ANOTACIONES (14)

Yadira: la joven arqueóloga y la ciudad

Los caminos camagüeyanos de los holguineros de 1868

Guerrillas en el mar: una historia poco conocida del enfrentamiento a Batista

 

Yadira: la joven arqueóloga y la ciudad

El 12 de enero de 2017 se presentó en Holguín el libro «Un Rostro Local para la Arqueología Cubana.» coordinado por Roberto Valcárcel Rojas y José Abreu Cardet. En el texto se reúnen una serie de ensayos y entrevistas a arqueólogos sobre esa rama de las ciencias en Holguín insertándolo en el contexto nacional.

El libro fue publicado por la editorial La Mezquita de Holguín y Ediciones Nuevos Mundos de Estados Unidos. Es de destacar el meritorio papel desempeñado por la editora Soledad Pagliuca para llevar al papel y la tinta la obra. Soledad en uno de sus muchos gestos de generosidad nos permitió situar en internet el libro gratuitamente, para obtenerlo solo tiene que seguir el siguiente enlace: https://www.academia.edu/30881611/Un_rostro_local_para_la_Arqueolog%C3%ADa_Cubana_editado_por_Roberto_Valc%C3%A1rcel_Rojas_y_Jos%C3%A9_Abreu_Cardet_

Ponemos a disposición del lector una de las entrevistas realizada por los autores e incluida en el referido texto. La joven arqueóloga Yadira Rojas Espinosa (Holguín, agosto de 1985) graduada en Historia por la Universidad de Holguín trabaja en la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos de Holguín. Además es colaboradora del Departamento Centro Oriental de Cuba de Arqueología. Con esa institución ha participado en el estudio de numerosos sitios arqueológicos. Veamos que nos dice esta arqueóloga respecto al trabajo realizado en la búsqueda en el pasado de la ciudad de Holguín.

-¿Cómo se ha desarrollado la arqueología histórica en Holguín?

En la ciudad de Holguín encontramos nuestro primer estudio de arqueología histórica, documentado bibliográficamente en el año 1979, realizado por la especialista Ángela Peña Obregón en el proceso de restauración en la Casa Natal de Calixto García (1); allí se abrieron calas en paredes y muros y se rescataron elementos que se habían perdido. En el año 1986 como parte de una restauración en el Museo Provincial La Periquera se hicieron excavaciones en el patio y el sótano, de donde se extrajo material arqueológico que hoy se encuentra expuesto en el propio museo. La Iglesia Parroquial San Isidoro conoció de los quehaceres de los arqueólogos entre los años 1994 y 1996. En 2009 se intervinieron al menos tres viviendas como parte del proyecto; Acercamiento a la historia temprana de Holguín, a través de la investigación arqueohistórica de la Casa del Teniente Gobernador y otros inmuebles de los siglos XVIII y XIX de la ciudad.

-¿En qué circunstancias se desarrolla la investigación arqueológica en la ciudad?

El proceso de intervención en inmuebles se ve afectado por factores subordinados a la disponibilidad de recursos, la planificación y la interdisciplinariedad. Los proyectos de rehabilitación urbanística en la ciudad no contemplan dentro de su plan de acción la actuación arqueológica, lo que permite de cierta manera tan solo el rescate o salvamento de material arqueológico, que queda en gabinete para un posterior estudio. Atendiendo a la importancia de la arqueología como vía para obtener conocimiento de los procesos socioculturales ocurridos, el trabajo debería hacerse de modo controlado y planificado. Es decir, realizando primero una debida revisión y selección de fuentes documentales que nos hable de los momentos de habitación del inmueble, sus propietarios, o sea, tener una información base para saber el tipo de evidencia que pueda aparecer en los distintos contextos. Luego se realizaría la prospección y levantamiento topográfico del sitio y la excavación como tal. Estos procesos, muy básicos, se ven lamentablemente afectados por una planificación restauradora a nivel gubernamental que no toma en consideración los criterios de especialistas en temas patrimoniales ni de los arqueólogos.

-¿Qué tipo de materiales arqueológicos se han obtenido en el área fundacional del pueblo de Holguín?

