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José Abreu Cardet
En 1959 el dictador Rafael Leonidas Trujillo dominaba la República Dominicana. La vida del país fue controlada hasta en lo más mínimo por el tirano. Los opositores eran, en muchos casos, asesinados. Junto con la represión de carácter físico, se llevó a cabo un sistemático trabajo de propaganda en el que la figura del sátrapa aparecía como el salvador de la patria.
Llegó al extremo de cambiarle el nombre a la capital del país por el de «Ciudad Trujillo». En todos los actos públicos debía mencionársele con palabras de elogio, si no los participantes eran considerados como desafectos al régimen, lo que se pagaba bien caro.
En 1959 desembarcó en ese país una expedición revolucionaria para poner fin a su dictadura. Su origen estaría en la Sierra Maestra.
El 7 de diciembre de 1958 aterrizaba en una improvisada pista aérea rebelde, en el oriente de Cuba, un avión C-46 con pertrechos y armas remitidos por el gobierno venezolano, para apoyar la guerrilla cubana que luchaba contra Batista. Entre los pasajeros del vuelo venía el dominicano Enrique Jiménez Moya, destacada personalidad del exilio revolucionario de ese país. Llevaba una carta de la máxima dirección de la Unión Patriótica Dominicana para Fidel. Esta organización tenía como objetivo combatir a la dictadura trujillista por la vía armada. En la misiva se le expresaba a Fidel.
Caracas 23 de noviembre de 1958.
Dr. Fidel Castro.
Jefe Supremo de la Revolución Cubana,
Sierra Maestra Cuba
Apreciado compañero en la lucha contra las dictaduras:
La Unión Patriótica Dominicana de Venezuela, de acuerdo con representantes del Movimiento 26 de Julio, ha dispuesto enviar ante usted al portador de esta carta, Sr. Enrique Jiménez Moya, para que como delegado de esta organización, le exponga y coordine con usted nuestro proyecto de iniciar lo más pronto el entrenamiento y preparación en la Sierra Maestra de un reducido número de dominicanos, cuidadosamente seleccionados, a fin de que puedan asumir sin pérdida de tiempo la dirección de la lucha revolucionaria dominicana tan pronto se resuelva favorablemente la situación en Cuba.
Nuestro compatriota delegado será identificado por los militares del 26 de julio que lo acompañan, y la representación que le acordamos por medio de esta carta tendrá vigencia mientras no sea revocada en comunicación dirigida a usted por nuestra organización.
Con votos fervientes por el más pronto y completo triunfo de la revolución cubana; lo saludan fraternalmente,
Dr. Francisco Castellanos Reinaldo Santiago Pou
Cecilio Grullón M. A. Gómez Rodríguez (1)
Aunque no contamos con testimonios de la respuesta del máximo líder de la Revolución Cubana, hay un hecho que ilustra mucho al respecto: Fidel ascendió a teniente a Jiménez Moya y lo incorporó a su tropa. A finales del mes de diciembre, cuando éste fue herido en el combate de Maffo, el Comandante en Jefe, lo promovió a capitán; tal actitud indica un claro ejemplo de que la propuesta de los dominicanos fue aceptada. En la guerrilla serrana se iniciaba lo que sería la primera acción internacional de la revolución cubana. Los revolucionarios cubanos estaban dispuestos a brindarles todo su apoyo a los dominicanos. El triunfo del 1º de enero de 1959 impidió que estos se sumaran a la guerrilla fidelista como se planteaba en la referida carta.
Los patriotas dominicanos comenzaron rápidamente a tomar las primeras medidas organizativas para hacer efectiva la solidaridad cubana. En marzo de 1959 crearon, en La Habana, el Movimiento de Liberación Dominicano (MLD) y su brazo armado, el Ejército de Liberación Dominicano. Un grupo de holguineros estarían estrechamente vinculados a los preparativos de aquella empresa de solidaridad. El comandante Delio Gómez Ochoa fue designado por Fidel como delegado para apoyar a los dominicanos en sus planes.
