ANOTACIONES (20)

El correo mambí: una olvidada hazaña

El reclutamiento de los agentes de la inteligencia cubana

Noticias de la guerra: Holguín, marzo-junio 1874

 

El correo mambí: una olvidada hazaña

José Abreu Cardet

El jefe de una columna española que operaba en la jurisdicción de Trinidad, el 16 de septiembre de 1870, escribió en el diario de operaciones de la unidad: “Por la noche se establecieron cuatro emboscadas por sospechar que una luz que se vio en el mar fuera señales de enemigo. Se retiran a la una sin novedad” (1) Al día siguiente fue informado que esas luces eran de una expedición que desembarcó en la costas de la región en el buque Salvador. De inmediato la columna se dedicó a perseguir a los expedicionarios.

El 27 de septiembre de 1870 el jefe hispano anotó en el diario que: “…al romper el día se reconoce la costa escrupulosamente, se recoge un paquete de cartas y creyéndolas de alguna importancia se remiten al gobernador de Trinidad.” (2)

Aquel paquete de cartas encontradas por la tropa española formaba parte de una de las instituciones desarrollada por los insurrectos cubanos: el correo. Los mambises lograron mantener en difíciles condiciones las comunicaciones. Uno de los medios que utilizaban eran las expediciones como la referida del Salvador, vía que servía a la emigración revolucionaria para enviar la correspondencia a los patriotas que combatían en los campos. La creación de un sistema de correo de forma regular da idea del nivel de organización de las fuerzas insurrectas.

Gracias a este correo algunos independentistas mantuvieron una correspondencia bastante regular con sus esposas que radicaban en el exterior. Se han publicado varias colecciones de estas cartas. Son un ejemplo del amor, de estas desdichadas parejas, pero también de la capacidad organizativa de la República de Cuba en armas y sus líderes que fueron capaces de alcanzar tal perfección en un servicio tan sensible como el correo. Ofrecemos al lector un singular testimonio sobre las comunicaciones mambisas. El de un oficial hispano que sufrió cautiverio por los insurrectos.

Antonio del Rosal, un oficial español capturado por la tropas de Calixto García al derrotar la columna a la que pertenecía, estuvo en poder de los mambises desde el 26 de septiembre hasta el 18 de noviembre de 1873. Durante ese tiempo vivió en un amplio territorio formado por las jurisdicciones de Holguín, Bayamo, Jiguaní y Santiago de Cuba. Al ser liberado por los independentistas cubanos Antonio escribió un folleto titulado: Los Mambises. (3) Se imprimó en 1874, en Madrid. El texto es un estudio sobre las tácticas empleadas por los independentistas cubanos. Según el autor en el trató de sintetizar las: “…costumbres de los insurrectos, a sus modos de vivir y hacer la guerra, a sus recursos, a sus cualidades” (4)

El objetivo de este libro era, según el propio autor “…ser de alguna utilidad a mi país…” (5) Era una obra de un carácter militar que tenía como fin enseñar al ejército hispano cómo combatir a los insurrectos. Se escribieron otros textos con estas características por militares que combatieron la insurrección, pero ninguna tuvo las características de la del Rosal, que además de enfrentar a los rebeldes cubanos desde las filas del ejército fue prisionero de ellos por casi dos meses.

Antonio del Rosal se rebeló durante su cautiverio como un excelente oficial de lo que hoy llamaríamos inteligencia militar. Logró observar cuidadosamente las costumbres de los mambises, escuchó las conversaciones de oficiales y soldados. Se aprovechó de la ingenuidad de estos campesinos convertidos en bravos insurrectos, de ser en exceso comunicativo, de la amabilidad del criollo que trata de agradar en todo lo posible al recién llegado aunque sea, como en este caso, un prisionero enemigo. Tomó toda la información que creyó conveniente, la memorizó y luego la escribió y público en su libro: Los Mambises.