Son muy diversos. Por ejemplo, los trabajos de salvamento de material arqueológico en la casa de Miró 203-205 comenzaron a partir del 11 de septiembre de 2014, después del reporte de materiales antiguos en la intervención arquitectónica que se realizaba en el inmueble, y considerando la ubicación del mismo dentro de la Plaza Parroquial, sitio fundacional. Sus elementos arquitectónicos representativos han sido tapiados con madera (arcos de medio punto y vanos), otros han sido añadidos. Aún conserva la carpintería original de maderas preciosas, con tirantes pareados y lacerías de influencia rococó, el diseño de fachada original está protegido por un alero de tornapunta. Para el año 1833, como parte de un testamento, es mencionada la casa, propiedad de un miembro de la familia Íñiguez. Juan Antonio Íñiguez expone que por motivos de enfermedad y no tener sucesión la deja a su madre Ana Luisa León.

Aunque el contexto en que se trabajó estaba totalmente alterado, se rescató la mayor cantidad de material posible, se contabilizaron 1982 piezas arqueológicas procedentes del patio y del interior de la vivienda; en el patio se descubrieron varios niveles de piso y al menos dos letrinas. Las piezas rescatadas estaban deterioradas y fragmentadas, pero fue posible reconocer una tecnología de confección similar a los ceramios encontrados anteriormente en los inmuebles cercanos: superficies alisadas, piezas de color oscuro por el hollín, tamaños que van desde pequeños a medianos, con espaldares curvos y rectos, bordes circulares y semicirculares, fragmentos de vasijas cerradas y globulares, pasta granulosa y que muestran buen acabado. Ciertos elementos nos hacen pensar, con atrevimiento, en la existencia de una industria alfarera con un sello distintivo. Esta colección aparece junto a material europeo en el que se destacan las mayólicas españolas tempranas, mayólicas mexicanas, cerámica ordinaria bruñida pintada o con engobe México pintado, material lítico con elaboración secundaria a partir de tecnologías aborígenes y una boca de jarra de aceite con características del estilo temprano. La continua aparición de este tipo de material en el centro histórico de la ciudad nos obliga a ver el fenómeno en su conjunto, pensando en la posibilidad de que en la comarca estuviese sucediendo un proceso histórico y cultural formativo desde el siglo XVII.

-¿Qué investigaciones se están llevando a cabo actualmente?

A partir del año 2013 la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos de Holguín comienza un proyecto investigativo nombrado Hatos Fundadores: un estudio desde la historia y la arqueología, con el objetivo de determinar la contribución cultural de los primeros hatos en la región nororiental holguinera entre 1545 y 1700. La novedad científica fue utilizar la arqueología para tratar de ubicar geográficamente los centros de estos primeros hatos, analizando el contexto arqueológico de dichos lugares. Los sitios propuestos para explorar serían El Yayal, Las Guasumas, Managuaco, Uñas, Cacocum y Holguín.

Es notable la curiosidad que manifiesta el hombre por conocer lugares que desempeñaron un papel específico en la fundación de un pueblo o ciudad. En la década de los 80 del siglo pasado se realizó una expedición cubano-soviética para tratar de ubicar y legitimar la ubicación de la encomienda perteneciente al padre Las Casas cerca del río Arimao en la zona de Jagua, desde entonces el arqueólogo cienfueguero Marcos Evelio Rodríguez Matamoros ha tratado de caracterizar el temprano contacto indoeuropeo. Asimismo ha ocurrido con Pueblo Viejo, en Camagüey, donde un equipo con el investigador Iosvani Hernández al frente exploró y estudió profundamente un yacimiento cercano a la bahía de Nuevitas para confirmar o descartar la primera localización de la villa Santa María del Puerto del Príncipe. En estos momentos investigadores habaneros están tratando de encontrar el sitio de fundación de la villa San Cristóbal de La Habana en la costa sur del territorio.

En el caso holguinero en mayo del 2013 la Oficina de Monumentos y el Departamento Centro Oriental de Arqueología exploraron el sitio El Yayal y se comprobó la existencia de material en superficie en una locación que se creía estéril. Apoyados en la memoria histórica popular los arqueólogos e historiadores localizaron en un sitio nombrado La Escondida del Naranjo evidencias del siglo XVIII en superficie, que por la ubicación cercana al río las Guasumas, características naturales y semejanza con la descripción que ofrece el obispo Morel de Santa Cruz, se piensa estén relacionados con el sitio Las Guasumas. En julio de 2014 se exploró y excavó el área de Managuaco por un equipo de especialistas liderados por el doctor Roberto Valcárcel Rojas, arqueólogo del Departamento Centro Oriental de Arqueología. Esta institución desarrolla el proyecto Cultura Material en entornos de interacción indohispana, dirigido por Valcárcel, que también nos está acercando a detalles importantes de este asunto.

