guarniciones por las fuerzas del Segundo Frente de Sagua de Tánamo y Cueto.

Los rebeldes por su parte recurrieron a medios muy simples  para rendir a las fuerzas sitiadas. Penetraban de noche en el poblado, se acercaban lo más posible a la guarnición y ocupaban determinados  lugares  tratando de obtener ventajas  del terreno  y  desde allí  abrían  fuego. Los militares respondían y  se  iniciaba  un intercambio  de  fuego  donde cada bando trataba  de  mostrar  su resistencia y la cantidad de parque que tenía cada uno.

 La  captura  de estas pequeñas guarniciones respondía a un plan estratégico elaborado por Fidel y que le explicaba en carta de fecha 8 de octubre de 1958 a Juan Almeida

Después del 3 de noviembre todos tus pensamientos debes dirigirlos hacia la preparación del momento en que decidamos aislar. Y sitiar todas las ciudades simultáneamente. (19)

La captura de estas  guarniciones  le eliminaba la posibilidad de utilizarla en  operaciones en  conjunto con tropas del regimiento. Se liberaban  definitivamente amplios territorio y sufridas poblaciones. También a  manos de los revolucionarios pasaban nuevos reductos  con gran cantidad de  medios  materiales como transportes, talleres,  combustible, etc.  En caso de que la guarnición se rindiera se podía  obtener armas y parque lo que era muy valioso y necesario. En este sentido una victoria significativa fue la de Jobabo. El día 29 de diciembre en el municipio de Victorias de las Tunas tan solo permanecían en manos de las fuerzas de la dictadura los poblados Tunas, Manatí  y Jobabo.  La captura de este ultimo poblado era importante para  el control de todo el territorio El 29 de diciembre se realizo  el otro ataque a Jobabo. El combate se prolonga hasta la 5 p.m. del 30 que la guarnición se rinde.

Pero  esos ataques ofrecían también algunas  desventajas.  Estas guarniciones  eran  completamente secundarias en los  planes  del Cuarto  Frente. Delio en carta a Fidel se quejaba que Eduardo Sardiñas en lugar de atacar a Tunas había asaltado a Jobabo. También se opuso al ataque que realizo Suñol a Gibara. Delio miraba el desarrollo de la guerra en un sentido más estratégico que táctico.   Significaban un gasto considerable de parque  sin tener la seguridad de que se pudiera reponer. La guarnición podía no ser tomada y en caso de capturarla existía la triste  realidad de que el enemigo hubiera gastado gran parte del parque como ocurrió en Puerto Padre donde los soldados de batistianos   “…pelearon hasta el último tiro.” (20) Pero al mismo tiempo si se dejaban atrás y se atacaban en el futuro las principales plazas podían ser utilizadas como tropas  de refuerzos y actuar contra los sitiadores  por la retaguardia. Por lo que la liquidación de estas unidades era indispensable para llevar a cabo los planes generales encomendados al frente.

Además de estos ataque a los cuarteles de ciudades y poblados fuerzas rebeldes del cuarto frente realizaron rápidas incursiones en poblaciones como la efectuada por la columna 32 en Bayamo el 3 de noviembre, la realizada por los pelotones 1 y 2 de la columna 14 en Holguín en la noche del 2 al 3 de noviembre, el incendio de un prostíbulo visitado por los soldados de la tiranía  en Holguín, una incursión  en el barrio de Vista alegre en Holguín el 30 de diciembre. Es de destacar  una eficaz incursión  de tropas rebeldes bajo el mando  capitán Ángel Sotomayor, en  Victoria de Las Tunas. Esta fuerza penetro hasta un lugar conocido por el Mirador y extermino a una escolta de militares situados en aquel lugar.

En los ataques a las poblaciones realizadas por las fuerzas del Cuarto Frente Simón Bolívar se demostró la pericia alcanzada por estos guerrilleros. Las fuerzas enemigas con las perdidas de estos cuarteles fueron quedando aisladas en los principales centros urbanos. Por ultimo este frente llego a iniciar el ataque a Holguín el 31 de diciembre de 1958 lo que podríamos considerar como la culminación de estas operaciones. En esta ciudad se encontraba el grueso de las fuerzas de la dictadura en la región. La huida del tirano puso fin al sitio de esta importante plaza. 