En una reunión realizada entre Fidel y los comandantes Gómez Ochoa, Dermidio Escalona y José Arjibais Rivero se decidió escoger el territorio de Pinar del Rio para el entrenamiento de los expedicionarios. Delio y Dermidio eran naturales del municipio de Holguín, mientras Arjibais había nacido en el municipio Mayarí. Dermidio en la lucha contra batista había sido jefe del frente de Pinar del Rio y Arjibais el segundo del mismo. El 15 de marzo Delio entregó el mando del regimiento de Holguín al comandante Eddy Suñol y se dedicó por entero a la organización de la expedición. Delio fue jefe del Cuarto Frente Simón Bolívar y desde el 2 de enero fecha de rendición del regimiento de Holguín se encontraba al frente del mismo. El grupo de futuros expedicionarios se entrenó en Mil Cumbres una finca en Pinar del Rio. Delio solicitó la colaboración de unas holguineras que militaron en el movimiento clandestino contra Batista. Estas mujeres se encargaron de confeccionar los brazaletes y los uniformes de los expedicionarios. (2)
Según el historiador dominicano Emilio Cordero Michel, en Mil Cumbres se entrenaron un total de 261 combatientes. De ellos, 211 eran dominicanos, 21 cubanos, 13 venezolanos, 9 portorriqueños, 3 estadounidenses, 3 españoles y 1 guatemalteco. Por diversos motivos no todos integraron la expedición. (3)
Ya a principios de junio se daban los últimos toques al plan. Este consistía en que el día 13 de junio, una parte de los expedicionarios salieran en dos embarcaciones desde la bahía de Nipe en la costa norte del oriente de Cuba. Debían de desembarcar al día siguiente por puntos diferentes en Dominicana.
El 14 de junio el resto partiría en un avión desde Cieneguilla, en las estribaciones de la Sierra Maestra. De esa forma se creaban tres frentes guerrilleros simultáneamente, lo que obligaría al enemigo a dispersar sus fuerzas. Mientras en Cuba se había organizado un segundo campamento de entrenamiento en Madruga. En él se preparaba un grupo de dominicanos y venezolanos. En caso de tener éxito las primeras expediciones se enviarían un refuerzo con los integrantes de ese campamento. (4)
La bahía de Nipe es la mayor de Cuba. En junio de 1959 sus vecinos debieron de quedar perplejos por la cantidad de embarcaciones militares que se movían en sus aguas. En las cercanías de Punta Piedra, en la península del Ramón, se encontraban tres yates artillados con ametralladoras y tres fragatas de la marina de guerra cubana.
Esta era la primera operación naval organizada por la triunfante revolución. La marina de guerra cubana había sido encargada de preparar los yates que llevarían a Dominicana a los expedicionarios. En el astillero de Casablanca, en la bahía de La Habana fueron reforzadas las cubiertas de los yates con chapas de metal donde se situarían ametralladoras pesadas. Las tres mayores unidades de la marina de guerra habían sido dislocadas en el área para proteger a los expedicionarios dominicanos, estas eran las fragatas: José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez.
Los expedicionarios que irían en las embarcaciones habían sido trasladados en ómnibus desde Pinar del Río, hasta la península del Ramón. Ya en este último lugar establecieron un improvisado campamento en las cercanías de las casas de unos pescadores. Aquellos humildes hombres de pueblo los ayudaron según sus posibilidades. Por otra parte Enrique Jiménez Moya, el comandante dominicano de la expedición y el asesor de este el comandante Delio Gómez Ochoa habían llegado a Holguín y se alojaron en la casa de una prima de Delio llamada Marta Pardo Gómez. Delio y Jiménez Moya viajaron a Cayo Espino donde estaba el grupo de expedicionarios que partirían en el avión donde Delio les da instrucciones a los combatientes para realizar su último entrenamiento en Cuba.
Delio y Enrique regresan a Holguín aquí realizan las última inspección al avión que se encontraba en la pista aérea situada en el antiguo regimiento de esa ciudad. El 13 de junio marchan hacia Antillas, puerto situado en las márgenes de la bahía de Nipe. El plan era que desde allí se dirigirían hacia Punta Arena donde los esperaban los yates, pero al llegar al puerto de Antillas le comunican que Camilo se dirigía a ese lugar en un helicóptero y les pedía que los esperaran. Allí se encontraron los tres combatientes. En Antillas abordan el yate Tínima y se dirigen a donde estaban los expedicionarios en la península del Ramón, mientras el helicóptero con el comandante Suñol a bordo se dirigió al Ramón.
Camilo que avanza en el yate lanza un anzuelo al mar y capturó un gran ejemplar de sierra, pez comestible. Delio nos dejó sus testimonios sobre aquel pedazo de tierra cubana de donde salieron los revolucionarios.