La historiografía alega la existencia de primitivos asentamientos, encomiendas o haciendas que posteriormente darían lugar a extensos hatos de explotación ganadera. El temprano repartimiento de las tierras al norte de la jurisdicción bayamesa denuncia una apertura y afianzamiento de la experiencia hatera. Se conoce que en 1527 Diego de Ávila tenía una naboría en Banes y que otra naboría, primeramente de Alonso de Mendoza y Juan Mosquera, era poseída al 50% por Manuel de Rojas. Para 1538 existía una encomienda en Alcalá, propiedad de Lope Hurtado, funcionario de la ciudad de Santiago de Cuba. La arqueología ha demostrado con evidencias materiales un temprano contacto indohispano en el sitio El Yayal. Creo que este sitio fue sede de la encomienda de Bartolomé de Bastidas para luego pasar a manos de García Holguín y Diego de Lorenzana. El centro del hato de Holguín pasa en 1545 para el paraje de Cayo Llano, donde hoy se encuentra la ciudad. En 1598 el capitán Lizana Luyando solicita al cabildo santiaguero el amojonamiento de sus hatos de Barajagua, merced que se le había otorgado a los originarios pobladores de Cuba, según el texto de Ángela Peña sobre la Virgen de la Caridad. La merced del hato de Cacocum en 1599 cerraría la distribución de las tierras de la extensa área al norte de la villa bayamesa. Para valorar estos acontecimientos claves en la historia holguinera, sin dudas hay que conectar la historia con la arqueología.

-¿Cómo han contribuido los resultados obtenidos hasta el momento a la interpretación de la historia temprana de la ciudad?

En algo más de una década han sido recurrentes los hallazgos, principalmente en el centro histórico de la ciudad de Holguín, de una cerámica de barro oscura con muestras de haber sido confeccionadas con técnicas aborígenes, asociada a materiales europeos y mexicanos de los siglos XVI, XVII y XVIII, conocida como cerámica de tradición aborigen. La sistematicidad que se ha logrado en los proyectos investigativos, donde se dan la mano especialistas del Departamento Centro Oriental de Arqueología del CITMA y los de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, ha demostrado la supervivencia del indio y su adaptación a una sociedad en evolución, viviendo a su ritmo social, apegado a las manifestaciones de una cultura material propia, en la medida en que la dinámica colonial se lo permitía.

Es clave la abundancia de material arqueológico, que tiene mucho que decir en cuanto al desarrollo económico y social de nuestra ciudad. Este nos acerca a una presencia poblacional, si no a principios del siglo XVII, sí en la segunda mitad del propio siglo. Las fuentes primarias de los siglos XVI y XVII son pocas, por tal razón la arqueología es tan necesaria. Esta ha brindado datos que describen una sociedad criolla con patrones culturales en pleno desarrollo, donde conviven el blanco, en muchos casos perteneciente a la clase hacendístico-ganadera, el indio y sus mestizos, que al parecer logran conservar elementos de su cultura material, pardos y morenos libres, y el negro esclavo.

Notas:
1– Antes se había realizado una excavación dirigida por la historiadora Marta Osorio especialista del museo Provincia La Periquera de Holguín pero no se publicó.

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Los caminos camagüeyanos de los holguineros de 1868

José Abreu Cardet

 

Al producirse el alzamiento de octubre de 1868 contra España en la jurisdicción de Holguín se dio una situación bastante peculiar. El jefe de la conspiración Belisario Álvarez y Céspedes se niega a levantarse en armas. Incluso se une a los españoles. Holguín queda subordinada al gobierno creado por Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo. Este nombra como jefe militar de Holguín a Amadeo Manuit en octubre y luego a Luís Marcano en diciembre de 1868.

Pero muy pronto la situación cambió. En enero de 1869 Bayamo es reconquistado por las tropas de la metrópoli. La revolución en Oriente queda en la práctica acéfala. Es muy difícil mantener contactos con Carlos Manuel de Céspedes y los demás miembros de su gobierno. En esa situación el 10 de marzo de 1869 los revolucionarios holguineros dan un importante paso: constituyen el Comité Revolucionario de Holguín. Con anterioridad había existido un Comité Revolucionario. Hay evidencias que en los primeros días de la guerra funcionó o por lo menos lo intentó un Comité Revolucionario. Este debió de constituirse durante el clandestinaje. Hay muy poca información sobre esta organización. Tan solo algunas referencias de Julio Grave de Peralta. (1) Este en una carta afirma sobre el Comité creado en marzo de 1869 expresa que: «Reconstituido el Comité Revolucionario de Holguín». (2) En el criterio esta explícita la existencia de un comité anterior.