En él describe en detalle la vida de los independentistas cubanos en un amplio territorio formado por las jurisdicciones de Holguín, Bayamo, Jaguaní y Santiago de Cuba. Veamos qué información nos ofrece sobre el correo mambí en el epígrafe octavo que reproducimos textualmente.

Correos mambi

VII.

Correos.

Este servicio está bastante bien organizado. De la correspondencia, que con frecuencia reciben del extranjero en cayucos (6) se encarga él prefecto más inmediato, y la remite de prefectura en prefectura (7) á las personas á quienes va dirigida, valiéndose para ello de los empleados que tiene al efecto. (8)

También reciben con frecuencia por mar municiones y armas. Cuando esto sucede, se encarga de proteger su desembarco el cabecilla Jesús Pérez, el cual, además de disfrutar entre ellos el empleo de brigadier, tiene el pomposo cargo de ministro de Marina. (9) Las expediciones desembarcan en un punto cualquiera de Cambute, (10) y desde allí se trasladan inmediatamente á una prefectura de las más próximas, operación que se ejecuta con rapidez, porque contribuyen á ella con su trabajo todos los majaes (11) y hasta las mujeres, entre las cuales los mambises me citaron una como modelo de adhesión á su causa, enumerándome los servicios prestados por ella y sus hijas.

En la prefectura, donde provisionalmente depositan cuanto llega en las expediciones, no permanecen más que el tiempo preciso para distribuir las armas y municiones, enviando á los distintos campamentos de la fuerza(12) la mayor cantidad posible.

Los partes oficialas de los cabecillas militares al presidente ó á la Cámara los lleva un oficial, acompañado de algunos individuos si aquellas comunicaciones merecen tanta importancia; pero cuando no, y sólo deseen que lleguen con brevedad, van de prefectura en prefectura, sin detenerse en ninguna de ellas más que el tiempo necesario para que se releven los conductores.

Yo no he visto que reciban de nuestro campo más noticias que las oficiales, digámoslo así, y de ellas se encargan, según he manifestado, los laborantes y comunicantes. (13) Todas se reciben con bastante puntualidad, y muy rara vez se pierden cartas ú oficios.

NOTAS
1– Servicio Histórico Militar, Madrid, España, PONENCIA DE ULTRAMAR CUBA 15 LEGAJO II, ARMARIO 3, TABLA 3ª, Bon Cazadores de Simancas, número 13 Columna de las lomas de Trinidad. Diario de las operaciones practicadas en la 2ª quincena del presente mes de septiembre de 1870.
2—Idem.
3– Antonio del Rosal y Vázquez Mondragón, Los Mambises: Memoria de un prisionero. Imprenta de Pedro Abienzo, Madrid, 1874.
4–Antonio del Rosal y Vázquez Mondragón: En la manigua diario de mi cautiverio. Segunda edición Imprenta del Indicador de los Caminos de Hierro, Costanilla de los Ángeles, número 3, Madrid, 1879, p. 247.
5—Idem.
6–Embarcaciones largas y estrechas, por lo común de una pieza, y sin popa ni quilla. (Nota original de Antonio del Rosal y Vázquez de Mondragón).
7–Las Prefecturas eran los lugares donde los insurrectos establecían sus zonas de cultivo, talleres y hospitales. En ellas se situaban las llamadas Postas del Correo que debían de encargarse de llevar la correspondencia a la siguiente prefectura.
8–Estas comunicaciones generalmente llegaban de Jamaica.
9–Jesús Pérez tenía como objetivo fundamental proteger los desembarcos que ocurrían en el sur del oriente de Cuba. No existía entre los mambises el ministro de marina.
10–Se refiere al sur del oriente cubano donde se habían destacados tropas bajo el mando de Jesús Pérez en espera de expediciones y botes con equipos militares y correspondencia. La mayoría de los botes procedían de Jamaica. También desde esta ribera se enviaban canoas con correspondencia al exterior. Las tropas bajo el mando de este patriota debían de construir las canoas.
11—Se llamaba Maja a un individuo que residía en el territorio de operaciones pero se negaba a pertenecer a las fuerzas libertadoras y a las españolas. Estos últimos lo consideraban como un insurrecto y generalmente al detenerlo lo trataban como tal. Muchas veces los ejecutaban. Realmente colaboraban con los insurrectos.
12—Los insurrectos llamaban “la fuerza” a su tropa.
13–Así llamaban a los agentes cubanos que residían en el territorio enemigo donde enviaban informaciones y vituallas a sus compañeros en la insurrección.