Era un típico poblado de pescadores con un pequeño muelle y algunas palmas cerca de la costa. En el hermoso paisaje bucólico podría decirse, se destacaban un sembrado muy bien atendido y la bella arboleda que rodeaba la casa de un campesino situada a la orilla del mar; a un costado tierra adentro era visible la chimenea del central Preston (5)
Ya los compañeros han almorzado, «[…] carne de res mucha vianda, arroz y frijoles» (6) Delio y Camilo cocinan la sierra en la casa de un pescador que es compartida con varios de los que acaban de llegar y no habían almorzado. Camilo rectifica el acuerdo a que habían llegado Enrique Jiménez Moya y Delio de que este último iría en el avión. Se realiza una reunión con la dirección de la expedición, se distribuyen los hombres que se trasladarían en cada yate y se dan las últimas instrucciones para el desembarco en Dominicana.
Comienza el embarque de los materiales, en los yates Tínima y El Carmen Elsa. Muy cerca se encuentra una de las fragatas cubanas alrededor de la tarde comienzan a abordar los yates. Camilo filmó a los expedicionarios en esta tarea. Entre otros que los despiden está presente Eddy Suñol el legendario comándate holguinero. Camilo y Delio llegan a los yates en un bote y se despiden de los expedicionarios.
Camilo se va de la península del Ramón en el helicóptero. Enrique y Delio en un jeep hacia la zona de la Sierra Maestra donde están los expedicionarios que irían en el avión mientras los yates se alejan de las costas holguineras hacia República Dominicana.
En su inicio el plan se cumplió. Las dos embarcaciones salieron el día 13 y el avión el 14. Este aterrizó en una pista aérea en la ciudad de Constanza. Los expedicionarios se fragmentaron en dos grupos. Una zona montañosa donde anochece rápidamente. A los pocos minutos del aterrizaje se formó una niebla acompañada de una fina lluvia que propicio la división del grupo. Uno de ellos se internó en los llanos y fue rápidamente liquidado. El otro logró llegar a las montañas donde perseguido constantemente y sin alimentos se fue desgastando en pequeñas acciones. Una parte de sus miembros murieron en combate otros fueron hechos prisioneros y asesinados la mayoría luego de ser sometidos a crueles torturas. El 11 de julio los últimos fueron capturados por tropas de la dictadura.
Las embarcaciones se vieron envueltas en una odisea. En alta mar perdieron el contacto entre ellas y con las tres fragatas cubanas que las escoltaban a una distancia prudencial. Una sufrió roturas en el motor. Se quedó sin combustible, sin alimentos en medio de un mal tiempo. Las tres fragatas cubanas lograron localizarla. Le repararon el motor, le dieron combustible y alimentos Luego la otra embarcación se les unió.
Pese a los criterios de los cubanos de que no desembarcaran, pues el enemigo ya estaba alerta y el estado físico de muchos era deplorable los revolucionarios continuaron adelante con sus planes. Lo hacen el 20 de ese mismo mes. Detectados de inmediato sobre ellos se concentró gran parte del ejército dominicano. Agotados y rodeados en las proximidades de la costa todos murieron en combate o hechos prisioneros fueron asesinados.
En total desembarcaron 198 hombres. Descontamos un grupo de 25 que en alta mar fueron retornados a Cuba por sus precarias condiciones físicas. Las nacionalidades de los que desembarcaron eran las siguientes:
NACIONALIDAD NÚMERO
Dominicanos………………..151
Cubanos………………… 20
Venezolanos…………….. 13
Puerrtorriqueños…….. …. 5
Estadounidenses………. 2
Españoles…………………… 2
Guatemaltecos……………. 1
Nicaragüenses……………. 1
Se desconoce el origen——-4
Total…………………………. 198 (7)
Entre los expedicionarios se encontraban 4 holguineros, tres de ellos murieron y uno Delio Gómez Ochoa sobrevivió. La dictadura solo les perdonó la vida a cuatro expedicionarios. Dos cubanos y dos dominicanos. (8) Estos eran de los que habían llegado en el avión. Es necesario señalar que hubo una política para evitar que una mayor cantidad de cubanos integraran la expedición, porque realmente sobraron los ofrecimientos para ir a luchar por la libertad del pueblo dominicano.