El 17 de octubre de 1868 afirma el referido patriota en su diario personal que recibió una esquela de Jesús Rodríguez (3) a quien llama: «vocal connotado de nuestro comité, que me ordenaba pasase a Puntas de Mula, en Cauto Cristo». (4) Julio al referirse en los primeros días de la guerra al patriota Joaquín Castellano afirma: «…que en la Corporación figuraba con Rodríguez…» (5). Es decir está hablando de una institución que aquí llama «Corporación» que existió antes del estallido de la guerra.

Es indiscutible que los conspiradores habían organizado un Comité Revolucionario al que Julio llama indistintamente «Comité» o «Corporación» al que por cierto se le tenía un gran respeto. Julio desgasta tiempo y energía en momentos tan críticos como los primeros días posteriores al alzamiento en tratar de localizar a los miembros del Comité, en especial a Jesús Rodríguez. Lo que nos dice del prestigio que tenía ese Comité Revolucionario creado antes del estallido de octubre. La importancia de este comité era tal que Grave de Peralta en su diario personal anota que Jesús Rodríguez, miembro del referido comité.: «…me ordenaba…». (6) Julio trata a Jesús como a un superior.

Todas nuestras preguntas al pasado retornan convertidas en débil eco. Estamos ante un misterio sin respuesta todavía. No hay documentos ni testimonios que nos aclaren sobre aquel Comité Revolucionario que existió en Holguín antes de la contienda fuera de las enunciadas referencias. Al reconocer los holguineros en octubre de 1868 el gobierno de Céspedes desaparece el referido Comité. Pero lo importante de esto, independientemente que desconocemos muchos de sus detalles, es que en un sentido psicológico estos insumisos holguineros se habían acostumbrado a obedecer a una institución tan volátil como pudo ser un comité revolucionario clandestino. Grave de Peralta estaba tan imbuido por la obediencia a esta organización que cuando uno de los miembros del comité le informó que Amadeo Manuit (7) por disposición de Carlos Manuel de Céspedes se haría cargo de las fuerzas holguineras, pese a su criterio contrario, acabó por acatar la disposición.

El mismo hecho de crear este comité de decisiones colegiadas nos muestra un pensamiento colectivo bastante peculiar. No se obedece ciegamente al caudillo de más relieve de la comarca sino que se recurre a esta medida de una gran madurez política. El caudillo local está enmarcado en ciertos límites hacia los vecinos de la comarca que lo siguen.

El caudillismo de 1868 habría que comenzarlo a estudiar andando y desandando estos peculiares caminos políticos. Ejemplo de esto fueron la formación de los comités revolucionario de Camagüey y Holguín. Nos encontramos en la génesis de la revolución. Pese a lo improvisado de la situación y los muchos apuros del momento esta gente actúa con gran madures y cordura política.

En enero de 1869 las fuerzas españolas reconquistan Bayamo y comienzan una ofensiva que se extiende por todo el oriente de la isla. Céspedes se vio obligado a trasladarse a los bosques. Los holguineros pierden el contacto con Céspedes. Si antes para obtener cualquier orientación, hacer una consulta bastaba con enviar una carta al líder bayamés que radicaba en su ciudad natal ahora no se sabe dónde se encuentra el iniciador de la guerra. Los holguineros recurren a revivir el antiguo Comité Revolucionario. Lo constituyen de nuevo el 10 de marzo de 1869 y quedó integrado por: José Justo Aguilera (8) como presidente, por tres vocales Jesús Rodríguez, Nicolás Mariño y Antonio Alcalá y un secretario. (9)

Este se creó por la votación de los vecinos que radicaban en el territorio controlado por los mambises. Julio Grave de Peralta en una carta a Carlos Manuel de Céspedes (10) afirma: «…el Comité elegido por el pueblo…». (11)