Publicado en Memoria Holguinera Radio Angulo en internet. Link: El correo mambí: una olvidada hazaña (radioangulo.cu)

El reclutamiento de los agentes de la inteligencia cubana

José Abreu Cardet

La inteligencia militar es en extremo importante en cualquier contienda. En la primera guerra de independencia desempeñaron un papel significativo en ambos bandos. En este breve artículo haremos algunas valoraciones de cómo eran reclutados por los insurrectos sus agentes. Tomaremos la jurisdicción de Holguín bajo el mando del General Julio Grave de Peralta. Este patriota nació el 24 de junio de 1834, en la ciudad de Holguín en el seno de una familia de terratenientes medios, cubanos. Propietarios de tierras dedicadas fundamentalmente a la crianza de ganado, en la capitanía pedánea de San Pedro de Cacocum, en la referida jurisdicción. Se incorporó a la conspiración que dio inicio a la Guerra del 68. El 14 de octubre de 1868 se levantó en armas en Guayacán del Naranjo en las costas del río Cauto.

 

Por su arraigo en la zona, valor personal, y entrega a la causa revolucionaria se convirtió en el jefe natural de los holguineros. Aunque no siempre estuvo al frente de la jurisdicción su papel era decisivo en el campo insurrecto. Combatió en su tierra natal hasta marzo de 1871 que se trasladó al extranjero a buscar una expedición. Murió en combate el 24 de junio de 1872 cuando regresaba al frente de esta.

 

Por la documentación existente no es fácil determinar individualmente como un grupo de vecinos de los territorios controlados por los españoles se convirtieron en agentes cubanos. Julio fue en extremos discreto y no dejo mucha documentación que nos explique estos detalles. Sin embargo, se puede realizar algunas generalizaciones con elementos que hemos obtenido a través de la investigación. A los pocos días de iniciado el movimiento revolucionario en la jurisdicción de Holguín, la mayoría de la población se sumó al levantamiento o quedó en las áreas controladas por el Ejército Libertador. Al iniciarse la ofensiva española muchas familias fueron hechas prisioneras, otras no pudieron resistir la vida en los bosques y se presentaron a los españoles. Todas fueron concentradas en pequeños poblados, construidos con ese objetivo, o trasladadas a Holguín u otros centros urbanos que ya existían desde antes de la guerra. Allí debían cultivar la tierra de las inmediaciones y prestar servicio como voluntarios.

 

No es de extrañar, que no pocas de estas gentes que tenían que sufrir constantemente los vejámenes de las autoridades coloniales se mostraran dispuestos a colaborar con la revolución, agreguemos a ello los lazos de respeto que creaba Julio entre los holguineros, pues era considerado como el jefe natural de esta zona. No era difícil para el General holguinero reclutar a sus agentes entre esta sufrida masa. Nada más elocuente para entender el pensamiento de muchos de los lugareños que habían ido a parar al campo enemigo que una anónima poesía escrita por una de estas personas:

 