La expedición y los crímenes cometidos por la dictadura iniciaron su proceso de descomposición. Luego de junio de 1959, el tirano y sus secuaces cayeron en una espiral represiva que parecía que no tendría fin. Se cometieron asesinatos como el de las hermanas Mirabal: tres jóvenes dominicanas bárbaramente ultimadas. El repudio al régimen penetró hasta en la élite del poder, y así un grupo de personas vinculadas a él lo ajusticiaron el 30 de mayo de 1961: «Trujillo […] no murió como el César, en las escalinatas del Palacio, sino en la orilla del camino, como un bandolero cualquiera». (9)
Un poeta dominicano dijo sobre los expedicionarios, de junio de 1959, unas palabras que parecen resumir un pensamiento colectivo entre la población dominicana respecto a aquellos héroes:
Quebraron en dos al tirano y a la tiranía y, como se consagra un vino para que se convierta en sangre de Dios, volvieron esa sangre un agua limpia y pura, el agua más pura y más limpia, para dejarla en el corazón de los dominicanos y que dentro de ella como abono germinara y creciera la semilla de la libertad […]». (10)
NOTAS
1–Juan Delanger. Desembarcó de la Gloria, Editora de Colores S.A. Santo Domingo, 1997, p 49
2–Delio Gómez Ochoa, La Victoria de los Caídos, Editorial Verde Olivo, La Habana, 2009, p. 39
3–Emilio Cordero Michel. Datos sobre el 14 de junio Inédito
4–Franklin Francio Pichardo, Memorias de junio de 1959. Editora Collado S.A. Santo Domingo, 1999
5–Delio Gómez Ochoa, ob. cit. p. 79
6—Ídem
7—Ibídem p. 299
8–Inicialmente eran cinco pero uno fue asesinado poco después. Dos de los que lograron sobrevivir eran cubanos. El comandante Delio Gómez Ochoa y Pablo Mirabal. Al desplomarse la dictadura fueron dejados en libertad y regresaron a Cuba. Pablo murió producto de una descarga eléctrica atmosférica. Delio Gómez tiene residencia en Cuba y República Dominicana.
9—Anselmo Brache Batista Constanza, Maimón y Estero Hondo Testimonio e investigación sobre los acontecimientos, Colección Banco Central de la República Dominicana Departamento de Cultura, 2008, p. 277.
10–Juan Jose Ayuso, Palabra al pie de unos hombres. En Prologo a Brache Op. Cit. p. 27.
Publicado en Memoria Holguinera Radio Angulo en Internet. Link
Holguineros en las expediciones de junio de 1959 (radioangulo.cu)
José Abreu Cardet
Juan José Guarch Rodríguez, nació en medio de un sólido universo intelectual. Su padre, José Manuel Guarch, fue una de las cumbres de la arqueología cubana hasta su fallecimiento y su madre, Caridad Rodríguez, arqueóloga y artista plástico. No es de extrañar que Juan José siguiera los senderos de la arqueología.
En 1968 funda junto a otros compañeros el grupo «René Herrera Fritot» en La Habana, ocupando el cargo de Presidente del mismo. Al mismo tiempo realiza un gran número de expediciones científicas. Con posterioridad, en 1980 funda el grupo «Cristal», en Holguín con el cual realiza investigaciones arqueológicas y espeleológicas.
En 1979 comienza a trabajar en el Departamento de Arqueología de la Delegación Territorial de Holguín, perteneciente a la Academia de Ciencias de Cuba, donde ocupa la plaza de Técnico en Investigaciones Científicas.
Durante el tiempo transcurrido en este centro, ha participado en veintisiete Proyectos de Investigación, algunos de carácter internacional y también como Investigador Principal en dos de ellos. En fin que tiene un largo currículo como investigador científico, fue por eso la sorpresa que nos dio a quienes conocemos de sus andanzas en la arqueología cuando escribió la obra «Holguín: entre el mito y el rock».
El libro se refiere a un tema inédito en los estudios culturales holguineros y, en general, creemos que poco se ha investigado, en términos regionales, sobre este fenómeno cultural que es el rock que todo lo invadió. No fue fácil el rescate de la memoria de ese pasado sonoro para este investigador. Durante años se dedicó a buscar fuentes necesarias que le permitieran llegar a la confección del libro. Realizó 63 entrevistas y consultó virtualmente todo lo que se ha escrito sobre la música cubana en el periodo estudiado.
Según comenta Guarch, «reconstruir todo ese ambiente no fue nada fácil, ya que de aquellos grupos musicales no existe nada grabado, su música se perdió como el éter y solo quedan los recuerdos. Las fotografías de las bandas casi no existen, ya que la mayoría de ellas nunca tuvo un apoyo mediático competente y para colmo de males, muchos de los protagonistas no se hallan «a la mano», es decir, ya no residen en la ciudad, otros han fallecido y de algunos ni se conoce el paradero.»