NOTAS

1-La primera guerrilla en esta región estaba dirigida por Orlando Lara Batista.Segun testimonio de este combatiente se inicio en agosto de 1957.

2- Las columnas que integraron el Cuarto Frente eran la 12 Simón Bolívar, la 14 Juan Manuel Márquez y la 32 José Antonio Echevarria.

3- Cristino Naranjo De origen muy humilde se incorporó al ejército rebelde. Integró la fuerza de Camilo Cienfuegos que operó entre abril y junio de 1958 en los llanos orientales. Fue ascendido a teniente y asignado  al frente de una pequeña guerrilla en junio de 1958 cuando por orden de Fidel, Camilo  se trasladó a la Sierra Maestra.  En su paso por lo llanos del Cauto al frente de la columna invasora Camilo lo ascendió a capitán y lo dejó al frente de esa región. Luego quedó al frente del pelotón 1 de la columna 14. Fue asesinado por un contrarrevolucionario en noviembre de 1959 en La Habana.

4- Limoncito Por la actual división política administrativa  vigente, la establecida en 1976,  pertenece al municipio Cacocum de la provincia Holguín. En la época del asalto pertenecía al municipio Holguín.

5- Reportes de acciones realizadas en esta zona.  Firmado por el 26 septiembre de 1958 por Cristino Naranjo Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado

6- Raúl Castro Mercadé segundo jefe del pelotón 1 de la columna 14 En esos momentos tenia el grado de capitán. Este combatiente tiene una larga historia de lucha. Tomo parte con otros dos compañeros en el asalto a un polvorín en la zona de Chaparra antiguo municipio de Puerto Padre para apoyar el desembarco del Granma. Se unió a la guerrilla de Fidel Castro y tomo parte en numerosos combates tanto en la columna 1 José Martí como en el Cuarto Frente. Actualmente es general de brigada en retiro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.

7- Se refiere a la escuela de reclutas rebeldes de Minas del Frío donde procedían un parte importante  de los integrantes de su fuerza.

8- Gilberto Mulet Pollato combatiente rebelde. Era vecino de las Cruces de Purnio y miembro de la célula clandestina a la que perteneció Eddy Suñol al incorporarse a la lucha. Sufrió un año de prisión por sus actividades clandestinas Luego se incorporó a la guerrilla serrana y mas tarde integro las fuerzas del Cuarto Frente Simón Bolívar.  Murió en Holguín en  la década del ochenta del siglo XX.

9- Carta de Eddy Suñol a Fidel Castro de 23 de octubre de 1958 Oficina de Asuntos de Históricos del Consejo de Estado Ciudad de La Habana

 10- Eduardo Sardiñas Comandante del ejercito Rebelde Jefe de la columna 12 Simón Bolívar.

11- Fuente Carta de Eduardo Sardiñas a el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz de fecha 27 de octubre de 1958 Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado 

12- Para mas información ver Colectivo de autores Frente Camaguey Editora Política La Habana 1988  p. 275

13- San German Central azucarero que hoy se llama Urbano Noris

14- Oscar Fernández dirigía un grupo guerrillero subordinado a Cristino Naranjo

15- Comisión de Historia de las Columnas 11 y 13 del Frente Camaguey Frente Camagüey Editora Política La Habana 1988 pp. 275 278  

16- Comisión de Historia de las Columnas 11 y 13 del Frente Camaguey Frente Camagüey Editora Política La Habana 1988 pp. 275 278  

17- Fuente Carta del comandante Eduardo Sardiñas al comandante en jefe de 11 de Noviembre  de 1958 Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.

18- Fuente Carta del comandante Eduardo Sardiñas al comandante en jefe de 11 de Noviembre  de 1958 Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.

19- Carta del Comandante en Jefe Fidel Castro al comandante Juan Almeida de fecha 8 de octubre de 1958 Oficina de asuntos históricos del Consejo de Estado

20- Carta de Delio Gómez Ochoa al Comandante en Jefe Fidel Castro Diciembre 27 de 1958 Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estados

 

TERROR  EN LA HABANA

La  industria azucarera está conformada por una serie de contradicciones profundas y aparentemente insalvables. El azúcar cubana en buena medida es hija de la violencia. Para conseguir su mano de obra han tenido que irse sus artífices a buscarla  en las selvas y sabanas africanas en guerras inacabables. Tan solo entre 1817 y 1820 fueron trasladados a la isla 78084 esclavos.