I
Al imbensible(1) Peralta
Por su socorro clamamos
Pues en tres españoles estamos
Por que su amparo nos falta.
II
Novísimo general
Baleroso sin segundo
Después de dios en el mundo
Es quien nos puede amparar
A quien goso puede dar
A nuestra alma que en tanto
Desde que su amparo falta
Triste lagrima bertimos
Y su amparo le pedimos
Al imbensible Peralta
III
Tres meses anduvimos hullendo
Por los bosques y montañas
Teniendo el suelo por cama
I un mal pan que estar comiendo
Barias personas muriendo
De los amigos y ermanos
Que tristemente dejamos
En el monte sepultado
Y en lagrimas anegado
Por su socorro clamamos
IV
Tres meses abemos andado
Sin amparo y sin consuelo
Sufriendo lluvias del suelo
Que el mundo estaba anegado
Los tristes y desgraciados
Que cautibos nos miramos
Y infelices que llegamos
A poder del enemigo
Sus mas leales amigos
Dentro de españoles estamos
V
Que tristasa abia de ser
Que dolor para nuestra alma
Nos ysieron tomar arma
En contra de buestro poder
A los que amamos tan fiel
Al incansable Peralta
De su persona tan alta algun socroo esperamos
Y amargos suspiros damos
Porque su amparo nos falta. (2)

 

Esta actitud de repudio al régimen español que se expresa en estos versos por parte de muchos de los que se veían obligados a vivir en sus filas se había generalizado en Oriente. Carlos Manuel de Céspedes en su documentación lo refleja:

 

“Los voluntarios criollos, muy mal habidos por los españoles se hallan disgustadisimos y casi en todas partes vuelven los ojos hacia nosotros. Continuamente se nos pasan hombres armados, y como verá en los partes, lo ha hecho hasta un campamento entero.” (3)

 

Esta situación facilitó el trabajo proselitista de Grave de Peralta. Envió numerosas cartas a individuos que radicaban en territorio enemigo; entre estas hemos escogido una que reproducimos textualmente y que refleja esta labor.

 

“Querido amigo, es preciso que (deteriorado el papel) separaste del deber de un buen cubano, no dudo un momento que (deteriorado el papel) como te encargué en obsequio de la causa justa porque peleamos (deteriorado el papel) pues que cuanto antes me digas por el conducto que recibas esta (deteriorado el papel) que punto podemos vernos ó verte con el C Daniel Bravo u otra persona que yo envíe.

 

Estoy penetrado de la confianza que ese gobierno que detesto hase de ti y en esta virtud llegó la hora de que puedas con el sobresaliente patriotismo que tu siempre as demostrado hacer con Cuba cuanto a tu alcance se halle. Según reciba contestación tuya te indicaré lo que debes hacer y mientras tanto (deteriorado el papel) a las fuerzas cubanas y cuenta con tu siempre amigo

J.G. de Peralta. (4)

 

Julio no hacia solamente este tipo de actividad entre los cubanos también trató de conquistar el apoyo de algunos ciudadanos españoles, lo que para la inteligencia militar era mucho mas ventajoso. En la ciudad de Holguín logró contar entre sus agentes con un español.

 

Por el tono de algunos de estas cartas podemos considerar que debieron de existir lazos de amistad anteriores a la guerra, también por lo menos uno de estos hombres que trató de atraer al clandestinaje era masón, Grave de Peralta también pertenecía a una logia, relación muy importante en esa época.

 

Sin embargo, este no parece ser el único medio de reclutar agentes cubanos. Si nos guiamos por el tono de por lo menos dos cartas algunos fueron preparados en los campamentos mambises y se presentaron al enemigo con el propósito de realizar labor de inteligencia. Veamos el fragmento de una de estas cartas:

 

“Querido amigo me alegro que al yegar esta a tus manos te ayes sin novedad en compañía de todos los de la casa. Yo estoy bueno y en libertad. Solo si que me hubieran arrestado asta el 10 que bino Matias Vidal y en cuanto supo que era yo el presentado hablo con el capitan me puso en libertad. (5)

 

A continuación detalla la defensa de Holguín y ofrece otros datos de interés para el ejército libertador. Si analizamos con cuidado el contenido de este fragmento del documento nos daremos cuenta que este mambí se presentó a los españoles para laborar como agente. El otro documento dice así:

 

“… da el abiso a la fuerza de alla que tal bes llo cayera porque no me an de dejar pero llo he venido para ser bien a la patria i mi obligación es dar el oficio aunque por elme cueste morir. (6)

 

Este hombre que está a punto de ser detenido se refiere en esta, que bien puede ser su último mensaje a su compañero “… que llo he benido para ser bien a la patria…” Es decir, ha venido a las filas españolas para actuar como un agente de la inteligencia militar cubana. Estos dos documentos parecen ser excepcionales en la historiografía de nuestras guerras de independencia, y nos muestra un tipo de labor muy compleja en la inteligencia militar. Para estudiar la inteligencia militar mambisa primero es necesario conocer la mentalidad de estos hombres y mujeres que desde las filas colonialistas brindaron un importante apoyo a la insurrección.

 

Notas
1.-Se ha respetado la ortografía original.
2.-Museo Provincial de Holguín. Fondo Julio Grave de Peralta, paquete 3 numero 25
3.-Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, Carlos Manuel de Céspedes, Escritos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1982, tomo 2, p 464
4.-Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio grave de Peralta, paquete 3, sin numero
5.-Idem paquete 2 número 148
6.-Idem paquete 3 sin número

Publicado en Memoria Holguinera Radio Angulo en internet. Link: El reclutamiento de los agentes de la inteligencia cubana (radioangulo.cu)

 

Noticias de la guerra: Holguín, marzo-junio 1874

 José Abreu Cardet

La guerra de independencia de Cuba se caracterizó por el predominio de las pequeñas acciones bélicas. Toda una serie de circunstancias hacían imposibles el desarrollo de batallas en el sentido en que se entienden en las guerras irregulares. Es decir enfrentamientos de envergaduras que influyeran en el desarrollo de la contienda.

 

Una serie de factores fueron determinantes esta característica de la guerra. Entre ellos se encontraba que la población era reducida. Cuba tenía en 1877, en la postrimería de la primera guerra, un millón 509 mil 291 habitantes. En 1887, ocho años antes de iniciar la última contienda la población alcanzaba la cifra de un millón 631 mil 687 vecinos (1). En definitiva que apenas contaban con poco más de millón y medio de personas para su empresa independentista. No toda la población apoyaba la insurrección. Recordemos a los voluntarios y los llamados guerrilleros. Tropas integradas por vecino de la mayor de Las Antillas que combatieron a los insurrectos. Otro aspecto a destacar es que el esfuerzo de España fue realmente gigantesco. En la guerra de 1868 trasladan a Cuba 208 mil 597 militares. En la tercera guerra, entre 1895 a 1898, llegaron a las costas de la isla 219 mil 858 militares (2).

 

Los mambises no contaban con suficientes armas y parque para poder enfrentarse a los españoles en combates regulares. Todos estos factores han determinado que el combate tenga un papel secundario. En Cuba era imposible un Ayacucho o un Yorktown. Famosas acciones que influyeron decididamente en las guerras de independencia de Sudamérica y en las Trece colonias. Sin embargo estas pequeñas acciones han sido olvidadas prácticamente por la historiografía cubana. Por ejemplo el nueve de enero de 1874 las fuerzas bajo el mando del general Calixto García libraron el combate de Melones donde derrotaron a una poderosa columna española. Esta acción es recordadla por los historiadores pero los combates que se desarrollaron después de este combate han pasado al olvido. En este breve trabajo narramos las principales acciones que se desarrollaron en el territorio holguinero entre marzo y junio de 1874. Para esto utilizamos el informe de Calixto García a la secretaria de la guerra mambisa fechado el cinco de julio de 1874 en el cuartel general del Realengo en Holguín. El jefe de las fuerzas de Holguín era el general Manuel Calvar. Calixto era el jefe del departamento oriental. A continuación los fragmento del referido documento donde se hace referencia a lo acaecido en Holguín en el referido periodo. Hemos respetado la ortografía original.