«Por suerte aparecieron una serie de colaboradores que con su eficaz labor lograron contactar con personajes que se hallaban fuera de mi radio de acción. Necesariamente tuve que dividir esta historia varios períodos, ya que no fue una evolución lineal, sino que se halla subdividida por acontecimientos de orden político, social y musical, tanto nacionales como internacionales.»
«El primer período abarca la década de los años cincuenta. Luego aparece otra etapa, marcada por el triunfo de la Revolución en 1959, que indudablemente trajo una serie de cambios dentro del ámbito cultural y se establecieron toda una serie de nuevos conceptos y relaciones socio políticas y culturales, y finaliza en el año 1965.»
«El tercer momento se enmarca dentro del período Beatles en Cuba, es decir, desde 1966 hasta 1970, donde suceden una serie de acontecimientos y un gran cúmulo de situaciones sociales en solo cuatro años, que determinaron una evolución completamente diferente dentro del ámbito cultural. Después ocurre otro cambio – de 1971 hasta 1975 – que vuelve a marcar un período muy significativo que se corresponde con las nuevas políticas del Consejo Nacional de Cultura, influyendo notablemente dentro del ambiente musical y social. Por último aparece una nueva y última etapa, y es a partir de 1976 hasta 1980, en el que surge en Cuba el Ministerio de Cultura y abre, por así decirlo, una ventana a través de los medios de difusión nacional, no solo al rock, sino a todo el movimiento cultural mundial sin las trabas anteriores.»
El autor nos ha entregado varias páginas de su texto que ponemos a disposición del lector:
«Alrededor de los años 1966 y 1967, cuando se comienzan a radiar programas de música moderna, la juventud holguinera también se hizo asidua a esas programaciones. Se escuchaban: Nocturno, Sorpresa Musical y otros espacios que se difundían por las emisoras nacionales»
«Otra estación que tuvo gran relevancia era Radio Revolución de Santiago de Cuba, que transmitía el programa Tridimensional, cuyo tema era La Tierra de las 1000 Danzas (Land of 1000 Dances) de Wilson Picket, un rock arrollador y de los más fuertes de la época. «El programa de radio que más se escuchaba en la región oriental era ese. La mayor parte de los números que ponían eran en español y generalmente los más infantiles. También se escucharon buenos temas, tanto en inglés como en español», me comentó Manuel Blanch Avilés, uno de los radioyentes de aquellos tiempos del programa.»
«Desde la vecina provincia de Camagüey llegaba el programa Miscelánea, emitido por Radio Cadena Agramonte, que ofrecía una programación variada, donde se incluían éxitos musicales del momento, este fue muy escuchado en la época por la actualización musical que poseía.»
«La radio provincial no se quedó atrás y comenzaron a transmitir música internacional. El programa Onda Juvenil llegó a tener cierta preferencia dentro de la juventud holguinera y fue muy escuchado por aquellos años. Jenny Trasovares, que por aquella época colaboraba como locutora del mismo, recuerda que: «el programa lo animábamos Manolito Ferreiro y yo, aunque Manolito era la voz principal. Esa transmisión se efectuaba a las siete de la noche. Era de corte juvenil donde se ofrecían informaciones y música. Esta era dosificada, es decir, teníamos la orientación de que la mayor parte de los números tenían que ser en español, incluyendo música cubana y extranjera, aunque se ponían algunos temas en inglés».
«La poca información musical existente incrementaba las ansias por conocer nuevos números y ocasionó que se comenzaran a escuchar espacios de las emisoras extranjeras, como la WQAM y la WGBS, ambas de la Florida. Asimismo se oían programas musicales especializados en las estaciones Radio Netherland, La Voz de las Américas y en la BBC de Londres.»
«Uno de los que acostumbraba a escuchar algunas estaciones foráneas, Marcos León, me explicó uno de los métodos empleados: «había una tecnología que utilizábamos mucho para poder escuchar con mejor calidad las estaciones extranjeras. Esta consistía en ponernos con un radio portátil junto a un poste de teléfono. El tendido servía de antena y las estaciones se escuchaban mucho más altas y claras. Era curioso ver a un grupo de jóvenes rodeando un poste, sentados en el piso y escuchando música. Fue algo exclusivo de la época, irrepetible».
«Independientemente a la radio nacional y la foránea, también circularon los discos traídos del extranjero. En Holguín no abundaban los funcionarios que tuviesen la oportunidad de viajes, esa característica fue más de la capital, pero si existió la entrada de esos artículos mediante los deportistas, los marinos mercantes y el mercado subterráneo.»