Su creación fue aprobada por los dos jefes militares de mayor relieve. Luís Marcano, general en jefe de la división, y de hecho representante de Céspedes en la comarca y Julio Grave de Peralta, el caudillo de mayor relieve. Su objetivo inicial era sustituir de forma provisional la administración central de Bayamo con la que las comunicaciones eran difíciles. Las relaciones del Comité Revolucionario de Holguín con Carlos Manuel de Céspedes son bastante peculiares. Julio en carta a Luís Marcano le expresaba que: «… por que no dudo que aquel cuerpo ve en el C. Carlos Manuel de Céspedes lo mismo que U. y yo, el primer Gefe de la Revolución según sentó en el acta de su institución» (12)

Se seguía obedeciendo a la autoridad del iniciador de la contienda. Al día siguiente de constituirse el Comité, Grave de Peralta envía una circular a los capitanes pedáneos: «…haciéndole saber los decretos dictados por el C. Carlos Manuel de Céspedes Capitán General del Ejercito Libertador de Cuba cuyos originales se encuentran archivados». (13)

El 18 de marzo el Comité estructuró a Holguín en dos brigadas militares: la occidental y la oriental. Situó como jefe de la primera a Julio Grave de Peralta y de la segunda a Luís Marcano. Ambos estarían en igualdad de condiciones, subordinados al Comité. Estamos formalmente ante una nueva organización militar más que una destitución. Pero en la práctica el asunto merece otra lectura. Hasta aquellos momentos Céspedes era el único que se había atribuido la facultad de nombrar y destituir a los jefes militares. A partir de aquel momento el Comité se tomaba ese derecho y lo ejercía. Además la zona más importante en el orden militar en Holguín era la de la brigada occidental. Allí se encontraban la mayoría de los vecinos y las fuerzas libertadoras más numerosas. También el número de tropas contrarias eran superiores. Todos los miembros del Comité residían en esta zona. El jefe de esta región era el caudillo local Julio Grave de Peralta. Mientras Luís Marcano, que por sus formas militares no era muy simpático fue remitido a la lejana región de Mayarí y Sagua de Tánamo. Esta última capitanía formaba parte de la jurisdicción de Guantánamo pero en Sagua se produjo un alzamiento con éxito mientras el de Guantánamo fracaso, los holguineros se la anexaron. De esta forma se dio entre Guantánamo y Holguín un extraño contrapunteo. Mientras Sagua de Tánamo para los hispanos formaba parte de la primera jurisdicción para los mambises era de la segunda.
No hay dudas de que a Luís Marcano se le sitúo en una zona secundaria en aquellos momentos para el desarrollo de las operaciones militares. Al día siguiente de estos acontecimientos Grave de Peralta le escribió a Céspedes dándole detalles de lo ocurrido. El 23 de marzo de 1869, en una segunda carta, le explicaba de nuevo los trascendentales acontecimientos de organización militar en su comarca. Sobre Marcano le expresaba que: «…sin que varíe por aquella razón la graduación o cargo de que esta revestido.». (14)

Además, Grave de Peralta continuó informando a Céspedes en detalles del desarrollo de las operaciones militares en la jurisdicción como un fiel subordinado con su superior. Por lo menos ese es el tono que captamos en la documentación. Hay varias cartas con este sentido. Le escribe el 23, 28, 30 de marzo, el 1, 5 y 10 de abril. (15) En ellas se le trata con absoluto respeto y se le pide criterios sobre asuntos tan sensibles como la esclavitud. El Comité tenía jurisdicción tanto para designar a funcionarios civiles como militares. Los jefes militares no podían nombrar ni destituir a funcionarios de la administración creadas por los revolucionarios. Esto trajo discrepancias con Marcano. En ocasión de que Luís Marcano destituyó a un teniente pedáneo Julio Grave de Peralta, muy vinculado al comité protesto y le aclaró: «…porque siendo además de la exclusiva dependencia del Comité Revolucionario Holguinero su separación…». (16)

El Comité Revolucionario fue protagonista junto a Julio Grave de Peralta de un acontecimiento muy peculiar. Le ofrecieron el mando de la jurisdicción de Holguín al general camagüeyano Napoleón Arango. El 10 de abril, Julio responde una carta de Carlos Manuel, de fecha 7 de ese mes. En ella explica las causas de esta decisión:

…en cuyo quinto párrafo se sirve V. pedirme francas esplicaciones acerca del nombramiento del Gral en Jefe de esta jurisdicción al C. Napoleon Arango debo significarle que atendiendo a las tristes y azarosas circunstancias por que atraviesa esta jurisdicción, cuyos pobres recursos para combatir al enemigo palpo diariamente con el mayor sentimiento sabiendo que el C. Arango tenia en el Camagüey su división sin empleo y que ecsisten entre el y las autoridad de aquel Departamento la mayor desavenencia de acuerdo con el Comité Revolucionario de esta jurisdicción y convencido de que el pueblo asentiría gustoso a ello sabiendo apreciar mi proceder decidí proponer a aquel C. viniese a esta jurisdicción con la fuerza de su mando sediendole mi puesto seguro de que con ello daba mi paso laudable en pro de nuestra santa causa, tanto por que de este modo evitaba las consecuencias de la parcialidad a que aludo, cuanto, por que utilizaba a aquella fuerza contra el enemigo a quien abría podido hostilizar y derrotar frecuentemente y advierto a Usted que al tomar tal determinación ignoraba completamente que Arango estuviese sometido a un procesamiento judicial hoy que estoy enterado de lo ocurrido y según manifestó ayer a la asamblea de representante del centro retiro mi proposición hasta tanto se falle el procedimiento para en su vista acordar lo conveniente. (17)

Es interesante la forma de pensar y actuar de estos caudillos orientales. En primer lugar estamos ante hombres muy convencidos de la causa que defienden. Capaces de hacer cualquier sacrificio por ella. Como renunciar a un alto cargo militar de forma absolutamente voluntaria.

La decisión de los holguineros de ofrecerle a Napoleón Arango el mando de su jurisdicción es producto de dos circunstancias: una es la escasez de armas y parque de los mambises de Holguín. La otra es que Napoleón Arango está separado de la dirección revolucionaria de Camagüey y contaba con una tropa numerosa y bien armada. Según la propuesta de los revolucionarios holguineros Arango debía de trasladarse con sus tropas a Holguín. Algo que tenía cierta reminiscencia con las decisiones de los señores feudales que estaba por encima del estado en el que vivía.

Napoleón Arango tenía una posición claudicante. Era partidario de llegar a un acuerdo con España que no tendría como base la independencia. Asunto desconocido por los holguineros. Al conocer esto, declinaron el ofrecimiento. Arango acabó presentándose a los españoles.
El 10 de abril se iniciaba la Asamblea de Guáimaro. Este acontecimiento sorprende a los dos miembros del Comité Revolucionario de Holguín, enviados a Camagüey con la propuesta a Napoleón Arango. (18) El comité holguinero los designó como sus representantes. De esa forma Holguín fue una de las pocas regiones del oriente que tuvo una representación independiente. Es interesante que en la comitiva de los orientales se encontraran los holguineros que de hecho desacataron al gobierno de Céspedes en Bayamo. Estaban más cerca de la forma de gobernar de los camagüeyanos que de los orientales. El comité revolucionario, al constituirse la República de Cuba en Güaimaro se auto disolvió. Sus miembros quedaron a disposición de la naciente república.

El Comité Revolucionario de Holguín nos muestra una rica experiencia de los cubanos para alcanzar una organización administrativa y política capaz de representar a los vecinos de esta comarca. Al mismo tiempo nos encontramos con una alta responsabilidad y madurez que se expresó en el hecho de que pese a las diversas divergencias de criterios, intereses regionales y de los diferentes líderes se aceptó la formación de una República, el 10 de abril de 1869.

En Holguín funcionó la estructura de gobierno creada por la República de Cuba. Se iniciaba una historia de caminos tortuosos y en ocasiones incomprensibles a simple vista. Matizados por un regionalismo y caudillismo que dejará huellas reconocibles en ese pasado. Los holguineros vivirán intensamente la vida política que se desarrolló en el seno de Cuba Libre.