 

Marzo 23. El Mar Gral. Manuel Calvar me comunica operaciones llevados á cabo en la división de su mando. El tente Coronel Juan Ruiz con 38 hombres, redujo á cenizas el caserío del Cupey, en la zona de Holguín, extrayendo 8 reses, 14 caballos.

 

Abril 1. El mismo Tente Corl Ruiz con 150 hombres del Regimiento Holguín, atacó a las 7 de la mañana, al poblado de Yabazón, incendiándole en su mayor parte y apoderándose de 50 reses mayores, varios menores, 23 caballos, aves ca. y un abundante botín de ropas como á una legua del lugar fue atacado en su retirada por una guerrilla procedente de Canalito, pero fue puesto en dispersión, cogiendo prisioneros al tente. de la misma L. Manso y apoderándose de su rifle y dos caballos.

 

Abril 3. Estando el Mar Gral. Manuel Calvar el 23 en bajas con 43 hombres, compuestos de la 1ª y 2ª Brigada de su División al mando de sus respectivos Jefes el Corl. Arcadio Leyte Vidal y el Brigadier Juan Ruz resolvió emprender una operación sobre el extenso poblado de Mayarí y principalmente contra el cuartón de Braguetudo: en el orden siguiente el Tente. Corl. Juan Ruiz al Frente de 100 hombres, marcharía a atacar el Campto situado en el Cuartón de Guayaba, próximo del poblado: el Tente Corl Angel Guerra con 30 jinetes sorprendería á Braguetudo; mientras el Tente. Corl José Medina marcharía con 100 hombres por el flanco izquierdo á apoderarse de la trinchera y el de igual graduación Pablo Amábile con el mismo número por el derecho, ocupando de paso algunos establecimientos particulares y de comercio y apoyando á Medina. El Brigadier Ruz con su escolta y 30 hombres una eminencia á vista del poblado, para recibir los heridos y apoyar el movimiento. El Ctel Gral con escolta y 35 hombres a las órdenes del Tent. Corl. Teodoro Lafitte ocuparía el camino de Juan Vicente que va de Mayarí al mar para impedir que llegaran refuerzos. El éxito más completo coronó el plan concebido, cayendo todos los Jefes simultáneamente sobre los puntos indicados el 30 á las 3 de la tarde Guerra sorprendió y ocupó la trinchera, los fuertes Cainara y Guayabo situados á ambos lados de Mayarí, dirigían su fuego de artillería contra los invasores de Braguetudo. La infantería permaneció mas de hora y media dentro del poblado, suyos establecimientos públicos fueron saqueados y incendiados en su mayor parte los caseríos; sosteniendo constantemente reñidísimo combates con el enemigo que repuesto de la sorpresa, pudo reunir de 300 á 400 hombres de los que se compone la guarnición. Apoderada una fuerte columna enemiga de un extenso palmar que se extiende Braguetudo donde se cubría de los tiros de nuestros soldados. El botín de dinero, prendas, armas, municiones, ropa, comestibles ca. fue rico y abundante. Las bajas consistieron en 3 muertos y 19 heridos, entre ellos el Tente. Corl Juan Benitez y Cap. Quintín Banderas todos los Jefes y oficiales observaron un digno comportamiento, especialmente los capitanes Abelardo Nobrega del EM y Justo Varona del Rgto. Holguín que fueron los primeros en apoderarse de la trinchera enemiga.