«Poseer un disco de cualquier agrupación extranjera de moda, significaba entrar fácilmente a las fiestas que se hacían en las casas particulares. Uno de los que más circuló era el conocido como Los 15 de Paul Anka. Este LP verdaderamente se llamaba Paul Anka Sings His Big 15 (Paul Anka canta sus grandes 15) que procedía de finales de los años cincuenta.»
«El disco también formó parte de una tradición que se mantuvo por un largo período de tiempo, pudiéndose catalogar como una costumbre netamente cubana y que se generalizó a todo lo largo de la isla. «Era casi obligatorio que en una fiesta de 15 estuviera el disco de Paul Anka y entre las fotos de la muchacha quinceañera, siempre había una en que aparecía ella retratada con la carátula del disco. Esa costumbre se mantuvo por muchos años», me comentó Ileana Rodríguez al recordar las usanzas de sus años mozos.»
«La muchacha del cumpleaños que no tuviese una foto con el disco de marras, no estaba a la moda. Creo que ese artista nunca pudo imaginarse la importancia social que alcanzó en Cuba su famoso disco.»
«Se destacaron en la ciudad algunos domicilios donde se podían disfrutar esos acetatos, no solo porque tuviesen el equipo reproductor, sino también por la aprobación de los adultos, ya que esa música para ellos podía ser escandalosa e incomprensible.
«Esos sitios llegaron a constituir en la época especies de «centros de promoción cultural». No solo a ellos acudían los interesados por la música del momento, también se podían hallar otros que los movían la poesía, el teatro, la narrativa, la plástica y otros temas culturales. Se formaban verdaderas tertulias en que se hablaba de todo, se aprendía de todo y se discutían aspectos de la vida social y cultural nacional e internacional.»
«Uno de los jóvenes que acudía con frecuencia a esas reuniones hogareñas fue Julio Fernández, el que recordaba que había hogares donde se reunían a escuchar música, como la casa de un señor de apellido Manduley. Del mismo modo en la de José «Pepito» Expósito, donde había un tocadiscos profesional y fue el sitio donde se estrenó por vez primera en Holguín el disco Abbie Road de The Beatles, «también visitábamos la vivienda de Raúl Garcés, allí teníamos más libertad porque él era de nuestra edad. Había una profesora de inglés, Corita Llopis, que nos permitía escuchar música, ella tenía dos guitarras de primerísima calidad. Otro lugar era la casa de Tony y Richard Pérez, que fue donde nacieron algunos grupos musicales».
«En el cine se vieron películas de un nuevo corte como, por ejemplo El Manuscrito de Zaragoza, La Fuente de la Virgen y El Último Encuentro, protagonizada esta última por Antonio Gades que bailaba, con un auténtico flamenco, un número del grupo británico The Kinks, titulado Old the day and Old the Night.»
«Por su parte el teatro se aventuró por terrenos escabrosos. Se estrenó una obra por artistas aficionados holguineros en teatro Infante que debió de levantar ronchas en algunas personas de la época y que se puede considerar como punta de lanza del movimiento vanguardista que se estaba generando. Al entrevistar a Marcos León, que interpretó el papel del senador en la obra de Jean Paul Sartre «La Ramera Respetuosa» (La Putain Respectueuse), este comentó: «Organizamos un grupo de teatro y pusimos en escena la obra, un verdadero desafío cultural para la época. La actuación fue a teatro lleno, incluso las localidades no alcanzaron y había gente sentada en los pasillos. En ella aparecían dos números de The Beatles Eleonore Righby y Yesterday interpretados por Ray Charles. Eso fue en 1969».
«En los parques holguineros comenzaron a aparecer los pelos largos, las sayas cortas o minifaldas, los pantalones estrechos y una serie de síntomas que anunciaban que se estaba abriendo una nueva era dentro de la ciudad.»
Hasta aquí este fragmento del texto de Juan José Guarch, que es la mirada desde una provincia a un importante universo de la cultura musical de una época. Hasta ahora la obra permanece inédita, dado el interés que siempre despierta un estudio sobre la música y en especial sobre el rock esperamos que ese estado en que se encuentra en estos momentos no dure mucho.