 Ha sido necesario mantener un estado permanentemente  bélico  para tener en la sumisión a decenas de miles de esclavos de origen africano.   Han sido  perseguidos los cimarrones hasta un apartado bosque y  fusiladas  a mansalva las dotaciones sublevadas.  Al mismo tiempo los precios y mercados  para el azúcar han ido ascendiendo en  medio de olas de sangre. Revoluciones y guerras han provocado el incremento de su demanda. La revolución de Haití despejó el camino. La sangre esparcida en las trincheras de la primera y segunda guerra mundial ha llamado al dulce grano al gran baile de los buenos precios en el mercado internacional. Surgida entre el lamento y la sangre el azúcar necesita al mismo tiempo una paz casi idílica para poder subsistir y desarrollarse.

Esos infinitos campos verdes guardan en sus entrañas una armazón de hojas secas, combustible implacable, acumulado de zafra en zafra, que es una verdadera excitación para el saboteador decidido. En potreros imposibles de proteger por su extensión y dispersión descansa la manada de bueyes que al amanecer arrastrarán por veredas sin nombres las grandes carretas rebosantes de las esbeltas cañas. Están demasiado expuestos los nobles animales al filo del machete del complotado que quiera devenir en  señor del desjarretado de la manada. Las largas vías férreas tienen demasiados puentes de madera seca, atraviesa su vida mecánica sobre terraplenes solitarios ofrecidos al potencial saboteador con complicidad de muchacha enamorada.

Estamos ante un mundo demasiado frágil que es necesario proteger, preservar de alzamientos de esclavos o revoluciones de gente ilusionada con la libertad. Los propietarios de la isla han tenido que ir forjando paulatinamente esa seguridad. Estamos ante una verdadera hazaña del calabozo, del patíbulo,  de la sala de tortura…

El imperio español trató de aislar a su fiel colonia de todo lo que oliera a complots, a insumisión. Con un sentido muy lógico de la mentalidad de los represores se prohibió la introducción  de literatura subversiva de Europa y la América Anglosajona. Pero lo que creo un pánico real no fueron los criterios argumentados por jóvenes e idealistas intelectuales enemigos acérrimos de déspotas. Si no los aliados, los que habían expuesto su vida por extender las fronteras del imperio español fueron los causantes de un pánico colectivo en las ciudades cubanas.

Esta situación se puso en evidencia, a fines del siglo XVIII, cuando un grupo de antiguos esclavos de Saint Domingue se  unieron al frustrado esfuerzo español  de reconquistar esa parte de La Española. Allí se desarrollaba como tormenta solar ese fenómeno  conocido como la Revolución Haitiana

Ante el fracaso de  hacer española la colonia francesa se dispuso trasladar a los negros que ayudaron en el intento  a Cuba. El capitán general desde su palacio habanero se apresuró a informar de lo delicado de la situación creada por esa decisión:

            Esta noticia ha llenado de terror a los habitantes blancos de la Ciudad y de la isla, cada vecino cree ver el momento de la insurrección de sus esclavos, y el de la desolación universal de esta colonia en el momento de la aparición de estos personajes, esclavos miserables ayer héroes hoy de una revolución triunfantes, opulentos y condecorados; tales objetos no son para ser presentados a la vista de un pueblo compuesto en la mayor parte de  hombres de color que viven en la opresión de un numero mas corto de blancos. (1)

Los militares negros fueron dispersados por diferentes territorios del imperio: La Florida, Yucatán, Costa de Mosquitos, Portobelo, Trinidad e incluso la propia Península recibieron a los esforzados y pocos apreciados defensores del imperio hispano.  

Notas.

1 Jorge Ojeda y Jorge Canto La aventura imperial de España en la revolución haitiana. Impulso y dispersión de los negros auxiliares: El caso de San Fernando de Ake, Yucatán. En Secuencia, Revista de Historia y Ciencias Sociales, enero abril 2001 pp 74 75