 

Mayo 8. El Tente Corl. Juan Ruiz le comunica que al frente de 120 hombres se puso en marcha en al noche del 7 para llevar á cabo el ataque del caserío y fuerte de “Colorado” que sometió a su aprobación. A las 6 de la mañana del 8 emprendió el ataque dividiendo su columna en dos secciones; una al mando del Comdte. José Pereza y bajo sus inmediatas órdenes, que debía emprender el ataque frente á la trinchera y otra al mando del Comdte. José Garcés con orden de hacerlo por el costado izquierdo. A las 6:30 descubrió el fuerte cuya guarnición rompió el fuego sobre el, el que contestó con muy pocos disparos, avanzando resueltamente hacia saltar la estocada y ocupar el foso. A los 20 minutos de fuego, se rindió la guarnición, que se componía de 14 y un Tente que huyó a los primeros disparos cayendo a 20 pasos de la trinchera, 30 machetes, todos los efectos de una bien surtida tienda, 11 reses, 15 caballos y 80 cerdos. Se redujo todo a cenizas, solo tuvimos 2 heridos leves.

 

El mismo día y á la misma hora atacaba el Tente. Co. Angel Guerra con 180 hombres, el Campamento español de Almirante cuyo fuerte después de un cuarto de hora de fuego se rindió presentándose 6 de los voluntarios. Se extrajeron del fuerte 32 armas, 2 cajas parque de carabina, 400 caps. Se incendiaron la trinchera dos tiendas que se saquearon así como algunas casas particulares, donde se mató un alférez y dos individuos más. Se recogieron en el caserío 11 caballos y 6 reses. Se presentaron 5 individuos. En su retirada fue molestado por el enemigo y habiéndose hecho fuerte en una eminencia que dominaba el camino, una guerrilla procedente de Canalito, fue desalojada sin novedad por nuestra parte El Mar. Gral. Calvar, recomienda, expresamente al Tente Cor. Juan Ruiz.

 

Junio 12. El Tente Rafael Soliscar 20 hs. De la caballería, toma la trinchera de la “Vereda” entre Junucún y el Rabón, reduciéndole a cenizas, con armas y pertrechos.

 

Junio 21. El Tente. Corl Juan Ruiz, con los hombres en operaciones por la zona de Holguín, tuvo un combate como de dos horas, con una fuerte columna española de las tres armas, en la sabana de la Biajacas. Nosotros bajas fueron, 1 muerto, 3 heridos y 1 contuso.

 

Junio 21. El Capitán Manuel Mastrapa Prefecto de Melones me da cuenta de aquellos españoles han acabado por dos veces su campamento con fuertes columnas de las tres armas, habiéndose hecho fuego con la poca fza de que disponía. Me participa también que el enemigo ha quitado los campamentos de la “Palma”, “Cuevitas”, “Canales” y “Cupey” en la zona de cultivo de Holguín. Se le han presentado 36 hombres útiles pa. Las armas, cuya lista nominal incluyo y como de 70 familias.

 

Del campamento situado en el Cuartón de “Guayacán” se han presentado á otras filas 21 hombres útiles para las armas, cuya lista incluyo y más de 20 familias.

 

Junio 22. El Mor. Gral.. Manuel Calvar me comunica que los españoles han abandonado los campamentos del “Ubero”, “Ubitas” y la “Mula” en la costa sur. Dos fuertes columnas han estado operando en los días 21 y 22 por la zona de Cambute, habiéndole hecho fuego con algunos números que puede reunir con un herido que tuvo.

 

Calixto García.

Jefe de Oriente(3)

 

Notas.

1– Censo de la República de Cuba bajo la administración provisional de los Estados Unidos 1907, Oficina del Censo de los Estados Unidos, Washington, 1908, p 30.

2– Manuel R. Moreno Fraginals y Jose J. Moreno Masó, Guerra, migración y muerte. El ejército español en Cuba como via migratoria, Ediciones Jucar, Fundación Archivos de Indianos, Asturias, pp 99 y 132.

3– Fuente: ANC. Donativos y Remisiones, Legajo 157 # 46-16. Publicado abreviado en el periódico La Independencia. Organo de los pueblos hispanoamericanos, Nueva York 19/11/1874. Año II No. 98.

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