Publicado en Memoria Holguinera Radio Angulo en internet. Link: Holguín: entre el mito y el rock (radioangulo.cu)
José Abreu Cardet
José Camilo Sánchez nació en Santiago de Cuba. (1) Incorporado a las fuerzas libertadoras que operaban en su tierra natal, bajo las órdenes del General Donato Mármol, muy pronto alcanzó singular relevancia; tanto por su arrojo personal en los combates como por su capacidad de organización y adaptación a la guerra de guerrillas. Tomó parte en numerosas operaciones. Entre ellas el apoyó a la expedición del buque Perrit, que desembarcó en la Península de El Ramón, en la Bahía de Nipe en mayo de 1869. Bajo las órdenes de Calixto García participó en el ataque a Jiguaní en septiembre de 1871. Fue jefe de una de las columnas en que el General holguinero estructuró sus fuerzas en esta acción.
Carlos Manuel de Céspedes describió brevemente a este patriota «Camilo Sánchez, blanco, joven, bajito, fornido, medio bizco y amigo de vestir con lujo» . (2) A principios de 1872, al ser designado Calixto García como jefe del distrito militar de Holguín, seleccionó a un grupo de oficiales para que los acompañara. Entre estos estaba el Teniente Coronel Camilo Sánchez. Calixto García reproducía un informe de este patriota en uno de sus partes. En el describe el asalto a Sao Arriba barrio situado en las cercanías de la ciudad de Holguín:
Reunidos en el Güiral, el 22 (febrero 1872) las fuerzas de los batallones 1 de Holguín, 2 de Cuba y 1 de Jiguaní, componiendo un total de 400 hombres aproximadamente, dispuse la marcha hacia «Camazán», sito a una jornada de distancia del campamento de Sao Arriba, que se trataba de invadir.
Próximo ya del fuerte, fraccioné las fuerzas del modo siguiente: el Comandante Saladrigas con ochenta cubriría el centro; y yo en unión del Comandante Peña con ciento diez, el otro de los flancos. Además un oficial con cuarenta y cinco hombres de los tres batallones se destacó hacia el camino que conduce al fuerte inmediato, como igualmente una guerrilla de veinte debía distraer al enemigo saqueando e incendiando cuanto hallara a su paso.
Preparados los españoles con rondas por varios de los caminos que al caserío conducen, no nos fue dable la sorpresa sino que comenzamos a recibir sus fuegos á distancia de un kilómetro de la primera casa, también salieron de sus atrincheramientos para batirnos en la entrada, más todo esto no fue lo bastante para que nuestros soldados dejasen de continuar sobre el caserío. Desalojados aquellos de su posición, tomaron otra nueva, que también perdieron, huyendo entonces precipitadamente hacia el fuerte, en tanto que nuestros soldados, ocupando sus puestos, con antelación designados, saqueaban e incendiaban. El enemigo ha sufrido la pérdida de tres magníficas tiendas, más de cien casas y gran número de animales. Se tomaron sobre el campamento diez armas. Las fuerzas en una palabra han sido entusiasmadas con el triunfo y botín. Todos lo Jefes se han portado dignamente y en particular los Comandantes Vidal y Peñas y Capitanes Marrero y Mirabal. La retirada se verificó en el mejor orden á la hora convenida, teniendo que lamentar solamente la pérdida de un soldado muerto, un herido leve y dos contusos, entre estos últimos yo». (3)
Camilo Sánchez continúo batiéndose en el territorio holguinero. El 29 de junio de 1872 cayó en combate en Báguano jurisdicción de Holguín. Calixto describió aquel combate en estos términos.
«El día 29 de junio último, como a las 10 de la mañana, se presentó el enemigo con fuerzas considerables a una de las avanzadas del Cuartel General, situado aquel día en el «Rejondón de Báguano». El General Manuel Calvar, que comandaba la fuerza acampada allí, y el Coronel José Antonio Maceo, Jefe de la fuerza de Cuba, destacada actualmente en Holguín, que vino en su auxilio, apenas oyó los disparos de la avanzada, resistieron vigorosamente al enemigo, que se declaró al fin en vergonzosa fuga, después de 6 horas de combate, habiendo dejado en el campo 115 cadáveres, 146 rifles, 14 000 cápsulas, 52 caballos y 30 de ellos muertos, y otros muchos efectos, llevándose sin duda muchos heridos, y habiendo caído prisioneros el Teniente José Martínez del Castillo con 10 soldados, que fueron juzgados por consejo y fusilados el 30. Por nuestra parte tuvimos 20 bajas compuestas de 5 muertos, entre las cuales figuran el valiente Teniente Coronel Camilo Sánchez….» (4)
Carlos Manuel de Céspedes, en carta a su esposa, describió la muerte del héroe: «Como todo triunfo cuesta algo en la vida, tuvimos el sentimiento de perder al bravo Teniente Coronel Camilo Sánchez que al principio de la pelea, encontramos en el camino, muy alegre, diciéndonos: «voy hacerle unos tiritos». El ataque de las fuerzas que él mandaba fue el que pronuncio la fuga y derrota de los españoles…» (5)
El oficial mambí Fernando Figueredo Socarrás tomó parte en aquella acción, sensible y culto escribió un poema donde narra el enfrentamiento y la muerte de Camilo Sánchez.