En ocasiones se equivocaron. Escogieron senderos estrechos y de horizonte reducido que los llevaría a una sobredimensión de los intereses locales. La historia los ha juzgado dando diversos criterios. Podemos hoy con los instrumentos intelectuales que poseemos, con el desarrollo de la ciencia histórica formar nuestros juicios en torno a aquellos hombres y mujeres que vivieron con indiscutible pasión su época. Pero quizás los que mejor los juzgaron fueron los militares y los tribunales españolas. Los consideraron a todos como lo que eran; independentistas convencidos. Los persiguieron, los ejecutaron al hacerlos prisioneros o los mataron en combate. Todos ellos independientemente de sus criterios de cómo gobernar la mayor de las Antillas entraron definitivamente en el camino muy selecto de la memoria colectiva de la insumisión nacional. (19)

NOTAS

1 -Julio Grave de Peralta Mayor general del Ejército Libertador Cubano, nació en Holguín en 1834. Fue el líder de esa región de la parte norte oriental de Cuba en los primeros años de la guerra de 1868. Murió en combate en junio de 1872 cuando regresaba al frente de una expedición con armas y parque para la insurrección.
2– Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Documento 152
3– Jesús Rodríguez Aguilera nació en Holguín fue uno de los líderes civiles de la revolución en esa localidad. Miembro de la cámara de representante se mantiene hasta el final de la guerra. Perdió sus hijos en el desarrollo de esta. Luego de terminada la contienda renuncio a sus ideas separatistas y se opuso a la Guerra Chiquita.
4– Constantino Pupo y Aguilera Patriotas Holguineros Holguín 1956 sin editorial p. 15.
5— Ídem
.
6— Ídem
.
7– Amadeo Manuit general al servicio del Ejército Libertador de origen venezolano. Estaba emparentado con la parte venezolana de la familia del general Calixto García. Es uno de los misterios de la guerra del 68 pues hasta ahora se desconoce con exactitud su fin.
8– José Justo Aguilera de la Cruz fue uno de los líderes de la conspiración en Holguín que dio inicio a la guerra de 1868. Presidente del Comité Revolucionario de Holguín creado en marzo de 1869 fue hecho prisionero en abril de ese año y ejecutado.
9– Constantino Pupo y Aguilera Patriotas Holguineros Holguín 1956 sin editorial p. 4
10– Carlos Manuel de Céspedes. Hacendado y abogado natural de la ciudad cubana de Bayamo en el oriente de Cuba. Se sublevó el 10 de octubre de 1868 en su ingenio Demajagua en Manzanillo en el oriente de Cuba. Fue el primer presidente de la República de Cuba en Armas Destituido en octubre de 1873 fue muerto por los españoles el 27 de febrero de 1874. Se le considera por los cubanos como el Padre de la Patria.
11– Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Documento 152, Libro copiador. Carta de Julio Grave de Peralta a Carlos Manuel de Céspedes del 23 de marzo de 1869.
12—- Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Documento 152 Libro copiador. Carta de Julio Grave de Peralta a Luís Marcano del 30 de marzo de 1869
13— Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Documento 152 Libro copiador. Carta de Julio Grave de Peralta a Carlos Manuel de Céspedes del 11 de marzo de 1869
14– Ibídem Carta de Julio Grave de Peralta a Carlos Manuel de Céspedes del 11 de marzo de 1869.
15– Estas Cartas se encuentren en el Museo Provincial de Holguín. Fondo Julio Grave de Peralta, Libro Copiador
16– Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Documento 152 Libro copiador. Carta de Julio Grave de Peralta a Luís Marcano del 11 de abril de 1869
17 — Ibídem Carta de Julio Grave de Peralta a Carlos Manuel de Céspedes de Julio Grave de Peralta 10 de abril de 1869
18- Napoleón Arango Agüero. Nació en Camagüey Tomo parte en el movimiento de Joaquín de Agüero en 1851. Fue uno de los líderes de la conspiración que dio inicio a la guerra de 1868. Apoyo el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes y se alzó en armas en su tierra natal. Participo en la toma de Güaimaro. Designado general en jefe de las fuerzas revolucionarias en Camagüey. Luego destituido por su posición claudicante. En febrero de 1870 se presentó a los españoles.
19—En las citas textuales se respeta la ortografía y redacción original.

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Los caminos camagüeyanos de los holguineros de 1868 (radioangulo.cu)

 

 

Guerrillas en el mar: una historia poco conocida del enfrentamiento a Batista

 José Abreu Cardet

En marzo de 1952 el Fulgencio Batista, por medio de un golpe de estado, tomó el poder en Cuba. Desde aquel momento comenzó una intensa lucha para expulsarlo del poder. El tema fue intensamente tratado por los estudiosos del pasado de la mayor de Las Antillas.