El combate de Báguano
Con el alma destrozada
Lejos de ti, madre mía,
Por esta difícil vía
Voy siguiendo mi jornada:
Con la ropa desgarrada
Y lo Spies ensangrentados
Marcho con otros soldados
De la Santa Independencia
Castigando la insolencia
De tiranos y malvados.
Vamos, por fin, a acampar:
¡Oh, qué gran satisfacción
Se siente en el corazón
Cuando se va a descansar!
Más…acaba de sonar
Un tiro allá en la vigía.
Es, sin duda, algún espía
Que nos estaba acechando:
Voy a mi puesto volando,
¡Y pienso en ti, madre mía!
El fuego de la avanzada
Ya nos empieza a indicar
Que tendremos que luchar
Sin pensar en retirada.
La gente está entusiasmada
Y como tropa aguerrida
Y al campo raso se lanza:
Y a los gritos de venganza
¡Pienso en ti, madre querida!
Ya dentro del campamento
Se introducen los soldados:
Fuego se oye a todos lados,
Que no cesa ni un momento:
Mientras sus pliegues al viento
Suelta la enseña estrellada
A bayoneta calada
Nos atacan fieramente…
¡Y en tanto, siempre en mi mente
Te llevo, madre adorada!
Nosotros, machete en mano,
Atacamos con destreza,
Humillando la fiereza
De los siervos del tirano:
Ya el corneta del hispano
Nos anuncia retirada,
Ya en fuga precipitada
Se declaran al instante:
Y al gritar ¡Fuego!, ¡Adelante!,
Pienso en ti, ¡madre adorada!
¡Oh, cuánta desolación!
¡Qué escena tan espantosa!
¡Tanta sangre generosa
Me desgarra el corazón!
En esta gran confusión
Y entre tanta algarabía
Hago yo mi puntería,
Y al salir del rifle el tiro
Se me ha escapado un suspiro
¡Pensando en ti, madre mía!
Nos han muerto un coronel,
Patriota de gran valor
Que su vida con honor
Perdió por su patria, fiel.
En la situación más cruel
Deja a su madre adorada
Y a su esposa idolatrada:
¡Gran Dios!, ¿cuál será el destino
Que encontrará en su camino
Esa madre desgraciada?
Si algún día me cupiese
La misma suerte que a él
Y por ceñirme un laurel
En la lucha pereciere,
Medita en cuánto se quiere
Al que a lo grande coadyuva,
Alza una oración que suba
Y se remonte hasta el cielo
Por quien murió en este suelo
Por la libertad de Cuba…!(6)
El «bravo teniente coronel Camilo Sánchez» es uno de los héroes, poco conocido de la guerra cubana de independencia de 1868.
NOTAS
1– Escalante, Carlos Amel y otros, Diccionario enciclopédico de historia militar de Cuba Primera parte (1510-1898) Biografías. Ediciones Verde Olivo. La Habana, 2001, T. I.
2– Portuondo, Fernando y Hortensia Pichardo. Carlos Manuel de Céspedes. Escritos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 1982, T. 1 p 129
3— Periódico La Revolución de Cuba. 29 de junio de 1872, núm. 33 (Publicado extractado dentro del Parte de la Secretaria de la Guerra, hecho público en el núm. 35 del propio periódico). ANC, Donativos y Remisiones, Fuera de Caja # 2
4— Periódico la Revolución de Cuba, N. Y.- 9 de noviembre de 1872. ANC. Donativos y Remisiones. Fuera de Caja No. 2
5–Portuondo, Fernando y Hortensia Pichardo. Carlos Manuel de Céspedes. Escritos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 1982, T. 1 p 134
6–Roberto Manzano, El bosque de los Símbolos: Patria y poesía en Cuba,
Tomo I, Siglo XIX, Letras Cubanas, La Habana, 2010, Páginas 495, 496, 497.
Publicado en Memoria Holguinera Radio Angulo en internet. Link: El «bravo teniente coronel Camilo Sánchez» (radioangulo.cu)
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