En el marco de la guerra de guerrillas que se llevó a cabo contra la tiranía las acciones desarrolladas en el mar han recibido menos atención. Se piensa que el enfrentamiento se efectuó en las montañas y campos por los guerrilleros o en las ciudades por el movimiento clandestino. Pero el mar también fue escenario de aquellas acciones. Buques de guerra bombardearon el territorio donde actuaban las fuerzas rebeldes, transportaron tropas y vituallas a la zona de operaciones. Los guerrilleros por su parte actuaron contra los buques de cabotaje y llegaron a combatir a los de guerra disparándole desde tierra.

El mando guerrillero había dado órdenes de interrumpir las comunicaciones para impedir el abastecimiento a las fuerzas enemigas. Tropas guerrilleras destruían puentes y situaban todo tipo de obstáculos en las carreteras y afectaban las vías férreas, pero las ciudad portuaria podían ser abastecidas por mar. En ocasiones los revolucionarios organizaron arriesgadas incursiones navales contra este abastecimiento. Uno de ellos fue preparado para capturar la motonave Playa Blanca perteneciente a la flota de la United Fruit Company en los primeros días de diciembre de 1958. Esta era una poderosa compañía estadounidense propietaria de dos gigantescos centrales, Boston y Preston, situados el primero en la cercanía de la ciudad de Banes y el segundo en la bahía de Nipe, ambos en la actual provincia de Holguín. En el antiguo municipio Banes, desde finales del mes de octubre, comenzó a operar la columna 16 «Enrique Hart» del Segundo Frente Oriental Frank País. Esta se encargó de una compleja operación contra un buque donde participaron también el movimiento clandestino.

Funcionarios de la compañía que colaboraban con el 26 de julio informaron al mando de la referida columna que llegaría uno de los barcos de la compañía con mercancías para la navidad lo que significaba una cantidad considerable de turrones, juguetes, latería y otros productos. Se designó al combatiente Juan de la Cruz para capturarlo. Los acontecimientos se precipitan cuando una avanzada rebelde que se encuentra en la playa de Guardalavaca recibe el aviso de que se acerca un barco.

Desde Samá, una hermosa bahía ocupada por los rebeldes, cuatro combatientes se hacen a la mar en un bote a motor llamado Neptuno para interceptar el buque. Llevan una ametralladora 45 y tres escopetas. La situación es compleja pues con frecuencia por la costa se desplazan unidades de la marina de guerra tanto en labores de patrullaje como en cumplimiento de diversas misiones. A finales de la guerra la Marina ha intensificado sus operaciones navales en el traslado de tropas y materiales en apoyo a guarniciones sitiadas. Además, como los frentes rebeldes se han desplazado hasta las inmediaciones de la costa en ocasiones realizan indiscriminados bombardeos sobre zonas donde supuestamente estarían los rebeldes. Por lo tanto la frágil embarcación podía darse de bruces con una fragata o un guardacostas que con su artillería la hundiría con sus tripulantes. Incluso la nave a capturar era muy superior en peso y velocidad respecto al bote, por lo que podía escapar o hasta embestir y destrozar a la embarcación rebelde. Con una ametralladora y algunas escopetas poco podían hacer contra aquella mole metálica que se desplazaba por el mar.

El bote comienza a acercarse a la nave. Los marinos comprenden que los tripulantes de la lancha no tenían buenas intenciones. El mercante Playa Blanca trata de escapar. Los combatientes sobre el bote empuñan las armas. En el cañón de una escopeta han desplegado una bandera del movimiento 26 de julio mientras el combatiente que porta la ametralladora la agita amenazadoramente. La nave va disminuyendo la marcha hasta detenerse. El jefe del grupo guerrillero le ordenó al capitán de la embarcación que bajara al bote y que diera la orden de que esta siguiera para la bahía de Samá donde llega y echa el ancla.

La carga que transportaba no era la esperada sino harina pastelera. Se ocuparon 50 sacos y se le dio órdenes al capitán de seguir la marcha luego de explicarle que lo que había sucedido era realizado por el Movimiento 26 de Julio. El buque siguió rumbo a Moa. Estamos ante una historia muy poco conocida: las acciones del ejército rebelde en el mar. Este es un ejemplo pero se realizaron otras. La pregunta que parece flotar es si existió una rudimentaria marina de guerra rebelde en 1958.

Bibliografía
Rumbo al triunfo de enero, Columna número 16 Enrique Hart, Comisión de Historia de la Columna 16, Ediciones Verde Olivo, 2007, p 175 y 176

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Guerrillas en el mar: una historia poco conocida del enfrentamiento a Batista (radioangulo.cu)